La Conejita de los hermanos Brown

Capítulo 18

   SOY UN DIOS TODOPODEROSO

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CHARLOTTE

Luego de decirle que sí a Ehiler me despedí dándole un corto beso en los labios y salí del carro hacia mis clases.

Ahora me encuentro en la biblioteca realizando una tarea super larga de biología. Mis acompañantes son Jenifer, Madeleine, Anny y Jackson, Gregory no está y Madeleine me dijo que él está en el gimnasio.

No he hablado mucho porque estoy concentrada en mi tarea, los chicos se levantan y por primera vez en la tarde despego los ojos de las hojas.

－¿A dónde van?－Pregunté en general para que respondiera el que quisiera.

Me respondió Anny－ Tenemos clases, vendremos cuando acabe esta hora.

－Estaré sola...－Hice puchero.

－Sola no, allí viene Erik－Dijo Madeleine sonriente, terminaron de recoger y se fueron dejándome sola antes de que llegara Erik a quién sabe qué.

Suspiré profundo y volví a mirar mis apuntes.

Él llegó y me quitó el lápiz. Lo miré mal－¿Qué te pasa?

－¿Qué te pasa a tí?¿Cómo se te ocurre decirle que sí a Ehiler?¿Ahora son novios?

Hablé calmada, no tenía ganas de pelear－Erik eso no te importa, ¿Me puedes dejar en paz ya? Ve a revolcarte con Fanny o con quien te plazca, pero a mí ya no me molestes. Por favor.

Me devolvió el lápiz, y se sentó. Su rostro ahora estaba inexpresivo－Entiendo que te dieron celos porque no fui y te folle a tí, pero no por eso tenías que darme celos con mi propio hermano.

－Vete.－dije solo eso.

－No me iré, te dije que serás mi novia, no de él y si tengo que hacer que le seas infiel o lo dejes de alguna forma lo haré, eres mía desde que te vi en el jodido club y lo serás aún más.

Me tomó del cuello y estampó sus labios en los míos, -quería que lo hiciera antes- sigo sin poder negar  la gran tensión sexual que hay cuando estamos solos y la gran atracción que hay entre ambos. Sin embargo, se que hice mal al dejar que el beso continuara.

Seguí el beso, sus lengua entró en mi boca, al sentir ese tacto mi cuerpo recibió una pequeña corriente tipo eléctrica.

Bajó su mano a mi cintura y apretó en ese lugar. Escuché una voz masculina y me alejé de Erik, él me miró con el entrecejo fruncido.

Pasé mi mano por mi boca para limpiar el resto de los besos húmedos de Erik y miré hacia otro lado, ahí estaba Ehiler entrando, por suerte no vio lo que sucedió con su hermano.

Se acercó, miró a Erik －Hola, Erik－Me miró a mi y se acercó, besó mis labios－Hola Charly ¿Quieres ir a la cafetería?

Miré a Erik quien se levantó y se fué, al estar en la puerta me echó una última mirada de enojo.

－Sí, vamos. Muero de hambre.

Sonrió－Ven, te ayudaré a recoger.

Me ayudó a recoger mis cosas y fuimos a la cafetería, comimos y hablamos un rato.

Es muy lindo conmigo, desde mucho antes de que fuéramos... novios...

Fuí a mi último clase.

Al acabar todas mis clases Ehiler me llevó al apartamento, terminé de realizar mis tareas ahí y me preparé para ir al club.

Antes de salir tocaron a la puerta. Abrí y Erik entró hecho una furia.

«¡Es gruñón de los pitufos!»

Cerré la puerta y me senté en el sofá a esperar sus gritos, sin embargo, no llegaron, solo me observó, crucé las piernas que estaban descubiertas por el vestido que ya tenía y puse mis manos en mi regazo.

－¿Ahora que me dirás, Erik Brown?

－Estas hermosa.

－¿Ya no me insultaras? Ahora vienes con labia－reí.

De repente empezó a llover muy fuerte, la ventana estaba abierta así que me levanté a cerrarla porque hacía mucho frío.

Él se acercó por mi espalda, puso sus manos en mi cintura y aspiró el olor de mi cabello.

Me sentí rara. No me moví, bajé las manos a esperar que se separará de mí - no lo hizo -, me volteó y me miró a los ojos.

－Terminale.

－No lo haré, a penas empezamos a ser... Novios.

－Él no te gusta y lo sabes muy bien, no lo quieres, no lo deseas porque no soy yo.

－Tu ego es muy alto. No sabes lo que me gusta y lo que no.

－Yo te gusto Charlotte y tú a mí también.

Se fue la luz quedando en total oscuridad y luego sonó un fuerte trueno.

Erik se apegó aun más a mí y yo aún más a él.

－No te separes de mí－dijo en voz baja.

－Ni tu de mí... Me da miedo la oscuridad cuando llueve así de fuerte.

－Y a mi los truenos, no preguntes, solo no te separes.

Reí, era increíble que un hombre como él le tuviera miedo a los truenos. Sonó otro y lo sentí abrazarme más fuerte, puso su cabeza en mis pechos para resguardarse, lo seguí abrazando. Me pareció muy torpe y tierno a la vez, parece un crío.

Buscó su teléfono y prendió la linterna－Vamos a mi habitación, está haciendo mucho frío y no creo que esto pase rápido.

Fuimos, él alumbraba aún, me quité el vestido y el uniforme quedando en ropa interior, me puse un pijama y fui a la cama, tomé unas cobijas y se las di, me acosté de cucharita y me arrope.

Él se acostó también quitándose los zapatos ya que sonaron al caer en el suelo y se arropó, apagó el teléfono y solo podíamos oír la lluvia caer.

No dijimos nada por un buen rato hasta que decidió hablar－En un rato me voy, solo...

－Esta bien no te preocupes, sé que eres un simple mortal que también se asusta－Sonreí y escuché que el rió en lo bajo.

－Soy un Dios todopoderoso.

－Sí, ajá, Hércules.

Sentí que se movió en la cama, su respiración chocó con mi cara, sus dedos tocaron la piel de mis mejillas en una leve caricia.

－Eres hermosa, Charlotte, no es una simple labia.

－Tu también eres... guapo, supongo.－sonreí.

Sentí su aliento fresco y caliente en mis labios, cerré mis ojos y esperé su beso.

Este beso fue cálido, fue sinceridad, fue dulzura, fue un beso que no me había dado antes, fue tan apasionado que me transmitió una nueva versión de Erik que no había conocido, el romántico empedernido que se que tiene en el fondo salió con tan solo ese beso.

Bajo las sábanas se sentía cálido, lo abracé apegandome a él, sus labios también se sienten cálidos －Puedes dormir aquí hoy... Sin sexo.

Rió－Con tenerte en mis brazos ya me basta... por esta vez－Volvió a besarme.

¿Qué hago con Ehiler...? «Ya me metí en un problemon»