14. No.

116 20 37
                                    

EVAN JONES

Ha salido corriendo y yo simplemente me he quedado aquí, inmóvil, como un estúpido maniquí. Soy un idiota, ¿por qué le dije que me había enamorado de ella? ¿Por qué no me lo callé como he hecho desde ese día en el muelle? Porque besarla destruyó todo mi auto control, por eso.

Sus labios eran tan suaves, tan tentadores, me reclamaban como yo a ella, ¿entonces por qué corrió? ¿por qué me dejó enamorarme de ella si no sentía lo mismo? ¿Todo este tiempo, lo que creí que teníamos, era un simple juego para ella? ¿Algo más para divertirse? ¿Puro show?

Suspiro derrotado y salgo de la habitación como un alma en pena. El amor puede ser el lugar más solitario cuando te enamoras solo, dicho por Camila Cabello, y ahora entiendo a qué se refería.

Comienzo a caminar hacia la cocina para buscar una bebida, necesito olvidar todo esto. Cruzo la puerta y lo que veo me deja sin palabras, el novio de Luna y una trigueña se están besando de una forma realmente no apta para este pasillo. Les paso por el lado ignorando su descaro y empiezo a prepararme la bebida, pero en ese momento Laura aparece a mi lado.

—¿Qué haces aquí?— me pregunta.

—Bebiendo— le digo vagamente y ella me mira extrañada.

—Amor, ¿qué pasa?

La miro y parece preocupada, no se merece que le haga esto, no se merece que la engañe y la mantenga aferrada a la esperanza de no perderme cuando ya no soy suyo desde hace mucho tiempo, al menos desde que esa peliblanca apareció en mi vida.

—Lau, tengo que decirte algo— ella me mira, pero no dice nada—, la besé.

Sabe a quién me refiero, porque su expresión cambia a una de dolor en una pequeña fracción de segundo y me mata verla así.

—¿Solo se besaron?— su pregunta me sorprende, pero tengo que ser sincero con ella.

—Fueron más que simples besos, no sé explicarlo, solo sé que cuando estoy con ella me olvido de todo.

—Y te olvidas de mí, ¿verdad?— una lágrima rueda por su mejilla y estiro la mano para limpiarla.

—Yo nunca te voy a olvidar, Lau, has sido una persona muy importante para mí y lo que hemos vivido juntos nadie lo va a borrar.

—Ella ya lo hizo— solloza y yo la abrazo.

—No lo ha hecho y no lo hará, porque lo que siento por cada una son cosas totalmente diferentes.

—Lo sé...— hace una pausa y se separa de mí—. A mí me quieres, pero a ella la amas, lo sé, piensas que no me doy cuenta pero veo como la miras cada vez que se ríe, o cuando habla. La miras como nunca me has mirado a mí, Evan.

Está llorando y yo no sé qué hacer, no quiero lastimarla, no se lo merece, nadie merece sentirse menos, y en este momento sé que la estoy lastimando. Me acerco a ella y tomo su cara entre mis manos obligándola a mirarme.

—Te quiero, ¿vale? y eso nunca va a cambiar, por más que ya no estemos juntos.

—Lo sé.

Nos quedamos abrazados un tiempo y luego la acompaño a su casa. Dejarla ha sido la cosa más difícil que he hecho en toda mi vida, la quiero, Laura es una chica genial, solo que nadie la conoce lo suficientemente bien como para darse cuenta.

Laura suele ser cerrada ante las personas nuevas, pero cuando la conoces bien, se abre de una manera realmente increíble. Al inicio éramos mejores amigos, pero una cosa llevó a la otra y terminamos siendo novios por más de cuatro años, la conozco desde niños así que ya se imaginarán lo difícil que es esto para los dos.

Amor Apocalyptico [✔] +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora