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Cuando todo comenzó

Sentia que estaba atrapada dentro de mi propia mente y que habia olvidado que controlaba mi cuerpo. Porque no podia moverme. Ni mis ojos o mis labios o mis manos. Ni siquiera podía precisar si estaba respirando por mi cuenta. 

Pero en lo que más pensaba era en aquella voz y lo clara que se estaba volviendo.

Me encontraba esforzándome tanto como podia para así poder concentrarme en las palabras, pero nunca fuí más allá del sonido.

Al menos hasta que escuché la voz de él en la distancia.

—No me quedaré mucho tiempo —lo habia escuchado decirle a alguien.

Intenté despertar, pero en ese momento el esfuerzo tenia un efecto opuesto porque en ese instante me encontraba consumida por la oscuridad.

Más tiempo pasaba. Más sueños.

Esa voz.

Y luego de repente como si un interruptor hubiera sido encendido en mi cerebro, mis párpados se separaron y ví que estaba tendida en la cama de un hospital.

Jeon Ha-Soo se encontraba sentado junto a mí en una silla.

—Estás despierta —dijo y me sonrió.

El pánico me envolvió completamente. Intente moverme pero todo mi cuerpo gritaba de dolor. En aquel momento creí que estaba allí por un propósito. 

Terminar lo que su hijo había comenzado.

Jeon Ha-Soo se inclinó frente a mí, y levantó mi barbilla con sus dedos, me miró a los ojos como siempre lo hacía, justo antes de que nos presentáramos con Jung ante esas personas poderosas en esas ricas mansiones. Y fué entonces cuando supe que Jeon Ha-Soo no me iba a llevar a ningún lado; quería que hiciera algo por él. 

Mis dedos rozaron el costado de mi rostro y fué cuando comprendí que llevaría una marca para toda la vida.

—¿Q-que quiere?

Presionó el dedo índice contra mis labios y bajó la voz a un susurro.

—Jung no sabe que estoy aquí—dijo— He venido ayudarte.

Lentamente llevó su mano a mi cabello pero su tacto solo provocaba terror en mi interior. Sabía la clase de persona que era y lo que estaba dispuesto hacer si no lo escuchaba.

—Voy a dejarte ir de mi pueblo—dijo tranquilamente, pero continúo solo para derribar la ilusión que vió en mis ojos— Pero no te estoy dejando libre, Jana.

Sentí mi cuerpo tensarse. Queria ir a casa tanto como ya lo hacía cuando me llevaron con ellos a los quince años. Pero yo sabía tan bien como él que no lo haría sin un precio y aquel  gran peso de esa realidad es lo que finalmente hizo que lo escuchara atentamente.

—¿Qué debo hacer?

Jeon Ha-Soo sonrió, reconociendo que todavía tenía su control sobre mi.

—Hay un hombre—me informó— Su cabeza vale mucho dinero.

—Quieres que lo traiga—interrumpí, ya odiando todo sobre este ... arreglo. 

Jeon Ha-Soo negó con la cabeza. 

—No—dijo—quiero que llegues a él, métete dentro de su cabeza, ya sabes—pasó la parte de atrás de sus dedos por mi mejilla sana, sugestivamente— de la forma en que lo haces, la forma en que lo has hecho con mi hijo. Lo quiero vivo, pero también quiero saber quién más está ayudándolo. Descubre estas cosas para mí, Jana; ayúdame que venga por mi y también su equipo, y te daré lo que deseas más que cualquier cosa en este mundo. 

J E Z A B E L    | JJK LIBRO #2 ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora