Ayudada del espejo que tengo enfrente me acomodo el broche del cuello del vestido, tengo que admitir que mi buen humor por todo lo vivido hace unas horas atrás, me tienen feliz, lo suficiente como para arreglarme más de lo normal.
La poca iluminación que ofrecían las antorchas era una prueba contundente, Demostrando que habíamos pasado la mitad del día encerrados en mis aposentos.
Cansada cambio el peso de una pierna derecha, Francis se encargo de cuidarme en el baño, y creo que eso disminuyó un poco la irritación, pero aún así seguía estando ahí, como un molestó dolor de cabeza.
Distraída con unos aretes no lo siento llegar a mi lado, no hasta que me envuelve en sus brazos. - ¿En que piensas? - besa mi mejilla y termina de juntar nuestros cuerpos.
«Que tengo sueño, hambre y un poco de dolor, sin contar la inmensa preocupación que me esta invadiendo ahora que la burbuja entre nosotros se rompió» pero por más que quiera gritarlo a los 4 vientos no lo digo, solo me lo permito pensar. - Estoy decidiendo que arete ponerme. - Le enseño las dos opciones.
Me observa atraves del espejo para luego regresar su atencion a mi mano, donde están los aretes, al final señala los que tengo en la mano izquierda, dorados y brillantes. - Me gustan estos.
Me los pongo ignorando deliberadamente sus besos en mi cuello. - No quiero irme - gruñe en mi oído, giro mi cuerpo y tomo sus mejillas rasposas en mis manos.
- Francisco, Ya acordamos separarnos por un tiempo, tenemos que volver a nuestra realidad, además eso me daría tiempo a iniciar parte del plan que te conté ¿Recuerdas? - lo acarició y no puedo evitar reir por sus adorables pucheros.
- Recuerdo todo lo que hablamos pero, ¿No te parece mejor si ambas partes están enteradas del "plan"? así podré ayudarte y el tiempo lejos uno del otro se acortará.
Suspiré negando con la cabeza - No creo que sea necesario Francis, ¿consideraste mis palabras anteriores?
Confundido pregunta. - ¿Cuales palabras amor?
- ¿Tu padre, el consejo, harás algo al respecto acerca de ese asunto? - sus ojos brillan y asiente cunado finalmente entiende.
- Lo pensé, pero todavía no estoy convencido por completo, si fallo, padre podría considerar mis acciones como una lucha de poder abierta.
- Si decido hacerlo, tengo que tener supremo cuidado en no ofenderlo en el proceso, trabajar en las propuestas y moverme con astucia, un mínimo error y puede desestabilizar todo lo que he conseguido hasta ahora. - Peino su cabello y presiono mis labios en los suyos de manera rápida.
Antes de separarme de él, muerde mi labio inferior, rio y termino de alejarme de él. - Lo que decidas estará bien amor, no olvides que tienes mi apoyo en todo. - suspira y me abraza aplastado mi cuerpo por completo,
La presión de sus dedos en mi espalda no me incomodaba en lo absoluto, Lo contrario, hizo que lo abrazara con más fuerza.- Estos días, van a hacer tortuosos. - no le contesto y me suelto de sus brazos, tomo uno de sus dedos y lo jalo en dirección a la puerta que conduce a los túneles de la corte.
Descontento mira la puerta y a mi dirección varias veces, espero con los brazos cruzados a que terminara de salir pero nunca lo hizo.
Palmeo su espalda para que se fuera de una vez, gruñe y finalmente se decide a avanzar hacia la puerta. Suspiro aliviada mientras lo veo alejarse, sabiendo que esta separación temporal es necesaria para ambos. Tengo la esperanza de que, al seguir adelante con mis planes, pueda resolver los problemas que nos aquejan y construir un futuro mejor para nosotros.
ESTÁS LEYENDO
The ascent to the stars|FRANCIS VALOIS
FanfictionElizabeth Ledebev fue una mujer valiente, inteligente y astuta que gobernó la Rusia de los siglos MDXL al XVIII. Era la única hija de los reyes Felipe II y Beatriz de Habsburgo, y fue una de las primeras mujeres en utilizar la debilidad como una arm...