Miércoles no significaba nada para Andrew, era sólo como saltar de una rutina a otra, la vida en si no tenía significado por lo monótona que era y él se sentía miserable por dejarse llevar por ese aburrimiento hasta dejar que lo consumiera, ahora sin las pastillas y de vuelta al campus y al equipo de Exy, pensaba que lo único que podía mantenerlo aún en pie eran las promesas que les había hecho a Kevin, a Aaron, a Neil...
Esa mañana tenían la reunión con el entrenador, por lo que el grupo se dirigió al estacionamiento y Nicky fue en busca de Neil; sin embargo, cuando la figura de Nicky se acercaba al auto sin Neil y con el teléfono a la oreja, Andrew sentía otra vez esa incómoda sensación cada vez que los sucesos se relacionaban con Neil, y se decía constantemente así mismo que era por la promesa de mantenerlo vivo.
– Neil no está en su dormitorio, no contesta las llamadas ¡y tampoco está en el estadio! me lo acaba de decir el entrenador ¡Uno de estos días me va a dar un ataque al corazón! en el estado en el que está no puede haber ido caminando ¿o sí? – Dijo Nicky sentándose al lado de Aaron en la parte de atrás del auto. Aaron miró con indiferencia a su primo, Kevin miró por la ventana como si pudiera encontrarlo afuera. Pero Andrew no esperó a que alguien respondiera, sino que arrancó el auto, tenía una idea de dónde podía estar Neil.
– Andrew eh... tal vez podríamos echar un vistazo por el campus... ¡Oh cierto, la biblioteca! – dijo Nicky quien a pesar de la conversación unilateral que llevaba con su primo, parecía querer con todas sus fuerzas merecer su aprobación, desde su rehabilitación Andrew apenas les hablaba. – ¡Hey Kevin! Si quieres que Neil se recupere para jugar al Exy será mejor que vengas acá atrás.
Kevin parecía estar debatiéndose o preparando una respuesta a Nicky, pero antes que lo decida Andrew ya había bajado del auto en dirección a la biblioteca. El primer piso donde estaban las estanterías estaban cerradas por las vacaciones, por lo que descartó buscar adentro, subió a los siguientes niveles dando un vistazo a las salas abiertas, hasta que llegó al laboratorio de computación, su vista ubicó rápidamente a un mechón castaño pelirrojo que sobresalía de la última computadora, esa incomodidad que le había surgido en el estómago empezó a calmarse mientras se acercaba. Neil se había quedado dormido sobre el teclado, su mano aún sostenía el ratón de la computadora con el que había estado navegando, su respiración era lenta, ¿cómo una persona con los instintos de salir corriendo podía quedarse durmiendo en un lugar como éste? Definitivamente Neil lo sacaba de quicio. Le clavó dos dedos en su nuca para despertarlo. Estaba cálido. Su tacto fue disparador, Neil lanzó el ratón de la computadora hasta que fue calmándose reconociendo el lugar, pero Andrew tensó sus dedos para inclinar hacia atrás su cabeza y que sus ojos se encuentren.
– ¿Tu curva de aprendizaje es una línea horizontal? Ayer te dije que dejaras de dificultar mi vida.
– Y yo te dije que no te prometería nada – le respondió Neil sosteniéndole la mirada. Andrew dejó que Neil se recuperara por completo y se dirigió a las escaleras.
Cuando regresaron al auto, Neil subió al asiento del copiloto, al parecer habían convencido a Kevin de mostrar consideración a las heridas de Neil.
– No le dije a nadie que iba a la biblioteca– comenzó a preguntar Neil, con un tono entre paranoico y curioso.
– Tú solo tienes un par de escondites. El entrenador dijo que no estabas en el estadio. No respondiste tu teléfono cuando te llamamos. – Le soltó Nicky desde atrás.
Neil revisó su celular y al comprobar que estaba sin batería lo dejó en el sostenedor de vasos. Andrew que estaba al tanto de los movimientos de Neil estiró un brazo para abrir la guantera, esperando que Neil entendiera.
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All for the Game / Punto de vista de Andrew Minyard
FanfictionEstas son algunas historias cortas desde el punto de vista de Andrew Minyard, basados en el tercer libro "The King's men" de la serie "All for the Game" de Nora Sakavic. La historia, personajes y universo pertenecen a la autora Nora Sakavic y el cré...