9. Helado

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Para su sorpresa (y Andrew odiaba las sorpresas) la situación parecía complicarse de un modo retorcido para él. El miércoles había descubierto que sus sesiones individuales con la psiquiatra Bee Dobson habían pasado a ser sesiones de pareja con nada más y nada menos que con su gemelo. Durante la primera sesión Andrew se había negado siquiera a hablar, por su parte Aaron tampoco lo hizo, pero Bee parecía complacida insistiendo que ya de por si era un primer gran paso.

Esa semana no tenían un juego, por lo que las prácticas tomaron la mayor parte de su tiempo, Aaron se había negado ir a Columbia desapareciendo de la habitación el viernes y estaba implícito que no saldrían sin él, por lo que se quedaron a pasar el tiempo en la suite de los primos.

Nicky había traído a Neil consigo y eso había puesto de un mejor humor a Andrew, quien aceptó jugar el último videojuego adquirido por Nicky.

Kevin, quien estaba mirando un partido de Exy en su laptop desenchufó sus auriculares para que Neil se acercara a mirarlo junto a él, y cuando comprendió que el ruido de la TV y las exclamaciones de Nicky no lo dejarían concentrarse del todo, jaló a Neil consigo a su habitación.

Andrew quien no había dejado pasar por alto este gesto, dejó que Neil sea guiado a una sesión de análisis aburrido de Exy que seguramente sólo dos obsesionados como ellos podrían disfrutar, además "no me importa lo que haga" pensó para sí mismo.

–Tenía tantas ganas de ir a Columbia– se quejó Nicky cuando perdió por quinta vez en su propio juego.

–Nadie te detiene.

–Sabes que jamás iría sin ustedes. Al menos deberíamos ir a la tienda por helados ¡Vamos Andrew! No puedes negarle este pequeño gusto a tu primo favorito ¿o sí?

–Eres el único primo que tengo y no era que tuviera mucha elección.

–¡Eres un desalmado! le diré a Neil que me lleve, al menos él sí tiene corazón– y con eso se levantó a buscar a Neil. Escuchó la voz estridente de Nicky por el pasadizo y decidió que sería interesante escuchar la respuesta de Neil o el enojo de Kevin al ser interrumpido. Se levantó y se acercó a la habitación.

–Vamos, Neil. Los juegos seguirán allí mañana. Estoy aquí ahora, tengo hambre, y estoy cansado de que me ignores en mi propia habitación.

–Andrew puede llevarte– le dijo secamente Kevin.

–Ya no te estoy hablando a ti. Estoy hablando con tu mini tú– le acusó Nicky

–Yo...– titubeó Neil y pareció ganar tiempo mientras miraba su celular, pero cuando levantó la vista y sus ojos se encontraron por una fracción de segundo, Neil parecía decidido cuando dio su respuesta a Kevin: –¿De qué tipo quieres?

–No te vas a ir– le dijo Kevin estupefacto y molesto

–Si nos metemos en otro juego esta noche, nos levantaremos demasiado tarde. Elige un sabor– Y cuando no obtuvo una respuesta agregó –Envía un mensaje de texto a Nicky cuando te decidas.

Cuando Nicky y Neil salieron hacia la tienda por los helados, Andrew quiso poner un poco de sal a la herida de Kevin.

–Rechazado por su propio pupilo, qué patético

–Andrew sólo cállate, estamos tan cerca del próximo partido, no podemos permitirnos bajar la guardia, Neil estaba concentrado hace unos momentos, son ustedes la mala influencia.

–Nah, él ya venía con ése problema de actitud.

Se encogió de hombros y se fue a la habitación principal de regreso a su puff, poco después Kevin salió a conseguir sus audífonos y oyó cerrar la puerta tras él con un portazo furioso.

All for the Game / Punto de vista de Andrew MinyardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora