21. Feliz navidad, Jones.

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Mierda, mierda, mierda.

Subo otra vez las escaleras y me escondo en una de las habitaciones, que según veo, es la de invitados. ¿Cómo lo sé? Ni puta idea, solo lo supongo por la limpieza exquisita que tiene. Nótese el sarcasmo, por favor.

¿No se supone que Laura estaría en un evento hasta tarde? ¿Por qué está aquí entonces? Siento la voz de la arpía pasar por delante de la puerta y rezo para que no entre. Ella pasa de largo, pero en cuestión de segundos la escucho hablar con su padre en el pasillo.

—¿Padre? ¿Ha tomado algo de mi habitación?

Claro, ahora habla como una rica educada.

—No, Lau, estoy demasiado ocupado con la investigación del caso que me pediste— le contesta el padre, que por la voz debe tener unos 40 años.

¿Qué caso?

Miro el registro que tengo en mis manos y estoy segura de que esto tiene algo que ver, así que más tarde lo abriré cuando logre salir de aquí, si es que consigo salir viva de este lugar.

Los escucho hablar algo más, pero no los entiendo bien desde donde estoy escondida, así que me quedo en silencio hasta que Laura grita.

—¡El collar!

Zorra.

—¿Qué collar?— pregunta su padre.

Siento las voces alejarse mientras siguen discutiendo sobre el dichoso collar y salgo de la habitación cuidadosamente. Una pregunta lleva dando vueltas en mi cabeza desde que llegaron, y aún no le encuentro la respuesta, ¿por qué no lucen alarmados por los guardias?

Bajo las escaleras con un cuidado increíblemente sorprendente, y al salir de la casa veo a unos hombres vestidos de negro parados en la entrada, parecen ser guardias, ¿pero cómo es eso posible?

Corro a esconderme detrás de uno de los arbustos en cuanto pongo un pie en la salida y siento los latidos de mi corazón acelerarse con cada segundo que pasa. ¿Cómo mierda hay guardias ahí? Estoy segura de que los dejé al menos dormir un par de horas. ¿Qué está pasando?

Mi teléfono vibra en el bolsillo trasero de mi pantalón y lo enciendo para ver un mensaje aparecer en la pantalla.

Unknow: Los guardias de la entrada no son reales, son personas que me debían un favor. ¡Sal de ahí, ahora!

Es obvio de quién es el mensaje, por lo que no demoro más lo obvio. Meto el teléfono en el bolsillo trasero de mi pantalón y por si acaso me coloco nuevamente la máscara y salgo de este lugar pitando.

Miro a los guardias extrañada y me sonríen con cierta malicia en sus rostros, uno de ellos incluso me guiña un ojo por lo que empiezo a correr en dirección a mi casa.

Mañana será la fiesta de navidad en casa de la familia Jones, así que debo descansar. Mañana es el día.

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Despierto en la mañana por el sonido molesto de Hell cantando, mejor dicho, chillando y me quedo procesando un par de segundos. ¿Se quedó anoche o vino por la mañana?

Me elevo un poco sobre mis codos y examino la habitación cuidadosamente. Miro a Hell, quien tiene puesto unos audífonos con los ojos cerrados, y en la otra punta de la habitación, se encuentra Débora haciendo algo en la laptop que no logro ver bien, pero tampoco es que me interese mucho.

Me aclaro la garganta, pero ninguno parece notar que ya he despertado, por lo que me levanto de la cama y me dirijo al baño sin siquiera hacer contacto visual con ninguno. Después de realizar mi rutina diaria salgo nuevamente.

Amor Apocalyptico [✔] +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora