Capítulo 52

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Los días transcurren velozmente como el devenir de un río insondable, Cada amanecer y ocaso parecen mezclarse en una marea constante de momentos, mientras el recuerdo de aquel fatídico día en la sala del trono me atormenta sin tregua. Antes de la catástrofe, cuando la felicidad era nuestra fiel compañera y los trámites mundanos y las solicitudes insignificantes componían la sinfonía de nuestras vidas, un mundo que compartía con mi esposa. Es solo un pasado muy lejano a mi pensamiento.

El sello que ahora reposa en mis manos, una vez símbolo de poder y deberes, Gracias a Dios no tuve el tiempo de devolverle dicho sello a su verdadero dueño esa mañana, A la distancia no debería tener valor o importancia, pero ese ha Sido mi unico método para sobrevivir en una tierra lejana, otorgándome recursos, favores y protección en un reino en el cual no tengo poder alguno.

No solo proveo comida, refugio temporal y caballos en buenas condiciones medicas, Si no una integrante nueva a esta locura, la nodriza que cuida a mi hijo Sebastián, despierta en mí una amalgama de emociones en constante conflicto. Observarla nutrir y velar por mi hijo es un recordatorio constante de lo que le está siendo negado a mi esposa. Cada vez que nuestras miradas se entrecruzan, el contraste entre su figura y la imagen que debería ocupar ese espacio se vuelve más dolorosamente nítido para mi.

La dulzura que inunda las mejillas de Sebastián, la suave curvatura de sus labios mientras duerme, Cada uno de estos detalles es un tesoro que absorbo con avidez. Mientras lo hago, trato por todos los medios no dejar a la vista mi conflicto emocional, Quiera o no, Ella proporciona lo que yo no puedo, creando un enigma doloroso dentro de mí, un enigma que oscila entre la gratitud y la melancolía.

En medio de la incertidumbre, el vínculo entre mi hijo y yo se fortalece. Cada día, cada hora que compartimos en este viaje, solidifica nuestra conexión. Pero las apariencias, como siempre, son frágiles. La noticia de nuestra huida se propaga como un incendio. Mi identidad como esposo de la futura reina y portador de su descendencia ha tomado un peso diferente a el cotidiano. La atención de todos los ojos reales se centra en mi hijo, su linaje es escrutado y cuestionado por la rapidez de todo. Lo unico que salva a elizabeth de ser acusada de adulterio es el testimonio de la pantera, que aseguro de sebastian nació prematuro.

— ¿Señor? — Una fina y cansada voz me hace sobresaltarme en mi puesto en el piso de esta cabaña, levanto la cabeza para encontrarme con la nodriza, que sostiene a mi hijo en sus brazos.

Está notablemente inquieto, sus llantos llenan el reducido espacio, provocando sin querer un dolor de cabeza para nosotros. Entiendo lo que ella me está solicitando con la mirada. Subo las mangas de mi camisa y extiendo los brazos para recibir a mi hijo.

Sebastián ha adquirido un tono rojizo en sus gordas mejillas debido a su berrinche previo. Lo acomodo un poco y sin más, le digo a la nodriza: — Descansa, yo me encargaré de él.

— Gracias, mi señor. — responde. Ella ocupa la única cama en la cabaña, Un viaje de esta magnitud es agotador para todos, especialmente con la adición de un recién nacido en la ecuación. La palabra "dormir" ha quedado relegada a un segundo plano en nuestras vidas.

Tanto yo, debido a mi constante paranoia por sentirme observado y vigilante, y como ella, cuidando a un niño con poca paciencia pero con una potente garganta, estamos exhaustos. Además, desde el primer día note que sebas no parece tolerar su presencia excepto cuando tiene hambre o necesita un cambio de pañal. El resto del tiempo, protesta y me obliga a abandonar cualquier otra tarea para cargarlo.

Dibujo círculos en las pequeñas mejillas sonrojadas, sonrío ante su tranquilidad y murmuro para no perturbar el sueño de la mujer que ronca ligeramente en la cama. — Eres un manipulador, no te detienes hasta conseguir lo que deseas, igual que tu madre. — Sus gordas mejillas se ensanchan en una pequeña sonrisa adorable, un marcado contraste con el llanto que llenaba la cabaña hace solo unos minutos.

The ascent to the stars|FRANCIS VALOISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora