Amor Apocalyptico [✔] +18

6. Beso, reto y secretos.

No puede ser verdad, el chico con las mejores calificaciones de la escuela es un rebelde. Al final esta escuela va a resultar ser más interesante de lo que pensé, o algo así, porque para el director nuestra pequeña travesura no tuvo ni la más mínima gracia, cosa que comprobé cuando nos impuso su castigo.

La verdad es que no me molesta, al fin y al cabo, se supone que lo tenemos merecido por maltrato a la propiedad de la escuela, pero estoy segura que ese hombre estaba vigilándome de cerca, para que al mínimo error que yo cometiese, él pudiera mandarme a detención. En fin, la hipotenusa.

—No te entiendo...—comienza a decir Evan y yo lo miro—, podías haberte librado del castigo.

Y vaya castigo, nos han puesto a limpiar la pared para quitar la pintura y después de eso, tenemos que pintarla de nuevo, o sea que nos pasaremos la semana completa en esto, por no decir un mes, o incluso más. La rebeldía y sus consecuencias.

—No sería divertido— contesto sin prestar mucha atención y sigo limpiando.

—Estás loca— dice riéndose y vuelve a su trabajo.

Debo admitir que Evan no es tan molesto, a veces. He llegado a plantearme seriamente que quizás, solo quizás, podríamos llegar a ser amigos. Sé que he tenido mis dudas, pero las opiniones de las personas cambian constantemente, ¿no?

Bueno, el punto es, que creo que en el fondo no es el chico engreído que aparenta ser, y sé que suena súper cliché que el fuckboy al final resulte ser diferente, pero no creo que ese estúpido título le pegue a Evan.

Después de una hora y media, nos dejan marchar finalmente, pero el resto de la semana nos tendremos que quedar después de clases para limpiar la estúpida pared. De verdad, ¿a quién se le ocurrió decir que hacer arte es un delito? ¿Qué más da que sea en una pared o en una hoja de papel? ¡Es arte!

Abro la puerta de mi casa y dejo las llaves sobre la mesa al entrar, como de costumbre. Subo a mi habitación, pero como siempre, al abrir la puerta me encuentro algo fuera de lo normal, en este caso, a una Luna muy sonriente sentada en mi cama y mirando ansiosa su teléfono.

—¡Dios, te has demorado muchísimo!— chilla ella y yo simplemente dejo la mochila a un lado y me tiro sobre la cama.

—Me han castigado— expreso sinceramente y juro que casi me mata.

—¡KARMA! ¡Te dije que evitaras los problemas!

—Y eso he hecho— me defiendo tranquilamente—, pero yo no busco problemas, ellos simplemente...vienen a mí.

—Voy a ignorar que dijiste eso porque te tengo que dar una noticia estupenda.

Me levanto de la cama a la velocidad de la luz y la miro dramáticamente, porque créanme, cuando Luna dice algo así, las noticias son del todo, menos...¿qué adjetivo utilizó? Ah sí, estupendas.

—No me digas que está embarazada, no estoy lista para ser tía, Luna.

Ella coge una almohada, me la tira en la cara y ambas reímos a la misma vez. Vale, amo a mi hermana.

—No es eso tonta— comienza a jugar con las manos y las alarmas en mi cabeza se activan, porque eso solo puede significar una cosa—. Carlos y yo hemos tenido la cita más romántica del mundo, me ha dicho que me ama y que me bajaría la Luna si se la pidiera, y...

—¿Y tú para qué querrías la Luna?— le pregunto tomando mi teléfono y ella me fulmina con la mirada.

—Qué romántica eres, hermanita—comenta sarcásticamente.

—¡Pero es verdad!— chillo en señal de protesta, pero ella simplemente me ignora.

—El punto es el siguiente...¡Me ha pedido ser su novia!