Capítulo XXXIX: Bolga Revelado

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Si el hombre hubiese gritado no habría tanto problema como el miedo que sacudió mi cuerpo entero al solo escucharlo hablar en murmullos . Todos los Betas se habían ido sin rechistar, obedeciendo con la cabeza gacha, tan solo Ryujin era la única que se encontraba a mi lado, aunque podía notar el temblor en sus manos.

—Tú también—Dijo por fin el Alfa, poniendo sus dura mirada contra la más baja,como si el solo verla le causará un mal humor.

—Yo lo he traído aquí—Dijo ella con voz baja pero firme. Como si todo fuese la calma antes de la tormenta—Me merez-

—¡Tú te mereces lo que yo ordene!—Pegue un brinco desde mi lugar al escuchar el repentino alzamiento de voz.

La Alfa estaba enojada, pero aún así había mantenido la cabeza gacha y apretado los labios, incapaz de contradecir al mayor.

—Lo lamento, padre—Y con una reverencia se alejó a paso lento.

—¿Es su hija?—Pregunté asombrado. No parecía la relación más amorosa del mundo.

—Una de las más jóvenes y más problemáticas. Fue quien tuvo la idea de rescatarte, aunque debo decir que sus ola es son de lo más reprochables.

—¿Rescatarme?—Repetí con una risa incrédula—Al menos, Daniel...Yeonjun Hyung no negaba que me había secuestrado cada vez que se lo echaba en cara, usted bien podría hacer lo mismo.

El hombre tomó un paso hacia mí y me forcé a permanecer inmóvil con el ceño fruncido, gruñendo bajo.

—¿Acaso es secuestrar cuando intento recuperar a mi hermano de las garras de un monstruo?

Parpadeé confundido y luego me eché a reír como un verdadero maniático, pateando el suelo y retorciéndome en la silla.

—¿Me está diciendo usted que nosotros somos familia?—Pregunté entre carcajadas. Este sujeto y yo no nos parecíamos en nada, tenía que ser una especie de truco. El asintió.

—No dejes que las apariencias te engañen—Dijo—Yo me parezco más a nuestro padre mientras que tú, por suerte, has heredado la belleza delicada de tu madre. Ya tenía mis sospechas cuando estuve con Huening y me contó tu historia, especialmente cuando confesó bajo presión el color de tus ojos—Su risa me puso los pelos de punta ¿Que carajos quiso decir bajo presión? ¿Acaso el padre de Kai siquiera seguía vivo?—Él no tenía idea de lo que tenía bajo sus propias narices. Sabía que tus ojos significaban algo relacionado con la realeza, pero jamás supo que eras un Bolga. Si lo hubiera hecho... Entonces el imbécil no te hubiera dejado ir tan fácil con el maldito de Choi.

Sus manos se cerraron en puños y no pude hacer nada más que permanecer inmóvil, tratando de comprender qué estaba tramando. Ryujin había dicho que Yeonjun Hyung era un Bolga, un Lobo de status superior incluso a un Alfa líder y alguien que gobernaba varias manadas, pero Ryujin todo este tiempo fue una traidora y una mentirosa durante todo este tiempo. Tenía que creer que todo era parte de un plan mayor, que estaban tratando de engañarme nuevamente ¿Pero por qué? ¿Por qué algo tan elaborado para alguien tan simple e inútil como yo?

—¿De verdad espera a que me crea todo esto? ¿Que usted es mi hermano y que yo soy un Bolga, sea lo que sea eso? Yo no tengo familia, mis padres me abandonaron y bien podrían estar muertos por lo que a mí me importaba uno voy a creer la palabrería de un charlatán—El hombre me miró indignado, pero no le dejé hablar—Mire, no sé qué está planeando usted, pero puede dejar de lado esta mentira. ¿Acaso quiere chantajear a Daniel y extorsionarlo para pedir rescate por mi? Si usted cree que yo le ayudaré, está equivocado. No creeré una palabra que salga de su boca. He escuchado historias acerca de ustedes y no voy a ser tonto como para ignorarlas. ¿Espera que confie en usted porque afirma que somos familia? ¿Por qué demonios le creería? Puede mostrarme un ADN ahora mismo y seguiré escéptico, por lo que le haría bien en cortar con esta charla e ir al punto. ¿Qué es lo que quiere de mi?-El Alfa suspiró y sacudió su cabeza.

—Increíble—Murmuró, mirándome con sus amarillentos ojos—Eres igual a padre. Tan astuto e increíblemente paranoico, siempre convencido en que habían secretos y planes por doquier...Aunque si soy justo con el anciano, no estaba del todo equivocado. ¿Acaso crees que quiero algo de ti? Sólo recuperarte después de que nos fuiste arrebatada, pero si te consuela, mis acciones no son puramente sentimentales y es que tú no tienes idea de lo que eres, ¿verdad? Acabas de decirlo, ni siquiera sabes lo que es un Bolga.

Me crucé de brazos y coloqué mala cara, debía admitir que no estaba para nada cómodo. Sabía que el Alfa de Binnie era un Bolga, María lo había mencionado y él había hablado acerca de cómo tenía manadas en plural, a su cargo, por lo que aquello que Ryujin me había dicho no parecía ser una completa mentira, pero...Más allá de eso, no tenía absolutamente idea de nada. La manada Huening en la cual crecí ni siquiera sabía que la realeza continuaba existiendo, todos asumiendo que se habían extinguido siglos atrás.

—Es una especie de Alfa—Me encogí de hombros como si no me estuviera muriendo por saber.

Pero no, no debía dejar que la curiosidad me ganará. Todo lo que salía de la boca de este hombre no era más que veneno.

Sólo era otro Alfa que me quería usar para su propio bien, el padre de Kai, el Mate de Binnie y ahora él. Nada había cambiado.

Él estaba por responder, cuando de repente el sonido de un vidrio rompiéndose le detuvo. Ambos volteamos al mismo tiempo, el ruido provino de algún lado detrás nuestro, en ese patio de cemento al que daba la ventana a mi espalda.

—Se nos acabó el tiempo—El hombre se abalanzó sobre mi y tirando de mi muñeca comenzó a arrastrarme velozmente por los pasillos.

Intenté detenerlo, intenté liberarme pero me sujetaba con un agarre de acero que me lastima a los huesos y sangre volvió a emanar de las heridas que estaban e pesando a coagular.

De igual forma, terminé escupiendo sangre por los pasillos cuando me vino una horrible tos seca y casi me caigo cuando llegamos a las escaleras. Mi cuerpo temblaba y sentí que quería cerrar los ojos, cinco lobos se encontraban a nuestro lado cuando reaccioné entre los bruscos movimientos del Alfa, uno de los lobos era Ryujin y el otro, era el Beta que me había sujetado contra la silla.

—Están en el perímetro—Dijo una mujer de aspecto serio, su oscuro y enrulado cabe!lo sujeto detrás de la cabeza en una coleta desprolija—Calculamos más de cien unidades rodeando las instalaciones, pero no podemos estar seguros de que no haya más en camino.

Me volví a tropezar con un escalón mientras descendiamos y una nueva tos seca manchó las paredes cercanas del color rojo viviente, me tomaron bruscamente por la tela de mi camisa y me enderezaron. A pesar de que el sobreesfuerzo ya me tenía agotado.

—El maldito no está dispuesto a perder, se lo reconozco—Habló Ryujin entre dientes—Pero no dejaremos que nos lo vuelva a quitar.

—Maldición, se ve terrible—Comentó un Beta—¿La droga que le diste lo afectó tanto?

—No es la droga—Aclaró Ryujin—El imbécil de Choi usó la voz de mando contra él.

—¡¿Qué?!—Exclamó el Alfa mayor.

De la nada, un estruendo ensordece nos sacude y sentí temblar el edificio bajo mis pies. Grité aterrado, convencido de que el lugar se desmoronaría porque habían detonado una bomba.

Sin embargo, ellos me siguieron arrastrando hasta un salón.

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