16. El tiempo se está acabando.

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Me levanto por la mañana cansada y volteo a ver al chico que tengo durmiendo a mi lado, se ve tan tierno que me dan ganas de sacarle una foto con mi teléfono, pero me contengo. Ayer Evan se quedó a dormir en mi habitación después de... bueno de eso, y me parece increíble lo mucho que disfruté de su abrazo al dormir. Hacía mucho tiempo que no sentía algo tan fuerte por alguien, y me alegra que sea por Evan.

Me levanto de la cama y me dirijo al baño para realizar mi rutina diaria sin ninguna interrupción. Me demoro unos quince minutos bañándome y cuando salgo me encuentro a Evan sentado en el borde de la cama comiéndome con la mirada, y sí, estoy en toalla.

Él está sin camisa y solamente lleva unos boxers negros que le quedan perfectos, su cabello está más despeinado que de costumbre y sus ojos lucen un poco cansados, pero se me queda mirando descaradamente mientras me quedo en ropa interior para cambiarme. Le doy la espalda y me agacho para recoger la toalla que arrojé al suelo, pero cuando me voy a levantar siento unas manos alrededor de mi cintura.

—Me gusta esta posición— me dice con una voz muy ronca y yo me río.

Es increíble que ahora solo piense en eso. Me enderezo lentamente y volteo para verlo a los ojos y él me sonríe divertido.

—¿Qué?— le pregunto.

—Solo admiraba lo hermosa y sexy que eres.

Me permito disfrutar de este momento y me pongo en puntitas para depositar un suave y delicado beso sobre sus labios.

—¿Qué hice para merecer eso?— pregunta divertido.

—Bobo— rozo la punta de su nariz con la mía y después bajo a desayunar seguida por él.

Mis padres siempre están a esta hora trabajando y si recuerdo bien, Luna me dijo ayer que iría a casa de Brandon a hacer un trabajo de la Universidad, así que el chico pelinegro y yo estamos oficialmente solos.

Entro en la cocina y me preparo un vaso de jugo de mango y otro para Evan, hago unas tostadas francesas mientras preparo la mesa y cuando están listas, nos sentamos a desayunar. Quince minutos después terminamos y Evan me ayuda a fregar los platos. No sé a ustedes, pero a mí me encantan los hombres que ayudan en las labores del hogar, y por lo visto, Evan es uno de ellos.

Entramos a la sala y nos sentamos, Evan en el sofá y yo en otro asiento. No me malinterpreten, por supuesto que quiero estar cerca de él, pero tampoco quiero que piense que me tiene en sus manos solo por lo que pasó anoche. Al fin y al cabo, solo somos amigos. Enciendo el teléfono y veo que tengo un mensaje de Luna.

Lu: No me esperes, llegaré tarde, estoy estudiando con Brandon.

Le doy una respuesta rápida para que sepa que leí el SMS y cuando levanto la vista encuentro a Evan mirándome fijamente y muy sonriente.

—¿Soy tan irresistible que no puedes apartar los ojos de mí?— le pregunto riéndome.

—Eres mucho más que eso— dice él y yo intento disimular la sonrisa que se forma en mi rostro—. Ven.

Evan se levanta del sofá, me toma de la mano y nos dirigimos a la puerta.

—¿A dónde vamos?— le pregunto extrañada.

—Si te lo digo dejaría de ser sorpresa— dice y me guiña un ojo.

Sonrío como una boba ante su respuesta y salimos de la casa. No sé a dónde vamos y en direcciones soy un desastre, así que no tengo ni siquiera una idea. Me he pasado todo el camino que hemos venido en coche preguntándole, pero al final me he rendido. Al parecer, Evan es más difícil de persuadir que a un profesor para que no haga un examen sorpresa.

Amor Apocalyptico [✔] +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora