El sol nisiquiera había salido y yo ya estaba despierta girando en círculos en la cama, solo cuando los primeros rayos de sol iluminaron el cielo fue que abandone intentar conciliar el sueño de nuevo.
No sé qué fue peor, si alzar mi cabeza de la almohada junto toda la presión que tiene un lado de mi cráneo, la misma que no me deja pensar, dormir o siquiera subsistir sin dolor o la culpa que no me está dejando respirar.
Lo que ocurrio ayer fue la mejor solucion que pude encontrar, encerrarla no era un opcion y concederle todo lo que ella quería era sujetarme yo misma el pie con una soja, ella no se iba a conformar con eso, siempre querría más y más.
Mentiría si dijera que no me decepcionó su traición, Todavía recuerdo cuando abrí una carta dirigida a los ingleses, Que relataba a detalle como planeaba vender mis secretos, mis planes a ellos a cambio de una posición mejor, Recuerdo como ordene a mis guardias que la llevaran a los calabozos, Sus gritos y lamentos los tengo grabado en mi memoria, Como se aferraba a mi falda declarando que no había escrito esa carta.
Pero era inútil que lo negara, conocía su letra a la perfección, Además había notado días antes de que descubriera, Que su comportamiento cerca de mí era muy nervioso e cauteloso.
Termino de colocarme unos anillos y el collar de oro que combinan a la perfeccion con el vestido color morado en combinación de una tela de santin del mismo color, sacudo los mechones rebeldes de mi cabello y unos golpes me confunde un poco, porque es muy temprano para que toque nadie.
Grito y sigo en lo mío restándole importancia al asunto. - ¡Adelante! - acomodo cada anillo y pendiente en su sitio, pero dejo de hacerlo cuando no escucho sabanas siendo sacudidas.
Algo nerviosa giro y lo primero que me encuentro sus unas largas piernas cubiertas de un pantalón negro que en algunas zonas le queda como segunda piel, Excelente opción para una camisa sencilla blanca con patrones simples,pero a la vez muy elaborados con un cuello con forma v que no tapaba mucho.
Trago saliva y choco con la realidad de golpe. - Saludos su alteza. - Hago una reverencia y maldigo mi lenta reacción, porque mi saludo vino mucho después de quedármele viendo un buen tiempo.
- Lamento la hora, juro que lo pensé después de tocar tu puerta. - rasca la parte de atrás de su cabeza riendo un poco.
- Me gusta levantarme temprano su alteza, El día se aprovecha mejor. - le contesto y no logro entender que fue lo que cruzo por esos ojos, el no parece querer decirme cuál fue la razón de su visita a esta hora, y yo no tengo ganas de preguntarle.
Camina un poco hacia mi. - Solo quiero estar seguro que estás bien, el dia de ayer saliste corriendo de la fiesta. - abro la boca y recuerdo que el fue quien presenció todo esa escena irracional de mi parte.
- No hay necesidad de estar preocupado su alteza, el sol estaba muy fuerte el día de ayer y como soy una persona que se mantiene encerrada, puede que me haya caído mal exponerme tanto. - explico con la mayor sonrisa mientras lo veo apoyar todo su peso en una sola pierna.
- Me estas mintiendo. - sentencia y trato de parecer relajada ante el, porque no fue una pregunta sus palabras, fue una verdad de la cual el está bastante seguro. - Entiendo no nos conocemos, lógicamente no tienes que confiar en mí, pero es tan evidente que algo está pasando contigo que me cuesta ver como cierras cualquier ayuda que puedas recibir.
- Su alteza. - respiró hondo para no perder la cordura con este hombre y ese largo suspiro que hice, me dio el tiempo suficiente como para inventar otra cosa. - Esta bien, se lo contaré para que no se preocupe más, mi padre está enfermo. - suelto esa bomba que me hace removerme incómoda y el solo arquea una ceja.
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The ascent to the stars|FRANCIS VALOIS
FanfictionElizabeth Ledebev fue una mujer valiente, inteligente y astuta que gobernó la Rusia de los siglos MDXL al XVIII. Era la única hija de los reyes Felipe II y Beatriz de Habsburgo, y fue una de las primeras mujeres en utilizar la debilidad como una arm...