11. Esto recién comienza.

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Evan Jones

No lo voy a negar, si ella no se hubiese levantado en ese momento no sé lo que habría pasado, tenerla tan cerca, ver sus labios tan húmedos y tentativos a solo milímetros de los míos me estaba volviendo loco. ¿Qué me estás haciendo, Karma? ¿En qué momento comencé a desearla como lo hago?

Bajamos las escaleras y a lo lejos se escucha música, atravesamos el pasillo y al llegar a la sala encontramos a mis abuelos bailando como dos adolescentes que recién empiezan a salir. Karma me mira y se ríe con esa sonrisa que me encanta, pero concentro mi vista al frente.

—¿Quieres bailar?— pregunta poniéndose a mi lado y juro que me siento hechizado.

—Te dije que no sé bailar— mentira, pero el simple hecho de tenerla cerca solo para mí, es realmente peligroso.

—Tú te lo pierdes.

Me dedica una última mirada divertida y se acerca a mis abuelos, ellos le sonríen y la dejan unirse a su baile. Karma comienza a menear sus caderas al ritmo de la música y yo trago en seco. Tienes novia, Evan, no la mires más, pero es imposible porque mis ojos la buscan por sí solos otra vez.

La peliblanca toma de la mano a mi abuela y la hace girar, amabas se ríen y mi abuelo le hace lo mismo a ella. Se ven tan felices de tenerla aquí. No sé cuándo comencé a hablarles de ella, pero llegó un momento que eso era lo único de lo que hablaba, y mi abuela me obligó a traerla para así conocerla. Al parecer le ha gustado.

Se acaba la canción y comienza una de salsa, y sé lo que eso significa. Karma se acerca a mí con una sonrisa pícara en su rostro y yo no puedo evitar sonreír también.

—Te debo unas clases de salsa, ¿no?— me toma de la mano y siento una corriente pasar por mi cuerpo, pero la ignoro.

Empezamos a caminar hacia mis abuelos y nos colocamos uno delante del otro. Karma es un poco más pequeña que yo, pero se ve tan jodidamente bien en mis brazos que me cuesta concentrarme, y créanme que estoy haciendo un esfuerzo enorme.

—Dame esta mano— toma mi mano derecha y la coloca en su cintura. Ay.
Madre. Mía—. Con la otra sujetas mi otra mano.

Unimos nuestras manos y me quedo en silencio mirando lo bien que se ven entrelazadas, pero no tardo en apartar esos pensamientos. No, Evan, concéntrate, repite otra vez, tienes novia y ella está saliendo con Jonah. Tienes novia y ella está saliendo con...

—Mírame a los ojos, Evan— me dice y yo la miro sin entender.

—¿Qué?— le pregunto notablemente nervioso.

—Me tienes que mirar a los ojos mientras bailamos, tonto— dice riéndose y se pone de puntitas para hablarme al oído—. ¿Tan nervioso te pongo?

Dios Karma, ¿a qué estás jugando?

—No sé de qué hablas— le digo y ambos reímos.

Después de un rato más bailando nos marchamos, no sin antes prometerle a mis abuelos que Karma volverá a visitarlos lo antes posible.

Debo admitir que no se le da mal enseñar, tuve que fingir en varias ocasiones y pisarle los pies para que ella no sospechara, cosa de la que se río en todo momento, y creo que al final lo hice bien. Al menos las últimas cuatro canciones las bailamos bien.

Una vez en el coche, ella va mirando por la ventanilla apoyada en su brazo, se ve tan adorable así, que por un segundo deja de ser la chica sarcástica y se vuelve la chica que me está atrapando poco a poco, con ese toque de niña pequeña pero madura a la vez, y por más que me repita a mí mismo lo mismo, la misma excusa de los novios, sé muy bien que ya me tiene.

Amor Apocalyptico [✔] +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora