27. El juego no se ha acabado.

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Max White

¿Alguna vez han matado por amor? ¿O han sentido la necesidad de hacerlo? ¿No? Entonces no saben lo que es amar a una persona, al menos no con la misma intensidad que yo lo hago. Desde la primera vez que la vi a lo lejos, algo en mí se encendió, algo que fue creciendo más y más con el paso del tiempo, algo que aún hoy, sigue vivo.

El amor es una de las cosas más peligrosas del mundo. Te destruye y manipula a su antojo, podrías perder la cabeza en cuestión de segundos y ni siquiera darte cuenta. No es nada genuino como lo describen muchas personas, no es un sentimiento puro e inofensivo, sino el mismísimo infierno que te va consumiendo poco a poco hasta que ya no hay vuelta atrás.

Eso fue lo que me pasó con ella, toda mi cordura fue sustituida por un sentimiento enfermizo que no me permite dejarla ir.

Ella era la típica chica solitaria y atractiva que mantenía a todas las personas alejadas, mientras que yo era un chico ansioso por probarla, por devorar esa máscara de frialdad, por sentir sus labios contra los míos y finalmente, hacerla mía.

Me fui acercando lentamente, pero resultó ser más difícil de lo que pensaba, hasta ese día, el día del incidente.

Jamás la había visto así, lucía más sexy que de costumbre, la deseaba y la necesitaba, pero ella solo tenía mente para esa idiota, así que cuando la otra estuvo en apuros, y la peliblanca me necesitó, aparecí como un súper héroe haciendo que mi chica me notase por primera vez, encendiendo su chispa ambiciosa y lujuriosa con la que tanto había fantaseado.

Ella entra en su habitación y por un momento se asusta al verme ahí en las sombras. He estado una semana entera esperando a que ella venga a mí, pero no lo ha hecho, por increíble que parezca la chica que conocí hace mucho tiempo ha madurado y ha aprendido a controlar sus impulsos.

La observo en silencio acercarse a mí con cautela y me mira a los ojos. Una sonrisa divertida se forma en mi rostro porque es más que obvio que ella sabe que yo iba a venir cualquier día y aún así está aquí, intentando descifrarme. ¿Ya predices mis movimientos? ¡Qué rápido crecen!

No, no, todavía le falta mucho por aprender, hace un par de días le contó al tal Evan la verdad sobre la muerte se su padre, y sé que está ansiosa por saber qué opina el chico, por lo que pienso aprovechar esa debilidad.

Me levanto de la silla en la que estaba sentado y me acerco a ella lentamente como un cazador con su presa. Debido a que ella es mucho más pequeña que yo, me veo obligado a bajar la cabeza para poder observarla a los ojos.

—Si el misterio no viene al curioso...

—El curioso va al misterio— me interrumpe.

Una sonrisa más amplia se forma en mi rostro. El simple hecho de saber que no ha olvidado la frase que yo le decía hace que me sienta increíble.

Me acerco un poco más hacia ella y Karma retrocede hasta chocar contra su cama. La he echado tanto de menos, sus ojos, sus labios, todo en ella es perfecto.

—¿Por qué te fuiste?— le pregunto y ella desvía la mirada.

Humedece sus labios y eso solo provoca que mi atención se centre en ellos. Grave error porque ahora la deseo más que nunca. Me acerco lentamente a ella, pero esta vez, no retrocede. Quieres esto también, ¿verdad?

Sus ojos vuelven a mirar a los míos y una de mis manos acaricia su rostro, ella me mira detenidamente y desearía saber qué es lo que está pensando. Me separo un poco de ella y me quito el pullover por encima de la cabeza, observo como su mirada recorre mi cuerpo definido gracias a todos los meses de entrenamiento y se detiene en mi entrepierna.

Amor Apocalyptico [✔] +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora