7. La piscina

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"El amor se compone de una sola alma que habita en dos cuerpos."

-Aristóteles-

Capítulo 7

2 de julio

ODETTE

Toco el timbre de los Harris, ya que en la mañana me llamó Amelia para pasar tiempo con Helaine, ella le pidió que viniera. Amablemente acepté su invitación, y heme aquí. Otra vez el nerviosismo se hace presente en mi cuerpo. Esperaba que me abriera la puerta ella, pero abre Caden con una sonrisa.

—Odette... —murmura con una sonrisa, mi nombre es sus labios... todavía causa esa sensación —. Un gusto de volverte a ver tan rápido, ¿me extrañaste? -¿sí te extrañé? Soñé contigo. No, no otra vez, no recuerdes el sueño. Ahora no. Su polera de color blanco, ajustándose a su cuerpo, resaltando un poco más sus abdominales y dejando visibles sus brazos.

—Caden... —murmuro con una media sonrisa —. En realidad vine por Helaine, seguramente tu madre te comentó —respondo, pasando por su lado, evitando rozar su piel. Escucho como cierra la puerta y sus pasos detrás de mí. Me lo está poniendo difícil —. ¿Dónde está? —pregunto dándome la vuelta, pero al instante que lo hago, choco con su pecho, tambaleándome hacia atrás. Él me mira divertido, por mi parte tengo que levantar un poquito la cabeza para mirarlo, es alto.

—En el patio trasero —responde, empezando a caminar hacia una puerta deslizable que dirige al mismo: un árbol, césped, flores muy bien cuidadas y una piscina. Al instante, Helaine sale detrás del árbol y viene corriendo hacia mí.

—¡Si viniste! —chilla emocionada al momento que me abraza por la cintura.

—Claro que sí —respondo, acariciándole el cabello. Ella se separa y me agarra la mano para guiarme hacia adentro nuevamente.

—¿Quieres ver una película? Caden preparará palomitas —pregunta divertida, y enseguida mi mirada se dirige a Caden y asiente con la cabeza. Nos dirigimos hacia su sala.

—¿Qué película quieres ver, Helaine? —pregunto curiosa, sentándome en el sofá.

—¡Rapunzel! —chilla de alegría, ella corre hacia el segundo piso, dejándome sola con su hermano.

—Sígueme —ordena, pero que mandón. Admite que ese tono te gustó. Ni loca. Me levanto del cómodo sofá y lo sigo en dirección a la cocina. Él prepara las palomitas, a espaldas de mí.

—¿Te ayudo? —pregunto, apoyándome en el marco de la puerta.

—No es necesario.

—Entonces... ¿para qué me pediste que te siguiera? —pregunto con el ceño fruncido.

—Para ver si acatabas órdenes —responde con un toque pícaro.

—¿Qué? ¿Por qué? —pregunto sin entender. O más bien para no pensar en eso...

—Tan inocente, Odette... —se da la vuelta con una sonrisa maliciosa. En sus manos ya tiene un plato con las palomitas.

—En primera, solo te seguí porque creí que necesitabas ayuda —explico —. Al parecer no, entonces te espero en la sala —finalizo con una sonrisa. Me doy la vuelta, queriendo salir, pero su mano en mi brazo me detiene. Otra vez la sensación. Otra vez la corriente.

—Sí, necesito tu ayuda, Odette —susurra cerca de mi oído, siento su respiración en mi cuello, enviando escalofríos por todo mi cuerpo. Con su mano en mi brazo me hace dar una vuelta para mirarlo. Su rostro a centímetros de la mía —. Quiero que pruebes si esto está salado o demasiado dulce... —susurra, dando un paso hacia atrás, se lo agradezco. Suelta su mano de mi brazo y recoge una picoca del plato —. Abre la boca —susurra con voz un poco ronca, pero exigente a la vez. Erizándome la piel en el proceso por su voz. Por un motivo, separo un poco mis labios, mirándolo a los ojos. Su mano con la picoca en sus dedos se acerca a mis labios, pero agarro su muñeca en el aire, él me mira con el ceño fruncido, desconcertado. Entonces, con la otra mano agarro la picoca y me lo meto a la boca, saboreándolo. Chupo mis dedos, provocándolo, me lo debe. Él me mira con una sonrisa pícara y mira mis labios con deseo.

Odette & Caden [Sensaciones #1] [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora