33. Revelando su escondite.

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Evan Jones

Se ve tan frágil durmiendo que temo que cuando se despierte se desmorone en mis brazos. Anoche la vine a ver para hablar con ella, pero la encontré llorando en los brazos de Hell, Destiny me llevó a una habitación aparte y me explicó toda la situación, Luna ha sido secuestrada por ese Max, y Karma tiene que recordar algún detalle que nos diga dónde están, pero hasta el momento no ha habido suerte.

Observo en silencio a la chica que tengo en mi regazo y siento que mi corazón se encoge. Sus ojos están hinchados de tanto llorar, sus mejillas pegajosas por las mismas lágrimas y ha perdido ese toque juguetón que siempre tenía. Le acaricio el cabello con delicadeza y ella se mueve, abre los ojos lentamente y me mira en silencio unos segundos antes de hablar.

—Todo es mi culpa.

Siento un nudo formarse en mi garganta y trago con dificultad. No me gusta verla así, destruida, con ninguna expresión en sus ojos como si su mundo hubiese llegado a su final, como si ella estuviese... vacía. Estiro mi mano para acariciar su mejilla con cuidado.

—Nada de esto es tu culpa, Karma.

—¿Se lo dijeron a Mike y a Nora?— pregunta con un hilo de voz.

—Tu hermana se ha encargado de eso.

Ella no dice nada por un segundo y siento algo húmedo en mi mano, una lágrima. Karma está llorando y yo no sé qué hacer, la agarro con fuerza y la estrecho contra mi pecho, ella no se queja, no se mueve, simplemente empieza a llorar más fuerte enterrando su cara en mi regazo.

—Lo intento, Evan, te juro que lo intento, pero no recuerdo nada útil.

Me mata verla así.

—Lo sé.

—Siempre hablábamos de cosas absurdas, casi nunca hablamos de nada serio. ¿Cómo puedo saber dónde están?

¿Cómo es que llegamos a esto? Luna siempre ha estado con nosotros, alegre, ayudándonos a todos y ahora simplemente ha sido secuestrada por un psicópata que cree que todo es un juego y quiere divertirse. ¿Cómo conociste a un loco como él, Karma? ¿Por qué está haciendo esto?

No sé qué decirle y como si me hubiese leído la mente, Hell aparece en la habitación. Estoy seguro de que él sabrá qué decirle, miro a Karma y ella lo mira casi suplicándole que la abrace, necesita a su hermano ahora más que a mí. Le dejo un beso suave en su cabeza y me levanto de la cama para dirigirme a la puerta y salir en silencio.

Karma Blame

Hell entra en la habitación y observo detenidamente como Evan se levanta y se marcha en silencio. Mi hermano suspira y se sienta a mi lado en mi cama, pasa un brazo alrededor de mí y me abraza. Su perfume invade mis sentidos y una lágrima rebelde rueda por mi mejilla. ¿En qué momento me convertí en una llorona?

—No he recordado nada útil, Hell— le digo y él niega con la cabeza.

—No venía a eso, solo quería ver cómo sigues.

—Mal, solo quiero saber dónde está y traerla a casa sana y salva.

—Lo sé— dice y deposita un beso en mi cabeza.

—¿Dónde crees que puedan estar?

—¿Recuerdas la regla número seis de todo asesino?

Me separo un poco de él y lo miro a los ojos.

—El mejor escondite es aquel que está a simple vista— le digo y él asiente.

¿Cómo no pensé en eso antes? Desde que vinimos a vivir aquí Hell y Destiny hacen todos los papeleos aquí, porque nadie sospecharía que ocultan los archivos de las víctimas a simple vista, cualquiera diría que es una locura.

Amor Apocalyptico [✔] +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora