En mi subconsciente recuerdo que no fue buena idea apoyar la cabeza ahí, Mi visita fue principalmente para cuidarlo no para utilizarlo de almohada, Acomodo mi cabeza fascinada por el ritmo de su corazón y el vaivén de su respiración pausada.
Lucho por no dormirme encima suyo sin embargo no funciona demasiado dado a que en menos de un 1 minutos empiezo a adentrarme en mi subconsciente.
Respiró hondo soportando la cantidad de dolor que está en costado, Agudizó mi oído dándome cuenta que las pisadas que antes eran rápidas ahora se habían disminuido por completo, Dejando solo una respiración cansada y ruidosa que puedo escuchar con claridad.
La risa que suelta pone todos mis pelos de punta — Vamos linda, No lo hagas más difícil de lo que ya es — El material duro y rasposo se clavan y lastiman mis delicadas manos.
No muevo ninguna extremidad de mi cuerpo porque eso nada más revelaría mi posición, El cansancio que antes me consumía de pies a cabeza desapareció y solo queda la adrenalina que me permite seguirme moviendo.
— Te agradezco hacerlo interesante, lástima que no pueda decir lo mismo de tu amiga, Duro muy poco y eso me dejó muy molesto — Retengo el llanto que quiere salir de mi garganta por haber mencionado a abby, Cierro los ojos con fuerza negándole verme actuar tal y como él quiere.
— Lastima que este muerta — Chasqueó la lengua hablando mientras se paseaba por todo el lugar, inclusive donde estoy escondida — No había terminado con ella, Pero estoy completamente seguro que tu resistirás más que ella.
Sus palabras no causan nada en mí, Creo que de algún modo yo misma no acepto todo lo que pasado, Callada lo escucho ir y venir sin un sentido claro.
Grita impaciente — ¡Sal! — Saboreo un poco mis labios, El sabor metálico está ahí presente pero lo último en mi lista es preocuparme por eso.
— Tan terca como su padre — Ríe — ¿Sabes que si tú padre no me hubiera negado el tratado que amablemente le ofrecí nada de esto estaría pasando, Verdad?
Completamente horrorizada veo caer esa mascara de amabilidad y serenidad con que se presentó ante todos, Veo finalmente lo que Dimitri tanto mencionó y que nadie le tomo importancia.
— Yo no soy el malo de la historia, Tu padre lo es, Por negarme algo que por derecho legítimo me pertenece — Gruñe completamente enloquecido.
Sin esperarlo un fuerte agarre en mi cabello me levanto de donde estaba sentada, El arma improvisada que tenía me fue arrebata de las manos con furia y solo pude poner una de mis manos en su agarre en mi pelo, Pataleo pero es inútil, Mi fuerza no es nada comparado a la suya, Además la pérdida de sangre me está costando demasiada energía.
Sujetada por el cabello me arrastro en el medio de los 4 inmensos árboles que nos rodean — No te ibas a esconder por siempre — Arrodillada frente a él noto que la cortada en la pierna que tiene es mucho más profunda de lo que pensaba, La sangre gotea desde su muslo le recorre toda la pierna hasta terminar en las hojas verdes bajo sus pies.
— Que satisfacción tenerte de esa forma — Alejo su mano que intenta acariciarme el rostro.
Tu desagradable orgullo no te ganara nada bueno, Mejor coopera y todo pasara más rápido —Intento alejarme de el pero lo único que consigo es tropezarme a atrás y que él tenga la oportunidad de colocarse a ahorcadas de mí.
Y el quiebre que el tanto esperaba y yo detuve por un tiempo se quebró viéndolo encima mío quitándose la camisa, Sollozo por la impotencia de no poder hacer nada para evitarlo.
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The ascent to the stars|FRANCIS VALOIS
Fiksi PenggemarElizabeth Ledebev fue una mujer valiente, inteligente y astuta que gobernó la Rusia de los siglos MDXL al XVIII. Era la única hija de los reyes Felipe II y Beatriz de Habsburgo, y fue una de las primeras mujeres en utilizar la debilidad como una arm...