Jiang Cheng y Lan WangJi siendo Besties

Fuente De La Juventud

Resumen:

Lan Qiren queda atrapado en la mira de caos de Zhancheng y accidentalmente se rocía con una poción que lo rejuvece, haciéndolo parecer al menos 3 décadas más joven. Se produce el caos, el sufrimiento y la mortificación.

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¡Disfruta del sufrimiento de LQR y del caos de Zhancheng!

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Lan Qiren se ocupaba regularmente de sus propios asuntos.

No era reacio a mirar en otra dirección si notaba algo, o más bien a alguien, que le provocaba dolor de cabeza en su periferia. No tenía ningún problema en utilizar los "deberes" como maestro a su favor cuando trataba de escabullirse de pasar demasiado tiempo con sus sobrinos y sus maridos; no lo malinterpreten. Por supuesto, amaba a Xichen y Wangji. El líder de la secta Jiang era un buen hombre y Wei Wuxian... para bien o para mal... era Wei Wuxian.

Pero en realidad solo podía manejar una parte de ese cuarteto. Las cosas habían empeorado especialmente una vez que Wangji y el líder de la secta Jiang lamentablemente se convirtieron en... ¿amigos? ¿Enemigos-reformados? ¿Ami-enemigos?

Lan Qiren realmente no lo sabía, y mientras no lo afectara, realmente no quería saberlo.

Todo lo que quería hacer, al menos por el momento, era regresar de su última reunión a su habitación sin ningún incidente.

Era muy consciente de que había cometido muchos errores en su vida como Líder de Secta, hermano, tío y, en algunos aspectos, también como "padre". Lan Qiren sabía que había mucho de lo que tenía que arrepentirse y reconoció que el universo no le debía ningún favor.

Pero...

Solo un viaje de regreso a su habitación. Eso es todo lo que estaba pidiendo.

Sin escandalo.

Sin gritos.

Sin explosiones.

No tener que presenciar la visión discordante de su propio sobrino usando los antiguos pergaminos de una manera que los antiguos pergaminos nunca deberían usarse. Y no tener que escuchar la nueva extensión del vocabulario de su sobrino en represalia.

Solo un paseo. Eso es todo lo que quería.

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— ¿Por qué deberías llegar tu?

— ¡Es mi marido!

— Y él es mi hermano. — La mirada de Lan Wangji se endureció. — Yo lo conocí primero.

— ¿Entonces? — Jiang Cheng siseó, tirando de la botella aún más fuerte, pero el agarre de hierro de Lan Wangji no cedió. — ¡A él le gusto más!

Lan Wangji hizo una pausa, por un momento un ceño fruncido apareció en su rostro.

— ... ¿Él dijo eso...?

— ...

— ...

Jiang Cheng gimió, rodando los ojos hacia el cielo. — Bien, no, no lo hizo. ¡Detén eso! 

— ¿...?

— ¡Tu boca está haciendo esa cosa! ¡Para!

Lan Wangji hizo un puchero aún más pronunciado, tirando de la botella aún más fuerte. — ¿Qué cosa?