29. Creando un monstruo.

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Hace tres años...

El invierno ha llegado temprano este año y la primera nevada nos ha atrapado en el instituto. Esta siempre ha sido mi época favorita del año, luces, árboles de navidad por doquiera, la nieve fría cayendo sobre el pavimento, los abrigos de varios colores, todo en este mes es sencillamente perfecto.

Me encuentro en silencio mirando por la ventana los pequeños copos de nieve caer lentamente, mientras que el profesor está dando una charla sobre drogas y sus efectos secundarios. La verdad es que me aburro muchísimo en la escuela, nunca pasa nada emocionante, es la misma rutina todos los días.

Observo con detenimiento a cada uno de mis compañeros de aula, quienes se están riendo de que el profesor es calvo y no parecen notarme. Todos y cada uno de ellos se creen perfectos por venir de una familia rica y sin problemas.

Patéticos.

La charla del profesor termina y la campana suena anunciando el fin de las clases. Todos nos dirigimos a la entrada de la escuela donde se encuentran todos sus papitos ricos esperando por ellos para que no se enfermen por culpa de esta nieve, y yo solamente bufo.

Luna me llama al móvil para informarme que nuestros padres se demorarán un poco y advertirme que no me mueva del lugar. Bufo cuando cuelgo y entonces lo veo.

Mi profesor de gimnasia, el crush de toda chica en esta escuela, y peor aún, mi mayor pecado. ¿Por qué digo esto? Ya lo verán.

Va todo de negro, su cabello despeinado como de costumbre y esa actitud de «me creo mejor que todos» que lo caracteriza. Estoy aburrida y él parece tener algo en mente para pasar el rato, así que lo sigo, dobla una esquina metiéndose en la parte de atrás de la escuela y yo hago lo mismo, pero me detengo en seco antes de que me vea.

Él está apoyado en la pared con ese porte de chico malo y me quedo a observarlo en silencio detrás de una columna. El chico saca un cigarrillo y se lo coloca en la boca, lo enciende y le da una calada. Esos ojos negros que tanto me han atormentado el curso completo se encuentran con los míos y una sonrisa se forma en su bello rostro.

—Te estaba esperando— me dice y siendo descubierta, salgo de mi escondite.

—¿Cómo es que predices todos mis movimientos?— le pregunto y él se ríe.

—¿Quieres aprender a leer la mente de las personas?— pregunta y yo asiento—. Yo te puedo enseñar si quieres.

Alzo una ceja desconfiando de él, pero como de costumbre él solamente se ríe. Esa sonrisa tan perfecta que me dan ganas de golpearlo para que no se sienta superior a mí, aunque en cierto modo lo es.

Siempre he pensado que aparenta mucha más edad de la que tiene en cuanto a mentalidad, es demasiado maduro y eso me intriga muchísimo. No tiene más de 23 años, y esa es una de las cosas que me hacen plantearme por qué enseña en esta escuela. Podría estar en la Universidad estudiando lo que quisiera, es el chico más inteligente que he conocido en mi vida.

—¿Qué ganarías tú con esto?— le pregunto.

—A ti— dice como si fuera la cosa más obvia del mundo.

—Yo nunca seré tuya, idiota.

—Ya lo eres, Karma, aunque no lo sepas.

Esa actitud arrogante es lo que más odio de él. Se cree que lo sabe todo y apuesto a que solo es uno de esos ricos que se creen que por tener dinero las personas tienen que respetarlos y hacer lo que ellos digan.

Me doy la vuelta y comienzo a caminar pero siento su mano agarrarme de la cintura y en un rápido movimiento me gira y estampa sus labios contra los míos. Intento huir y golpearlo, pero es en vano, es mucho más fuerte que yo por lo que me rindo, pero lo peor de todo, es que lo estoy disfrutando.

Su beso no es para nada gentil y tierno, es un beso cargado de rabia, de deseo, apasionado, demandante. Sus labios se mueven contra los míos con una agilidad increíble y encajan a la perfección, como si estuviesen hechos para estar unidos. Paso las manos alrededor de su cuello y lo acerco más a mí para intensificar el beso.

Su lengua se abre paso en mi boca y comienza a jugar con la mía. Este chico definitivamente sabe cómo volver loca a una mujer. Sus manos se deslizan por mi cintura hasta llegar a mi trasero, el cual aprieta sin previo aviso contra su cuerpo y jadeo al notar algo duro proveniente de este.

Nos separamos para tomar aire y nuestras miradas se cruzan. Su respiración está igual de acelerada que la mía y puedo sentir su corazón queriéndose salir de su pecho, cosa que me hace tragar con dificultad. Su pecho sube y baja, y cada uno de sus músculos perfectamente definidos se encuentran tensos, y sus manos no han abandonado mi cintura en ningún momento, manteniéndome a solo milímetros de él.

—¿Qué ha sido eso?— le pregunto y él se ríe.

—Un beso. ¿No es obvio?

Paciencia, Karma, no lo golpees.

—¿Por qué me besaste?

—¿Por qué me devolviste el beso?

Touchée.

Había olvidado que estoy lidiando con el chico más insoportable del mundo, pero demasiado inteligente para mi gusto. Lo miro a los ojos y los de él tienen un brillo que nunca antes había visto. ¿Esto es lo que las personas llaman amor? ¿o simple deseo carnal? De cualquier forma me concentro y hablo.

—Te lo preguntaré una vez más. ¿Por qué me besaste?

—Porque me gustas— admite sin apartar la mirada ni un segundo y eso provoca que se me dificulte tragar.

—No te creo.

—¿Qué quieres que haga para demostrártelo?— me pregunta y yo me lo pienso por unos minutos.

Lo he estado observando todos estos meses y sé que no es un chico normal, por lo que le pregunto lo más estúpido del mundo, pero sabiendo que él me dará una respuesta divertida, y eso es exactamente lo que vine buscando, diversión.

—¿Matarías por mí?

Bingo.

Una sonrisa torcida se forma en su rostro y sé que he dado en el blanco.

—¿A quién quieres matar, guapa?

Nunca he matado a nadie en mi vida, pero no puedo negar que últimamente alguien me está tentando a hacerlo. Mis labios se juntan para formar una sonrisa porque definitivamente esto va a ser divertido, aunque dudo que él mate a alguien.

Es un chico impulsivo y con problemas de conducta, según escuché, pero dudo que haga algo así. Solo son palabras vacías, o eso creo, porque en ese momento no me di cuenta que estaba creado un monstruo.

—Si te dijera dejaría de ser divertido, y a ti te gusta lo divertido, ¿no, Max?

Sus labios toman los míos nuevamente, esta vez con mucha más pasión que antes y yo le devuelvo el beso con la misma intensidad. Él muerde mi labio inferior con fuerza y puedo saborear mi propia sangre, pero estamos tan hambrientos del otro que lo ignoramos.

No me preocupan las consecuencias de mis actos, ni siquiera pienso en eso, ahora mismo solo quiero disfrutar de sus labios y de las sensaciones que provocan en mi cuerpo.

Al fin y al cabo, solamente somos una chica con un secreto y un chico demasiado curioso.

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Nota de la autora: El que entendió, entendió, pero por si acaso voy a aclarar...

Esta historia nunca fue de Karma y Evan, sino de Max y Karmaaaaa, el chico curioso es Maaaaaaxxxx, pero no se preocupen, que Evan todavía está en el juego, y Jonah también ;)

Este es otro de mis capítulos favoritos, y sé que muchos de ustedes pensarán que es de relleno, pero no, estos capítulos son demasiado necesarios para que entiendan las actitudes de Max y Karma cuando están juntos. Por Dios, tenía muchísimas ganas de decirles lo de la frase, hahah, espero que no les haya decepcionado.

En fin, no me extiendo más.... déjenme saber qué opinan de que Max haya sido profesor de Karma en el instituto, y hayan terminado liados, aunque vamos, Max es un papasito 🤣 hasta yo lo quiero, pero ya me dirán ustedes.

Los amo y los leo, chimichurris 🧡🥞

Amor Apocalyptico [✔] +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora