Capítulo XI: Eyes

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🐰

—¿Mis ojos?—Repetí sin comprender a qué se refería.

Él suspiró y se masajeó la cien, tenía toda la apariencia de un padre hablando con un nene muy lento.

—Ya sabes, tus ojos, esas dos cosas en su cabeza que te permiten ver a este tipazo que tienes enfrente.

—¡Ya sé lo que son los ojos, imbécil!—Grité, este tipo hacia que mis emociones fueran en una montaña rusa, del miedo y el llanto me obligaba a enojarme—Solo no entiendo por qué mierda me hablas de ojos en este momento—Me miró con mala cara mientras yo me sentaba en el suelo y lo veía con el ceño fruncido.

—¿Acaso no has notado de qué color son? ¿No tienes idea de qué significan?

Por supuesto que sabía de que horrible color son,todos en esta manada lo sabían ¿Que otro significado aparte de defectuoso tendría? Yo era un bicho raro, todos tenían un color característico dependiendo a qué casta pertenencias.

Amarillos para los Alfas, dorados para los Betas, grises para los Omegas y marrones para los Delta. Mis ojos verde manzana eran una clara aberración.

Solía preguntarlo de pequeño, pero nadie nunca quiso responderme, Hyuka una vez se lo preguntó a su padre cuando nos encontrabamos hablando del tema en nuestro escondite, el Alfa solo le había dicho que yo era anormal o que simplemente era mucho más humano que un lobo.

Pero ese Alfa castaño...Lo hacia sonar como si supiera algo que yo desconocía.

—¿Qué significan? Que soy menos que un Delta y soy defectuoso ¿Qué otra cosa podían significar?—Pregunté, encogiéndome de hombros y haciéndolo sonar como si fuese obvio, tratando de ocultar años de vergüenza.

Sus ojos se abrieron de más y una pequeña sonrisa surcó sus labios.

—Increíble—Dijo él, sacudiendo su cabeza—¿Realmente no tienes idea, verdad?—Me miró con ojos hambrientos—Tú si eres el premio gordo, pequeño.

Podía ver claramente como el idiota estaba conteniendo una risa y eso me hervía la sangre, si, idiota, ya sé que soy un inútil, pero al menos deja de tratarme como a un tonto.

—Oye, imbécil—Chaquié los dedos al aire para despertarlo de su ensoñación—¿Quieres dejarte de hacer el críptico y compartir qué es lo que te resulta tan gracioso?—Mi Omega y yo estabamos más que ofendidos.

Él se llevó una mano a la cara, claramente enojado de que le haya hablado de esa manera, pero juraría que seguía tratando de esconder su sonrisa.

—Es solo que...—Volvió a sacudir su cabeza, acomodándose algunos mechones castaños—No eres lo que esperaba—Repuso con una divertida sonrisa.

—¿Sabes que eso no justifica, ni me responde nada, verdad?—Lo señalé de manera acusatoria—¿Y que hay de tus ojos? ¿Por qué eran verdes y ahora son amarillos?

—Ah—Dijo de repente y llevó una mano a sus ojos—No son más que lentes de contacto—Comentó, introduciendo un dedo en su ojo y sacando una lentilla de color amarilla, dejando expuesto lo que ocultaba...Sus ojos verdes.

Bueno...Por lo menos no estaba volviendome loco, aunque no tenía sentido.

—No comprendo ¿Por qué usas lentes de contactos? Realmente no eres un Alfa ¿Verdad?—Ya quería ver la cara del padre de Kai al enterarse de que el sujeto que lo había estafado ni siquiera era un Alfa, era alguien como yo.

—Por supuesto que lo soy—Respondió ofendido ante la mera idea de ser otra cosa—Simplemente los uso por comodidad, es mucho más fácil de tratar con ciertos lobos ingenuos.

—¿Huening?—Él se encogió de hombros.

—Él y otros tantos—Comentó sin ofrecer más detalles.

—Mira, ya que pareces saber tanto y disfrutas de ello ¿Quisieras explicarme cual es el problema con los ojos y el por qué son verdes o acaso prefieres quedarte con tus aires de misterio? 

El muy imbecil fingió considerarlo un momento.

—¿Sabes qué, Cachorrito? Creo que voy a tomar la ruta del misticismo y guardarme esto para mí—Se giró a ver a los guardias—Esto está saliendo mejor de lo que creía.

Lo miré con la boca abierta, este tipo es realmente increíble, lo peor de todo es que, ni siquiera sé por qué me molesta tanto. Toda mi vida había podido aguantar las burlas y las humillaciones, pero él me adquirió como si fuese un mueble al que podía arañar, pisotear y ensuciar.

Él era peligroso, mi Omega lo sabía, ese loco era impredecible y lo más sensato que podía hacer era estar a su lado de la mejor manera posible, pero como yo también era un loco, simplemente aproveché la oportunidad cuando estaba distraído y le metí un golpe en la garganta.  

Por supuesto, me alejé lo más rápido que mis piernas podían, en caso de que quisiera tomar represalias enseguida, pero simplemente se quedó allí, con una mano en su garganta viéndome sorprendido, como si no se hubiera esperado eso de mí. 

Claro que pronto sus ojos demostraron un odio profundo y puro.

Los guardias simplemente se quedaron inmóviles, pasando su mirada desde su Alfa hacia mi figura inmóvil, sin decidirse qué hacer.

Tosiendo, el Alfa levantó una mano intentando hablar, pero el aire le salió cortado y su ira a se intensificó, quisiera decir que me sentía mal por lo que hice, pero lo único que lamentaba era el castigo que estaba por recibir.

—Me estoy cansando un poco de ser el amable—Dijo con voz ronca, clavando sus ojos en los míos, woah ¿Y a toda esa locura suya le llamaba el ser amable?—Tenías razón, San—Hizo un gesto raro con la mano y de la nada sentí como una mano se posaba en mi hombro.

¿E-En que moment...?

Entre en pánico cuando colocaron un paño en mi cara y yo como estúpido aspiré pensando que me iba a sofocar, para que luego me dejaran mi cadáver tirado en medio del bosque y se pudriera. Pero el paño estaba mojado y aspirar aquella cosa me hizo detectar una sustancia que me quemaba la garganta.

¿Cloroformo?

El efecto es inmediato, se me nubló la mente y perdí la noción de mi cuerpo, lo último que logré ver antes de desfallecer fue al Alfa todo cabreado, acariciándose el cuello dónde le atiné el golpe.

Vamos a morir por tu culpa, humano idiota.

Escuché el regaño de mi Omega.

Al menos traté de no llorar tanto como tú, lobo cobarde.

—Al menos traté de no llorar tanto como tú, lobo cobarde

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