13. Confesiones

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"No es fácil, ni importante volver al pasado y reabrir las cicatrices de allí. La única justificación es saber que ese conocimiento me va a ayudar a entender mejor el presente".

−Paulo Coelho−

Capítulo 13

12 de julio

BETH

—Ahh... —gimo por sus fuertes embestidas que me hacen soltar improperios en voz alta. Escucho sus gruñidos en mi oreja mientras me mordisquea la piel sensible de mi cuello y, yo me agarro de sus anchos hombros, clavando mis uñas en el proceso.

Después de unos largos minutos de sus embestidas con mis piernas enrolladas en su cintura para darle más acceso en mi interior mojado, llegamos al climax en un delicioso orgasmo que me hace gritar de placer.

Se acuesta a mi lado; ambos agitados.

Suena mi teléfono con el tono de: Katy Perry Roar

Me inclino un poco a la derecha para agarra mi teléfono con manos temblorosas y contesto sin ver el número. Me doy cuenta que el chico -que ni siquiera sé su nombre -se levanta y entra a su baño.

—¿Aló? —pregunto a la persona del otro lado de la línea; escucho un sollozo que enciende todas mis alarmas, otro sollozo como respuesta.

—Beth... —dice en un susurro desgarrador; me levanto al instante. No es necesario que diga más.

—Voy enseguida, Odette. Calma —es lo último que digo antes de colgar y empiezo a buscar mi muda de ropa tirada en el suelo.

...

Camino con pasos rápidos hasta su puerta y, enseguida, me abre la puerta y se abalanza contra mí. La estrecho entre mis brazos y entramos a su casa. Nos sentamos en su sillón y espero calmadamente su explicación, pero creo que ya sé lo que sucedió; mientras le acaricio para que se tranquilice.

Después de unos segundos, empieza a calmarse.

—¿Qué pasó, Osi? —pregunto en voz baja; ella se acomoda en mis piernas y sigo acariciando su cabello.

Suspira con mucho pesar, cerrando los ojos, —Vino otra vez... Beth... otra vez lo vi... —susurra, casi inaudible, pero lo suficiente para que escuche. Como si fuera un secreto entre las dos y, la verdad, así es. No entiendo por qué no lo denuncia o pide una orden de restricción.

—Calma, Osi Posi... —susurro para tranquilizarla, siento como relaja sus músculos tensos.

—Solo... solo quiero que se vaya de mi vida... —susurra con un fuerte suspiro. Asiento con la cabeza, aunque no me vea.

Seguro no comió; debería ir a comprar la comida para las dos, helado y algunas películas de terror para relajarla. Pero no puedo dejarla sola, tendré que tomar una desesperada decisión y sé que va a impedirme que lo haga.

—Cielo, voy a ir a comprar comida y algunas cositas más, ¿vale? —aviso mientras la incito a levantarse y le hago acostarse en el sofá con una manta encima. Asiente con la cabeza —. Sabes que no te puedo dejar sola, Odette... No te preocupes —es lo último que digo antes de cerrar la puerta.

Camino hasta la casa de al lado y toco rápidamente hasta que me abra la bendita puerta.

—¿Puedes dejar la maldita puerta en paz? —aparece un chico bastante atractivo abriendo la puerta con una expresión fría y dura, una camisa negra y un pantalón, también, negro.

Odette & Caden [Sensaciones #1] [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora