CACHORRO

Capítulo XLIII: Cautivos

🐰

Cuando el Jet finalmente llegaba a su punto final, me cubrieron los ojos para no ver hacia donde me dirigían.

Luego de mi última conversación con la Alfa, mi corazón se retorcía ante lo que habían hecho Yeonjun Hyung y Hueningkai. Después de todo el sacrificio que hice por mi amigo...Él simplemente quería abandonarme al lado de un Alfa que solo me usaría como incubadora, Kai se había convencido que yo no valía la pena de ser rescatado. Intenté recordar todo lo que había pasado, cada una de nuestras conversaciones hasta el momento de aquella noche junto al Alfa líder, desconocía por qué se convenció de que ya no valía nada para él.

¿Ryujin me había mentido ahorita acaso? Podía ser una posibilidad, pudo ser capaz de decírmelo para que no volviese al lado de Yeonjun Hyung o Hyuka y creyese en sus palabras...Recordar la cara de disgusto de Kai al negarme a sus planes, sus palabras cuando me dijo que si no me iba con él entonces sabría que le pertenecía a Yeonjun...Me dolía, dudaba de todo justo ahora.

Absolutamente de todo y todos.

Miren meditaba con los ojos vendados, sentí el mismo ahora de la mujer que ví cuando estábamos bajando por las escaleras, sentí que me abrochó una especie de cinturón alrededor de mi cuerpo y se sentó justo al frente, en dónde había estado Ryujin. Ella se mantuvo callada durante todo el trayecto de descenso, fue una experiencia aterradora y muy extraña, mis oídos se habían tapado y por un momento me sentí fuera de lugar.

Escuché a las personas movilizarse cerca de mi y sentí que la mujer del frente quitó mis ataduras para poner mis manos frente a mi, volviendolas a amarrar con fuerza y tirando de ellas como si fuesen cadenas, haciéndome caminar a paso tembloroso detrás de ella hacia la salida.

Con su ayuda bajé cuidadosamente por las escaleras y sentí de golpe todo el gélido aire, haciéndome temblar de manera abrupta. No sabía dónde estaba, pero seguro ya estaba muy lejos de Yeonjun Hyung y Los Ángeles. La mujer me llevó hasta un vehículo que sonaba enorme, uno que tenía puertas corredizas, como las camionetas del padre de Kai que a veces limpiaba en el instituto.

Me ayudaron a subir y esperé a que el resto de personas me acompañaran, cerraron la puerta y arrancaron.

La carretera sonaba desierta y nadie emitía sonido alguno durante el trayecto, nada, ni siquiera murmuraban alguna pista. Todo era largo y cansino, me dormiría de no ser porque quería mantenerme alerta, pero ví que al final no fui lo suficientemente fuerte y terminé caído en brazos de Morfeo.

Escuchaba al menos a seis lobos cambiarse de lugar por todo el vehículo o a sus articulaciones crujir cuando se estiraban. Parecían incómodos, pero aún así nadie se quejaba, desconocía si Ryujin estaba conmigo o se habían otros vehículos siguiéndonos, pero mi cuerpo parecía querer descansar a que seguir luchando.

—Nuestro Bolga es hermoso—Escuché decir a alguien a la distancia en un suave murmullo.

—Es una pena que Choi lo esté asesinando lentamente... Será mejor que le construyamos un nido en la habitación de ese mocoso, solo así podremos mantenerle con vida—¿Mocoso? ¿Se referían al hermanito de Yeonjun?

No supe cuánto tiempo estuve dormido, solo sé que venía siendo cargado entre los brazos de alguien, un Beta, supongo.

El vehículo había parado hace algunos minutos, dejando que todos suspiraran aliviados. El aire del lugar era incluso más gélido que el que sentí al bajarme del Jet, por lo que inconscientemente me pegué más a la persona que me tenía en brazos, ronroneando bajo al encontrar un poco de calor en ese clima.

El olor a pinos inundaba completamente el lugar, tan familiar como aquellas tardes de invierno en el bosque junto a Kai, cuando las agujas de pino tapizaban la gélida tierra como una manta.