Punto de vista de Kevin respecto a su tatuaje
Kevin Day sentía como el reloj de arena se estaba acabando conforme los días se acercaban más al día del partido y la tensión en su cabeza se estaba pronunciando cada vez más. Cada día se obligaba a verse al espejo y no podía evitar los sentimientos de repulsión hacia el "2" en su mejilla.
Habían pasado muchos sucesos desde que la idea le había estado rondando en la cabeza. Una de las primeras había sido Thea, su novia, a quien no había visto desde su accidente, ella se había presentado en la Torre de los Zorros hecha una furia, no solo por la terrible entrevista que Kevin había dado al final del último partido (donde insinuaba que su mano izquierda no había sido un accidente, que su entrenador era su padre, que nunca volvería a jugar en Edgar Allan y que los Ravens eran unos idiotas), sino porque a ella le importaba que Kevin estuviera bien y porque quería ser parte de la vida de Kevin. "No me importa que estés en el peor de los equipos o si es el mejor, pero quiero ser yo la primera en saber si algo te pasa ¿me entiendes?" le había dicho ferozmente y Kevin recordó porqué se había enamorado de ella y de su espíritu competitivo.
También, en cierta forma, había influenciado sus conversaciones con Jean Moreau, él ya no iba a jugar más para los Ravens, había decidido seguir adelante y jugar para los Trojans, el mismo Jeremy, el capitán lo había confirmado. Eso significaba que Jean continuaría con su vida, no se estancaría y Kevin tampoco quería quedarse atrás, no quería que sus miedos sean su perdición, lo mejor sería enfrentarlos.
Un día antes del partido contra los Ravens, había convencido a Wymack que lo lleve al centro de la ciudad, su mismo padre le había ofrecido en una anterior oportunidad llevarlo y esta vez Kevin había tomado la decisión de hacerlo.
El local al que llegó Kevin esa noche era uno escondido al final de un callejón, la luz neón de la entrada indicaba que estaba abierto. Al entrar, un hombre con tatuajes tribales en los brazos saludó a Wymack como a un viejo amigo, luego miró a Kevin y asintió con una gran sonrisa.
–¿Tienes alguna imagen en mente? Si quieres puedes usar el catálogo– le ofreció el tatuador.
–Quiero... cubrir lo suficiente como para dejar de ver el estúpido "2" de mi cara– dijo Kevin
–En ése caso, tendrá que ser algo de ése tamaño, con una forma similar...– respondió el tatuador
–¿Un signo del Exy tal vez?– sugirió Wymack
–Yo pensaba más un objeto– le decía su amigo
–¿Una corona?
–¿Una copa?
–¿Una pieza...?
–Una pieza de ajedrez– declaró Kevin y después se volvió hacia Wymack –Quiero... quiero la pieza de la Reina.
–Perfecto– le aseguró Wymack, asintiendo con seriedad.
Kevin se miró por última vez al espejo, horas más tarde cuando volvió a verse tenía una pieza de ajedrez perfectamente pulida sobre la piel, una Reina imponente.
–Vamos, te llevaré por algo de comida– le dijo Wymack, mientras el tatuador terminaba de colocar el vendaje a Kevin.
Cenaron en un bar que servía aperitivos, Wymack pidió vodka y Kevin agradeció por las bebidas, porque en esos momentos sentía estar a punto de colapsar.
–Tomaste la mejor decisión– le dijo su padre, después de un momento donde se dedicaron a tomar en silencio.
–Cuando éramos pequeños... Riko era como mi hermano, era mi única familia y yo la de él, mientras jugábamos de pequeños, juramos jugar hasta de grandes y tener el mejor equipo del mundo...– dijo Kevin con la mirada perdida.
Como Wymack no lo interrumpió, él prosiguió.
–Comenzó como un juego, ambos usábamos marcadores negros, él me pidió que le dibujara el "1" y él me dibujó el "2", no sabía que en ése momento me estaba condenando...– se quebró un poco su voz y tomó más vodka.
–Me lavó la cabeza, yo simplemente me volvía a remarcar el número cuando la tinta se despintaba, yo mismo lo hacía... luego cuando tuvimos la suficiente edad, nos lo hicimos permanente... me odio por haber sido engañado, por haberme sentido como un objeto– Kevin seguía bebiendo, pero tenía lágrimas en las orillas de los ojos.
–Eras joven y no tenías a nadie quien te explique las cosas, pero ahora me tienes a mí y tienes a tu equipo, nunca te vamos a abandonar– le dijo Wymack.
–Yo... eh gracias...en serio, gracias– respondió Kevin después de un largo rato mientras seguía bebiendo.
La noche transcurrió entre las bebidas que poco a poco ahogaban la pesada carga que Kevin había llevado por tantos años, liberarse no sólo había implicado huir cuando Riko lo lastimó, sino también había implicado romper esa cadena mental que lo ataba a los recuerdos de ésa vida, había implicado valorarse, confiar en sí mismo para no perder las esperanzas.
Riko no había significado más que una persona horriblemente egoísta y cruel, él al igual que un rey sacrificaría a cualquier pieza del tablero con tal de ganar, antes Kevin había pensado igual, pero Wymack le había abierto los ojos y le había enseñado que cada pieza era importante, entonces Kevin decidió que si era una pieza de ajedrez sería la más poderosa: la Reina, la pieza que todos temían, la más mortal.
Ahora, Kevin era dueño de su destino y no dudaría en despegar sus alas y alcanzar el éxito.
Kevin aún no sabía, que horas más tarde, una gran multitud estaría gritando "¡Reina!", "¡Reina!", "¡Reina!", la gloria estaba al alcance de sus manos.
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All for the Game / Punto de vista de Andrew Minyard
FanfictionEstas son algunas historias cortas desde el punto de vista de Andrew Minyard, basados en el tercer libro "The King's men" de la serie "All for the Game" de Nora Sakavic. La historia, personajes y universo pertenecen a la autora Nora Sakavic y el cré...