20. Infiltrados.

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Llevo toda la mañana visitando tiendas con Luna, he dejado de lado el hecho de que nadie sabía nada de mí antes de yo llegar y he decidido perdonarla. Sigo sin entender cómo una hermana se puede avergonzar de su propia sangre, pero tampoco quiero estar peleada con ella, porque a pesar de todo, sigue siendo mi hermana.

Luna ha escogido millones de vestidos para mí, pero todos me parecen estúpidos, todos los chicos estamos invitados a la fiesta en casa de los Jones por lo que ella también está buscando su vestido, pero primero dice que me va a buscar lo adecuado a mí, porque soy la más importante en esa fiesta.

Después de visitar quince tiendas más, Luna selecciona un vestido negro de princesa que le queda fenomenal, y por otro lado yo opto por un vestido rojo ceñido al cuerpo, que según Lu, me hace ver sexy, pero elegante. El vestido tiene unas pequeñas tiras que llegan al cuello uniéndose como en un collar, y es abierto en el muslo. Es bonito, sí, pero solo me lo pondré hoy, no pienso usar algo así de elegante nunca más en mi vida.

Llegamos a la casa y dejamos las compras en la sala, Luna entra en la cocina para preparar una merienda y yo me dirijo a mi habitación. Subo las escaleras exhausta y cuando abro la puerta casi me da un infarto. La profesora de idiomas, por no decir otra cosa, está en mi habitación mirando por la ventana. Aclaro mi garganta y ella voltea a verme, pero no parece sorprendida.

—Te estaba esperando— dice ella y yo cierro la puerta detrás de mí.

—¿Alguna razón en particular? ¿O simplemente te gusta acosarme?

Ella suspira y camina hasta mi cama, se sienta y pasa su mano a su lado para que me siente yo también, pero no pienso hacerle caso, por lo que me siento en la silla al lado de la ventana. Ella suspira nuevamente, pero no me dice nada sobre eso.

—No tienes que estar a la defensiva, Karma, tu padre me dejó pasar, además, te dije que yo solo quiero ayudarte.

—¿Ayudarme cómo exactamente?— le pregunto pero ella mantiene esa expresión neutral.

—Con tus debilidades— sentencia—. Tu destino ya está escrito, Karma, no lo puedes cambiar.

—Mi destino lo escribo yo cuando quiera y como quiera, que te quede claro.

¿Por qué actúo tan borde con la profesora de idioma? Porque eso es simplemente una fachada, sé perfectamente quién es, no sé nada de lo que ha vivido y puede que en el fondo no sea tan mala, pero por ahora prefiero mantenerme un poco alejada de ella, al menos hasta que descubra lo que quiere en realidad.

—Eres exactamente como me ha dicho Hell, rebelde y sarcástica— dice riéndose, pero es una sonrisa dulce, la cual me deja desconcertada—. Lo siento, Karma, pero ese chico no te conviene.

—¿¡Qué sabes tú lo que me conviene a mí!?— le estoy gritando y esto no me está gustando nada.

—Bien, así lo has querido— se levanta de la cama y se dirige a la puerta de la habitación—. O se lo dices tú... o se lo dijo yo.

Dicho eso toma el pomo de la puerta y sale de la habitación lo más rápido que puede, yo tomo una almohada para apretarla lo más fuerte que puedo y ahogar un grito, pero por desgracia, eso no me libera de la indignación.

Luna entra en mi habitación con una bandeja donde hay dos vasos de jugo y unas tostadas francesas, pero al verme las deja sobre la mesa y se acerca a mí. No sé qué expresión tengo yo, pero la cara de Luna refleja preocupación.

—¿Estás bien?— pregunta.

—Sí, tranquila. Solo necesito respirar.

Ella se queda en silencio unos minutos y noto que está incómoda, es obvio que se está debatiendo entre contarme o no algo. La miro sin decir una palabra esperando a que sea ella la que me cuente lo que la tiene así y Luna suspira mientras se aleja un poco de mí antes de hablar.

Amor Apocalyptico [✔] +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora