7. Ven a recogerme al estadio

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El 19 de enero llegó a su fin y esa noche Andrew repasó los sucesos en su mente, los Foxes habían ganado 8 a 5 contra "Las Tortugas Acuáticas", pero nadie celebró. Antes del partido alguien había inundado el casillero y equipo de Neil con sangre, estaba por todas partes, también habían escrito "Feliz cumpleaños 19, Junior" en los baños, la sangre se derramaba lentamente por los fríos azulejos. Andrew aún podía recordar la tensión de Neil y sus ojos vacíos cayendo en un miedo desgarrador y profundo, y luego repentinamente vio a Neil obligándose a volver a ser él mismo, aplastando el pánico y el terror que le producía la situación, recomponiéndose pedacito a pedacito y enfocando todas sus fuerzas en jugar al Exy como si nada hubiera pasado. Las explicaciones que dio al equipo después del partido, no convencían a Andrew, él sabía que ése tipo de fachadas sólo harían que el golpe sea más potente y podría hacer que Neil quisiera huir.

Estuvo pendiente de Neil durante el resto de la jornada, sabía que no había salido de su habitación desde el partido. A la mañana siguiente, Matt le hizo saber que Neil había salido, probablemente a correr, esperó a que regresara y cuando no lo hizo llamó a Wymack para saber si estaba con él.

–Está en la cancha, voy justo para allá, desayunaré con él y lo mantendré ocupado con los nuevos expedientes, no te preocupes– Le respondió Wymack al otro lado del teléfono.

–No me preocupo– Y cortó.

Andrew pasó la mañana en la habitación, se sentó en la mesa al lado de la ventana fumando mientras miraba al exterior, Aaron y Nicky estaban en una ronda de un nuevo videojuego, Kevin estaba en su laptop viendo un partido de Exy. A media mañana se decidió ir a Atlanta, tomó los cheques que Neil le había dado a cambio de otra promesa, las llaves del auto alquilado y desenchufó los audífonos de Kevin diciéndole mientras se ponía la chaqueta: –Nos vamos.

Una vez en el auto y con Kevin como copiloto giró la llave de contacto, calculó el tiempo que le tomaría llegar hasta allá, calculó el alcance del combustible y emprendió la marcha hacia la interestatal. Ya estaban en la salida cuando su celular vibró en el bolsillo de su pantalón, con una mano lo alcanzó y vio el nombre en la pantalla: "Neil".

Andrew no sabía en qué momento había frenado o cómo ya había parqueado al costado de la carretera, tampoco le hizo caso al claxon que le tocó un auto cuando hizo la maniobra, pero él no tenía cabeza para nada más, había contestado, pero Neil no decía nada, se quedó esperando alguna respuesta y nada. Kevin lo miraba con ojos de confusión.

Andrew sabía por qué le estaba llamando Neil, tal vez lo había estado esperando desde el momento del colapso. Esperó. Pasaron cinco segundos, diez, veinte, treinta... pero Neil seguía sin articular una palabra. Casi podía escuchar su respiración, él sabía que estaba ahí. Al final optó por decirlo un poco más fuerte:

–Neil.

Un poco después, Neil dijo en voz baja:

– Ven a buscarme al estadio.

Andrew colgó el teléfono y dio vuelta en "U" en la carretera, manejó violentamente como si cada segundo y cada minuto fuera una oportunidad que lo alejara de Neil y de la promesa que tenían el uno con el otro. "Ven" le había dicho y Andrew entendía perfectamente.

Cuando entró al parqueo del estadio manejó directamente donde su encorvada figura yacía derrotada en la acera, frenó tan secamente y a pulgadas de él, que era imposible no notar su presencia.

Se cansó de esperar y salió del auto a buscarlo. Se miraron. Neil parecía completamente abatido, Andrew comprendía perfectamente esa sensación, pero él estaba tan acostumbrado a sentirse así que no sentía lástima y sabía que Neil tampoco quería compasión. Para Andrew una persona podía caer una y otra vez en un círculo vicioso, al punto de volverse una manera de vivir, al punto de sentir apatía por el agotamiento mental, ésa había sido la forma de sobrevivir de Andrew.

–No quiero estar aquí hoy– le dijo Neil

–Estábamos casi en la interestatal– y con eso se dio la vuelta esperando que Neil subiera con él. Y así lo hizo.

Manejó durante dos largas horas en silencio, era casi imperceptible, pero Andrew observaba a Neil cada cierto tiempo desde el espejo retrovisor. Neil había caído dormido apoyado a la ventana cuando zumbó nuevamente el teléfono de Andrew, al otro lado de la línea Renee decía: "Hola Andrew, no quería molestarte sino fuera importante, seré directa, Dan y Matt planean organizar una fiesta de cumpleaños para Neil, les he dicho que no sería adecuado ¿tú qué opinas?"

–No– respondió Andrew y cortó.

Cuando llegaron al concesionario de autos, Kevin salió y Andrew se dirigió a Neil para advertirle.

–Sal o quédate aquí. Ésas son tus únicas opciones.

–Me quedaré– le dijo Neil, entendiendo el real significado.

Andrew buscó al representante de ventas quien ya estaba mostrándole a Kevin las bondades de un auto en exhibición, se dirigió a Andrew cuando vio que el comprador era él, un vendedor era como un político, debía adaptar su personalidad y trato según su cliente, por lo que no dudó en darles un tour por la tienda, haciendo énfasis en lo bien que le quedaría tal o cual auto. Al finalizar, Andrew estuvo interesado en el último Maserati negro que había llegado a la concesionaria, el vendedor ágilmente le dio las características en rendimiento, diseño y tecnología y cuando menos se lo esperaba Andrew ya estaba diciendo que compraría el auto.

Después de organizar el papeleo y pago el vendedor le dijo:

–Bien, todo está en orden con los cheques, ahora sólo falta que firme el seguro, puede incluir a una persona adicionalmente y firmar aquí, aquí y aquí.

Andrew sin pensarlo escribió "Neil Josten" en el segundo asegurado y apartó los papeles firmados.

–Es todo suyo, ¡un placer señores!– Le dijo el vendedor irradiando felicidad y dándole dos llaves del auto.

Una vez en el parqueo, Andrew despertó a Neil para saber en qué coche iría.

–¿Kevin? – le preguntó a Neil.

–Déjalo ir contigo. No tengo nada que decirle. – Andrew asintió y una vez en el nuevo Maserati salió a la carretera con Neil siguiéndole en el auto alquilado.

De vuelta en Palmetto State, se detuvieron a devolver el auto rentado y regresaron los tres en el nuevo auto a la Torre de los Zorros. Pero Neil continuaba flotando ensimismado y Andrew no quería dejarlo así porque sabía que Neil no estaba acostumbrado a manejar esa opresión sin huir.

Neil había logrado calmar a Andrew en momentos oportunos, sería el turno de Andrew para  "intentar" hacer algo al respecto.

All for the Game / Punto de vista de Andrew MinyardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora