Capítulo 30

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HACIENDO TAREAS

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Escena +18💋
 

CHARLOTTE

Entramos al comedor, era grande, había una mesa con ocho sillas, todos nos sentamos, el padre se sentó en la cabezera de la mesa como el líder de la familia, su esposa a su lado y su hija a su otro lado. Erik se sentó al lado de su madre y yo me senté en su otro lado donde quedaba vacío. Bueno, quedaron algunos puestos vacíos supongo que serían de Ehiler y Teison que no vendrían.

Sirvieron la cena y comimos a gusto mientras charlábamos.

-¿Cómo vas en la universidad, cariño?-Erik miró a su madre para responderle.

-Bien, ya estoy a poco tiempo de graduarme.

¿Qué estaba a punto de graduarse? Yo a penas estoy empezando y todavía me faltan cómo tres años más.

-Me alegro que empezaran a hablar de este tema, Erik en cuanto tengas el título de administración de empresas sabes que tendrás que ir ha administrar la empresa de Londres por un año ¿verdad?

Miré a su padre y luego lo miré a él... Estábamos iniciando nuestra relación y ¿descubro que se tendrá que ir por un año? Me volveré loca lo juro.

-Sí-dijo Erik entré dientes, tomó agua de su copa-, ya lo sé, padre. Podemos hablar luego de eso.

El ambiente se puso tenso y entendí que era un tema que no les agradaba mucho hablar. El señor Estéfan iba a hablar cuando la pequeña Betty fue más rápida.

-Hoy me mandaron a realizar una lámina de exposición, Erik.

-¿En serio? cuéntame más.

-¡Sí! Tengo que dibujar una piña y explicar todo sobre ella-hizo puchero-La maestra me dijo que podía tener ayuda-Me miró, "en ese momento senti el verdadero temor" eso lo vi en un meme-, Charly ¿creés que me podrías ayudar?

Erik me miró, también lo miré suplicante.

-Sí lo hará.-dijo él muy descarado sin mi consentimiento.

Miré a Betty y sonreí asintiendo mientras pellizcaba a Erik por debajo de la mesa. Sus padres tenían sonrisas cómplices.

La señora Eleonor se levantó.

-Nosotros iremos al club para chequear unos asuntos que tenemos pendientes, Betty debe dormir temprano.

Terminamos de cenar, llevamos los platos al lavabo y subimos a la habitación donde nos quedaríamos esa noche, era acogedora.

Betty me buscó una lámina de papel boom y muchos lápices de colores, me dijo como quería que fuera todo y se fue a dormir sin despedirse, supe que iría a dormir porque bostezó mucho antes de marcharse.

Erik cerró con llave el cuarto, me dió una camiseta de él para que me cambiara, lo hice, me dejó haciendo la lámina y se fue a duchar. Me gustan hacer manualidades así que no me quejo.

Estaba coloreando una linda piña cuando Erik terminó de ducharse y salió con una toalla en su torso. No le presté atención y seguí en lo mío, bueno en lo de su hermana.

-Charlotte...- su voz era ronca.

-¿Mm?- emití sin dejar de colorear, me sentía totalmente cómo una cría.

-No te pongas así, por favor.

Fruncí el ceño- Erik estoy tratando de...--me quedé muda al levantar la vista, Erik aún seguía con el paño en su torso, pero en ese diminuto pedazo de tela se encontraba un gran bulto, él estaba mirando hacia la pared y entendí todo.

Volteé para ver la pared, ahí había un espejo el cual yo le estaba dando la espalda mientras hacía la lámina.

Resulta que todo este tiempo yo estaba muy cómoda con las rodillas en el suelo y la cola levantada mientras pintaba la dichosa piña y pues imaginé que en la posición que estaba se veía claramente mi trasero cubierto solo por mi ropa interior, en mi defensa esa posición no era muy normal, pero era cómoda.

Me sonrojé y me levanté enseguida.

-Eh...-

Erik se lamió los labios y tragó saliva, vino a mí, me tomó en sus brazos y me lanzó a la cama depositando besos en mi boca.

Él estaba caliente y obviamente al notarlo así y sentir su miembro erecto contra mis muslos también me pondría caliente...

Rodeé su cuello con mis manos y dejé que él quitara la camiseta que tenía en ese momento dejándome con la ropa interior sin sujetador.

Se acercó a mi oído.

-Quiero que te pongas en esa misma posición en la que estabas.

«Tragame Tierra»

Amo mi cuerpo, pero no creo poder exponerlo de esa manera, es decir, ya lo he expuesto por ser bailarina, pero ¡No totalmente desnuda para follar! Es una posición un tanto vergonzosa para mi gusto.

-No puedo hacerlo.

-Si lo harás, te veías perfecta en esa posición.

Me sonrojé aún más. Acarició mis pechos mientras besaba mi mandíbula.

Me tomó con un brazo y logró voltearme de un jalón. Pegué la cara a la cama totalmente roja de pena, levantó mi trasero en la posición que tenía antes, con las rodillas apoyadas de la cama también.

-Dios, Charlotte... ¿Te he dicho que amo tu cuerpo?

Sonreí.

El calor volvió a inundar mi cuerpo en cuanto él azotó mi trasero. Rozó sus dedos de mi entrepierna. Hizo a un lado la tela he introdujo sus dedos en mí. Gemí.

-Erik... no.-dije tratando de no tartamudear, mis piernas flaqueaban.

-¿No qué?-Su voz aún estaba ronca.

-Me estás castigando, no lo hagas, solo follame ya.

Escuché que reía.

-Estas muy mandona hoy, ¿no?

Me tomó de la cadera y me jaló hasta que mis pies bajaron al suelo, quedé en el borde de la cama con mi pecho pegado a las sábanas, aún estaba boca abajo.

Miré que la toalla calló y mis bragas también cayeron al suelo, sentí su miembro entrar en mí de una sola estocada y ¡Diablos!

-Erik...

-Charlotte.

Todo iba tan bien, tan excitante, tan placentero, tan divino, tan, tan ¡todo! Hasta que interrumpieron.

Tocaron la puerta, él trató de ignorarlo, pero seguían los golpes. Se volvió a colocar la toalla y volví a ponerme la camiseta mientras me sentaba atenta en la cama.

Se dirigió a la puerta y abrió, Betty entró con una sonrisita endemoniada y con un pijama muy lindo de unicornios.

-¿Tu no deberías estar dormida, enana?

-Sí, pero no puedo dormir, quería que Charlotte me leyera un cuento-dejó de ver a su hermano para mirarme a mí-¿Puedes?

Suspiré-Claro, vamos.-me levanté, recogí la lámina y los colores para ponerlos en un lugar seguro. Le di un corto beso a Erik y salí de la habitación hacia la de Betty, ella me estaba guiando.

Se acostó en su cama y me señaló en dónde estaba el cuento el cual tomé y empecé a leer sentada en una sillita.

Iba por la mitad cuando ella me interrumpió-Ya me agradas-subí la mirada a donde ella-nadie me ayuda con mis tareas ni me leen ese cuento, dicen que estoy grande para escucharlo, fuiste la única que me prestó su atención así sea por un momento, así que permito que seas la novia de mi hermanito, pero controla tus manos.-sonreí.

-Tu también me agradas.- continué leyendo hasta que quedó rendida en un profundo sueño, la arrope con las sábanas, apagué la luz y salí del cuarto cerrando.

Cuando llegué a la habitación de Erik él se encontraba dormido ya, sonreí, cerré la puerta, apagué la luz y me acosté depositando un beso en su frente y abrazándolo.

La Conejita de los hermanos BrownDonde viven las historias. Descúbrelo ahora