29. El comienzo de una nueva vida

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Capítulo final

Cuatro semanas después...

CADEN

—Cariño, ¿están usando protección, no? —pregunta mi madre sin pena alguna, tomando un sorbo de su café recién preparado.

Escupo mi café y toso exageradamente, limpiándome los rastros de café de mis labios y la miro con severidad.

—¿Tienes que ser tan directa, madre? —pregunto, avergonzado.

Se escoge de hombros, divertida, —Es una de mis cualidades —responde con simpleza, divertida por mi reacción. Luego de un rato, agrega —: No respondiste mi pregunta, Cad.

Entrecierro mis ojos, cruzándome de brazos.

—Claro, mamá, ¿por quién me tomas? —ironizo, negando con la cabeza y tomo un bocado de mi tostada con mermelada.

—¿Sabes? He leído una revista... —¿revista? ¿Quién sigue leyendo revistas hoy en día? —... donde informaba que hay una porcentaje de jovencitas que no les funciona los métodos anticonceptivos, ¿lo sabías? —de nuevo, escupo mi tostada todavía no masticada y toso de nuevo como un viejo asmático.

—Demasiada charla, madre —expreso en modo de despedida, levantándome y terminando mi café de un golpe.

Ella me da una sonrisa divertida y a la vez burlona.

—¡MAMÁ! ¡¿DÓNDE ESTÁ MI VESTIDO DE RAPUNZEL?! —se escucha la voz de Hela por toda la casa, como un eco. Un aullido. Sonrío como tonto y Hela llega bajando las gradas con rapidez.

Hela llega hasta donde estamos nosotros y respira con exageración, mirando a mamá.

—¡MAM...!

La interrumpe mi madre, entrecerrando los ojos:

—¿Qué te dije, Hela?

Mi pequeña hermana hace un puchero con los labios, refunfuñando.

—Que no grite en la casita, mami linda.

Suelto una pequeña risa y mi madre me da una mirada de advertencia.

Suspira pesadamente, —Está en el primer cajón, Hela.

Sonríe como un angelito, —¿A qué hora vendrá Eddy para jugar? —pregunta Hela con inocencia, jugando con el borde de su vestido color amarillo. De inmediato reacciono y me tenso, mirándola con el ceño fruncido a mi madre para que me dé una explicación ahora.

—En una hora, cielo.

Y con eso, Hela sale volando como un rayo.

Mi madre me devuelve la mirada y se levanta, llevando su taza de café consigo.

La sigo con rapidez, llegando a la cocina.

—¿Ese niño vendrá a casa? —pregunto casi ladrando. Eses niño estará en el cuarto de Hela, junto a ella, solos... ¡Sobre mi cadáver! ¡No lo permitiré!

Modo hermano mayor−sobreprotector: activado.

—¿Se lo permitiste? —pregunto, remangándome las mangas de mi sudadera y empezando a lavar los vasos.

—Cariño, son niños, no harán nada incorrecto; además, yo estaré con ella todo el tiempo, junto a la madre del niño, ¿de acuerdo? Deja de echar espuma por la boca.

Suelto un bufido de resignación, terminando de lavar los trastos y secándome las manos, enfrentándome a mi madre, cruzado de brazos.

Claroooo, niñosss.

Odette & Caden [Sensaciones #1] [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora