Secuestrado [TERMINADA]

Cambio De Planes

Nota: Este es un unico capítulo de Ron y Hermione.

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Hoy empecé a andar y sin fijarme
no sé cómo, llegué frente a su calle.
Pero al notar mi error, al girarme,
miré hacia atrás, sin querer... y vi su imagen
y recordé su voz, bromeando en las tardes;
diciéndome: "¿Qué harás si hay cambio de planes?".

Ron suspiró mientras obligaba a sus pasos a seguir sucediéndose, uno tras otro, sin mirar atrás. Sin pensar. Porque sabía que como empezase a pensar, recordaría. Y no quería hacerlo, porque para él hacía tiempo que los recuerdos equivalían al dolor. Hacía tiempo que no podía caminar por Hogsmeade sin tener que pararse en cada acera, mirando hacia atrás para cerciorarse de que, de verdad, él ya no estaba. De que de verdad Harry ya no estaba con él.

Era tan difícil, tan doloroso, que incluso a veces, cuando menos lo esperaba, creía escuchar su voz tras él, sentirle a su lado, verle a su lado, como siempre había sido. Hasta hacía tan poco.... que dolía. Dolía mucho. Y lo que más dolía, era el hecho de que cada acera, cada rostro, cada tienda, cada paso, le recordaba a él. Le recordaba todo lo que tuvo a su lado y que jamás podría volver a tener, todo lo que jamás podría volver a vivir. Todas las cosas que jamás podría volver a decirle. Y eso, dolía mucho.
Dolía saber que Harry no disfrutaría de aquel cambio en el mundo mágico, de aquella paz. A pesar de que si no hubiese sido por él, todo seguiría igual que siempre. Nada habría cambiado.

Ron se sentía egoísta cuando, sin darse cuenta, se encontraba pensando que habría preferido que todo siguiese igual, que Voldemort jamás hubiese muerto, que Harry no hubiese tenido que morir con Él.
Algunas noches soñaba cómo sería su vida si hubiesen podido cumplir sus sueños. Estudiar juntos, la carrera de aurología, compartir un piso, bromear y reír como dos personas normales. Cómo habría sido su vida si Voldemort jamás hubiese existido. Y despertaba con el corazón encogido por saber que nada de todo aquello sería real. Y recordaba todas las cosas que sí eran reales. Que lo habían sido y no se borrarían. Todas las cosas que no podía cambiar. Y que dolían. Mucho.

Entonces, se abrazaba fuerte al cuerpo cálido de Hermione. Y no lo soltaba durante toda la noche.

Hoy empecé a guardar todas sus cartas,
las fotos que encontré y algunas lágrimas.
Pero al tratar de juntar en una caja todo lo que me dejó
olvidé cerrarla;
y a veces sin querer, cuando todo está en calma
la sombra del dolor, asoma en su cara.

Hermione miraba fijamente la puerta de su pequeño apartamento, minutos después de que Ron hubiese salido por ella. Necesito andar le había dicho. Y ella, sin necesidad de más palabras, había sabido lo que realmente él necesitaba: llorar.
Suspirando, se dirigió a la pequeña mesilla de su habitación, y miró con una triste sonrisa la foto que encima de ella se movía: Ron, ella... y Harry. Tirándose bolas de nieve alrededor de la fuente de Hogsmeade. Riendo, bromeando, como si todo fuese perfecto. Y realmente, todo lo era en aquel momento.

Todo había cambiado tanto durante aquel último año en Hogwarts que, a veces, Hermione todavía no podía creerlo. A veces, cuando abría ese pequeño baúl que guardaban en el armario, cubierto por la suave sábana de seda negra sobre la que el cuerpo sin vida de Harry había sido encontrado, y sacaba de él las fotos, las cartas de Harry, su cama de invisibilidad, sus libros, su ropa, su escoba... su recuerdo... a veces... a veces creía tenerle de nuevo a su lado. Lo sentía tan real que creía que de verdad estaba. Era en esos momentos, siempre a espaldas de Ron, cuando ella se derrumbaba. Cuando se encogía en la cama, abrazando con fuerza la túnica de Hogwarts de Harry, sintiendo tan claro el aroma en ella, que a veces creía que todo lo que había pasado sólo era una pesadilla. Y que cuando despertase, todo volvería a ser como en esa foto mágica que adornaba su mesilla.