Secuestrado [TERMINADA]

Capítulo 13: Por La "Via Habitual"

-Accio varita -dijo entonces Harry en parsel, dado que parecía que de ese modo la varita le hiciese más caso, dejando de prestar atención a los Mortífagos, comprendiendo que su varita tenía que estar en alguna zona del castillo, y decidido a no tener que valerse de la de Lucius.

Unos segundos de silencio siguieron a esta invocación, hasta que la temblorosa pero decidida mano izquierda del chico agarraba su propia varita, que acababa de salir de entre la túnica del Lord.

-Expelliarmus -atacó Harry, sin siquiera pensar que estaba usando su varita con la mano izquierda. Pero esto no pareció resultar ningún inconveniente, pues el rayo rojo salió inmediatamente del extremo de su arma.

No esperaba que ese simple hechizo de desarme surtiese efecto, y de hecho no lo hizo pues Voldemort, completamente tranquilo y aun sonriendo; como si la cosa no fuese con él, había realizado un encantamiento no verbal, haciendo que el rayo surgido de la varita de Harry y el suyo propio se conectasen.

Todos los presentes habían visto ya lo ocurrido en el cementerio, y aun así no pudieron evitar sentirse extraños al presenciarlo de nuevo. El Prior Incantament era algo demasiado inusual. Tan inusual como que en menos de diez metros cuadrados se encontrasen los dos únicos hablantes de parsel del mundo.

Pero Harry estaba preparado para aquello, y siguiendo el ejemplo de Voldemort se dispuso a realizar un hechizo no verbal con la varita de Lucius. Se concentró todo lo que pudo mientras aferraba con fuerza su varita para que no se rompiese la conexión con la de Voldemort, y pensó una sola palabra: leviacorpus.
Volvió a pensarla, una y otra vez, hasta que sintió su magia correr lentamente a través de su cuerpo. Y funcionó. La conexión de las dos varitas se desintegró cuando el Lord se encontró boca abajo, colgado en el aire.

Pero se repuso de la sorpresa enseguida y realizó el contrahechizo. Simple... liberacorpus.

-Interesante Potter... me gustaría saber dónde has aprendido tales hechizos de magia oscura. ¿Crees que podrías enseñármelos? -le preguntó, burlón-Cruccio -añadió dirigiendo su varita hacia el pecho del joven.

Harry habría podido evitar que el rayo impactase simplemente realizando un encantamiento sencillo... cualquier hechizo lanzado con su varita habría hecho que de nuevo los rayos se conectasen; al enfrentarse dos varitas hermanas. Pero reaccionó demasiado tarde; y el rayo consiguió alcanzarle.
De nuevo miles de agujas candentes horadando sus músculos. ¿Cuántas veces había sentido ya el efecto de esa maldición en su cuerpo? No lo sabía. La mayor parte de los chicos de su edad, e incluso más mayores, no podían siquiera concebir el efecto de esa maldición, y sin embargo él, a sus diecisiete años recién cumplidos, la había recibido infinidad de veces. Pero es que él no era un chico normal de diecisiete años. Él era el-chico-que-vivió.

-Protego -consiguió decir entre dientes, moviendo la mano derecha, deteniendo así el efecto de la maldición.

La respiración agitada del joven cuando al fin la maldición cesó fue la única muestra de que ésta había sido efectiva; pues Harry no había dejado salir de su garganta un mísero quejido.

Voldemort sonrió de nuevo, y levantó su varita decidido a terminar con aquello. Harry estaba preparado para cualquier hechizo que pudiese dirigirse a su cuerpo. Pero de pronto vio como a cámara lenta el rápido movimiento del Lord, que hizo girar su varita hacia él mismo y dijo en voz alta dos palabras:ergo simulacro.

Harry no conocía aquel encantamiento, pero pronto comprobó que sus efectos no le gustaban demasiado. Fue como si hubiesen establecido miles de simetrías axiales, con distintos ejes, alrededor del Lord. Una infinidad de figuras emergieron de la nada: eran idénticas a la original. Decenas de Lord Voldemort a su alrededor.
Intentó sobreponerse a la sorpresa inicial diciéndose a sí mismo que ya en una ocasión había estado con decenas de dementores a su alrededor... pero en este caso no era lo mismo. En este caso sólo uno es real se dijo. Podía pensarse como algo positivo; pero Harry sabía que en absoluto lo era. No cuando comparabas a Voldemort con una decena de dementores. La cicatriz, la cual hacía días que no sentía aunque le doliese un poco permanentemente, empezó a escocerle. No sabía si por la felicidad del Lord o por el hecho de que al menos veinte "Lords" le rodeaban.