Capítulo 32: Sobrevivir

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-Lo siento, señor, me he encontr...

-Silencio. -escuchó la voz de Elddyr frente a sí, y no vio venir el rayo del hechizo hacia su cuerpo hasta que lo tuvo encima, por lo que no fue capaz de hacer nada por evitarlo, dejando de ese modo la frase inconclusa.

Se quedó clavado en el suelo, como si lo que le acababa de lanzar se tratase de un inmobilus o algo por el estilo. Mientras tanto, Elddyr se acercaba poco a poco hacia él, saboreando con exquisito placer cada chispa de miedo que aparecía en los verdes ojos del adolescente.

-Veamos, Potter... ¿No ha entendido, todavía, que cuando esta pequeña preciosidad queme... -elddyr empezó a hablar mientras agarraba su brazo, levantaba un poco su túnica, y acariciaba con sumo cuidado la pequeña marca tenebrosa tatuada a fuego en su piel. -...debe venirinmediatamente a mi presencia?

Harry contestó con una explicación sobre su encuentro con Filch, pero sus palabras no fueron escuchadas en la habitación, pues el hechizo impuesto aun pesaba sobre él.

-¿Tengo que recordarle, Potter, a quién pertenece? -seguía murmurando Voldemort, con la voz de Elddyr, mientras acercaba su rostro al cuello de Harry, y lo lamía asquerosamente trazando un húmedo camino hacia arriba, hasta llegar a la oreja.

El chico apartó inmediatamente el rostro, haciendo que la lengua que hasta ese momento le recorría, quedase simplemente acariciando el aire. Voldemort siguió hablándole entonces, en ese irónico y característico susurro amenazador.

-¿Tengo que recordarle, acaso, a quién debe obediencia? -Harry no se molestó en abrir la boca, simplemente intentó mantener su cuerpo lo más alejado posible del Lord; tarea sumamente difícil, pues el hombre cada vez se acercaba más a él, y Harry estaba poco a poco llegando a la pared de la habitación, que pronto le impediría retroceder un paso más.

-¿No le ha quedado claro que...

De pronto la puerta de la habitación se abrió, interrumpiendo las palabras del profesor y por ella entró un sofocado Argus Filch, que empezó a mirar hacia todos los lados, murmurando por lo bajo, hablando, presumiblemente con su gata. No pareció darse cuenta de su presencia hasta la tercera vez que su mirada pasó por el lugar en el que ambos estaban parados.
El profesor de defensa alzó una ceja separándose de Harry, quien se apresuró a alejarse hacia la otra punta de la habitación.

-Lo siento, Profesor -murmuró Filch mirando nerviosamente hacia el hombre cuando fue consciente de su presencia-. Sólo venía a comprobar que Potter no estuviese rompiendo las normas de nuevo. Me lo encontré por el pasillo y me aseguró que tenía un castigo con usted.

El interpelado miró a Harry y se relamió los labios para después mostrar una sonrisa siniestra en dirección al conserje, antes de emitir una siseante risa.

-Si, Argus. Podríamos decir que tenía un castigo conmigo... ¿tiene usted algún... problema pendiente con el chico? -susurró de pronto al ver que Filch tenía unas cadenas en la mano.

Filch pareció notar la mirada que el profesor le dirigía, pues intentó inútilmente esconder el artilugio tras su cuerpo mientras murmuraba algo sobre estar limpiando su despacho y haber encontrado algunos objetos...

-¿Tal vez desee comprobar que con el paso del tiempo dichos objetos no se han... oxidado? -murmuró Mot, con un brillo repentino en su mirada, que pasó completamente desapercibido para Filch, pero que, no obstante, congeló la sangre de Harry.

Filch pareció a punto de dar un salto de alegría, pero en el último momento enfrentó cauteloso la mirada de Elddyr.

-No se preocupe, señor, sé que ahora esta prohibido hacer estas cosas con los alumnos... aunque si permite mi opinión, creo que así sería mucho más fácil inculcarles los valores necesarios y hacer que...

Secuestrado [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora