Nápoles, Italia.
Mansión Moretti.
Día 2 : Subasta.
24 horas antes...
TaeHyung
Han pasado cerca de dos horas y el espectáculo está llegando a su fin; no hay nada más por qué pujar, y no he levantado una paleta o la mano ni una vez. Quieren saber por qué, estoy seguro. Porque estaba claro que hicieron muchos esfuerzos por señalar ―sutilmente, claro, de forma que nadie excepto yo supiera lo que estaban haciendo― las cualidades de cada chica que caminaba al escenario: La chica alemana de cabello castaño con la cicatriz en su rodilla; otra chica de cabello castaño de Francia con una extraña marca de nacimiento dejada intacta en el centro de su espalda; había una chica americana de cabello castaño que había tenido labios delgados; todas esas cosas me eran señaladas para que pujara por ellas, o pagara para tener una mirada más de cerca, pero no hice ninguna de esas cosas.
Maggi en todo momento estuvo sentada a mi lado, manteniéndose tan poco afectada como lo estaba cuando entró aquí: miró y escuchó en silencio; su expresión fue tranquila y serena, ni siquiera un ceño fruncido legible en su rostro… pero sólo es cuestión de tiempo.
―El señor Moretti quiere que participe en la reunión―dice la anciana después de descender de los escalones del escenario frente a mí.
Emilio Moretti pasa la salida en el escenario, llevando a las dos chicas sirvientes con él.
―¿Nada de lo que vio se ajusta a sus necesidades? ―inquiere la mujer; su voz está mezclada con censura contenida.
Con mi maletín en mano, camino a su lado hacia otro brillante pasillo iluminado; Maggi siguiéndonos.
―Las chicas eran impresionantes ―digo―. Pero ninguna de ellas tenía lo que busco, desafortunadamente.
―¿Y exactamente qué es lo que busca, Sr. Magnus?
Miro en su dirección.
―Hablaré de eso con Fabricio.
El rostro envejecido de la mujer se agria, pero no responde.
En cuestión de un minuto, entramos a una enorme habitación que parece como tres oficinas en una. Olía a sexo, dinero y poder. La esencia por excelencia de los Moretti, el olor a lujuria y oscuridad impregnaba el aire.
Unas cabinas de color carmesí estaban rodeadas de un pequeño pedestal, redondo y alto, para una estatua o figura.
Unas correas de cuero colgaban del techo.
Unas pesadas cortinas bloqueaban los grandes ventanales, y la espesa moqueta negra silenciaba cualquier ruido.
La habitación era una tumba decadente.
Una mesa rectangular de roble se encuentra en medio;costosas alfombras italianas cubren el piso de mármol bajo el mobiliario, dándole un toque de rojo, marrón y azul a los pisos que de otra forma serían de un blanco cegador.
―Tome asiento. ―Señala la anciana hacia el mobiliario.
Me siento en la silla; Maggi se sienta a mí lado. Escucho personas entrando a la habitación y es cuando noto a Emilio que toma asiento directamente frente a mí; su fría y oscura mirada nunca titubeando; recuesta su espalda confortablemente sobre el respaldo, levantando la pierna derecha sobre su rodilla izquierda a la altura de su tobillo, revelando sus calcetines negros de vestir entre el dobladillo de sus pantalones y el brillante negro de sus zapatos de vestir. Sus dedos se entrelazan casualmente sobre su estómago.
ESTÁS LEYENDO
J E Z A B E L | JJK LIBRO #2 ✅
Hayran Kurgu"Para los profetas que se venden a sí mismos, tengan cuidado de no ser engañados por... Jezabel" Segundo libro de la trilogía Blood Sweat and Tears