Capítulo II: Forastero

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🐰

—¿Q-Quién eres?—Pregunté confundido mientras fruncía el ceño.

Me levanté rápidamente y de forma brusca trataba de limpiar mis lágrimas, al mismo tiempo, mi omega se había puesto a la defensiva. Si había algo que odiaba más que llorar, era que me vieran hacerlo y quedar vulnerable, más si era frente a un desconocido.

Uno super guapo sinceramente.

—¿De dónde has salido?—Preguntó el extraño de la nada.

Lo miré con recelo, se supone que yo debía preguntarle eso, aunque algo particular me llamó la atención de ese hombre, su voz, era grave y suave al mismo tiempo, causando que mi Omega ronroneara a gusto internamente.

Me sacudí la ropa que venía ensuciándose debido al polvo y las hojas que se impregnaron durante mi llanto.

—Soy yo quien debería preguntarte eso ¿no crees?—Levanté la barbilla y puse ambas manos sobre mis caderas, tratando de aparentar más fuerza pero seguramente haciendo el ridículo.

Verdaderamente había algo inusual en el sujeto. No sólo era atractivo,de cabellos castaños claros, alto, esbelto y con una buena contextura muscular, todo su comportamiento me ponía los pelos de punta y colocaba a mi tonto y pequeño Omega de forma sumisa.

¿De dónde diablos había salido? Aunque no pueda transformarme en mi Lobo, mi oído sigue siendo mucho mejor que la de un humano promedio e igual, a la de cualquier otro Lycan sin llegar a transformarse, era imposible que fuera tan sigiloso como para acercarse a mi sin hacer algún tipo de ruido.

¿Y por qué rayos, si estábamos a diez grados bajo cero, este sujeto apenas usaba pantalón y remera?

El extraño sólo me miró con una pequeña sonrisa divertida, pero sus ojos, tan parecidos a los míos, me miraban con fría calculación.

Definitivamente este sujeto me trae mala espina, aunque mi Omega se encuentra muy calmado al respecto. Lenta y disimuladamente comienzo a mirar mis alrededores,estoy en una sección del bosque en la que jamás había estado antes,la luz del sol es más difusa aquí y solo parches de luz se llegan a ver gracias a las extensas y gruesas hojas de los árboles, con sus suaves pero profundos tonos anaranjados, sabía que aún estábamos en el terreno del instituto.No importa cuanto haya recorrido, así como el edificio gigante donde habita nuestra manada, el terreno del bosque que nos pertenece debía ser lo suficientemente grande, de lo contrario,nadie podría transformarse y correr como Lobos en libertad,alejado de las miradas y curiosidades humanas.

Entonces ¿Qué hace este tipo aquí?

—Lo siento, pero esto es propiedad privada—Le dije con un tono algo autoritario, fingiendo a cada segundo que la presencia de ese sujeto no me hela la sangre—No sé quien eres o cómo llegaste aquí, pero será mejor que te vayas.

El hombre avanzó un paso deliberado hacia mi mientras yo intentaba seguir firme ante su presencia, aunque es difícil hacerlo cuando te sientes como una pequeña presa siendo rodeada por un predador, siendo así cómo nos sentimos mi Omega y yo,sus ojos no dejan en ningún momento los míos y en un movimiento que parece más fluido de lo que fuera posible, el hombre se colocó a dos pasos de mí.

—¿Cómo te llamas, Cachorro?

¿En serio este tipo entra como si nada a propiedad privada, ignora mis palabras y habla con ese tono tan arrogante?

—No es de tu incumbencia—Me crucé de brazos y giré viendo hacia la derecha, con el ceño fruncido y un inconsciente puchero.

—¿"No es de tu incumbencia"? pues, ese sí que es un nombre bastante largo para un Cachorro tan tierno.

Mis mejillas se ruborizaron y apretando los puños y el entrecejo intenté no darle una bofetada, en su lugar, rodé los ojos ante su tono burlón.

—Si bueno ¿Que puedo decir?—Hablé de forma irritada—Soy una cajita de sorpresas.

Su mirada y sus facciones se tornaron serias, al mismo tiempo en que mi Omega bajó la cabeza de forma sumisa ante la presencia del castaño.

—Seguro que sí—Murmuró y sin advertencia alguna, su mano se alzó hasta mi rostro y sentí sus dedos acariciar mi mejilla.

—¡Oye!—Grité sobresaltado, quitando su mano de un tirón y alejándome de manera torpe, su toque no había sido violento, de hecho, había sido suave como una pluma, no estaba acostumbrado a ese tipo de acciones y eso me causaba un poco de miedo—¡No me toques!—Grité, viéndolo con un poco de inseguridad.

El castaño levantó sus manos en una especie de gesto de paz, pero su cara estaba viva con interés , como si yo fuera un juguete que él encontraba sumamente divertido.

—Mis disculpas—Dijo, a pesar de su sonrisa mi Omega confiaba en que sus palabras eran sinceras—Me iré, pero tengo la sensación de que nos volveremos a ver belleza—Aquellas palabras...Sonaban más como una promesa que otra cosa.

—Espero sinceramente que no sea así—Le respondí con sinceridad, viendo como me daba la espalda y se alejaba caminando hacia el norte, lejos del instituto.

—Creo que te sorprenderás...Soobin.

¡¿QUÉ?! ¡¿ESCUCHÉ BIEN?!

Quería preguntarle cómo carajos sabía mi nombre, pero en un abrir y cerrar de ojos aquel hombre de cabellos plateados había desaparecido, dejando a mi Omega y a mi solos y con un mar de preguntas en la cabeza.

Quería preguntarle cómo carajos sabía mi nombre, pero en un abrir y cerrar de ojos aquel hombre de cabellos plateados había desaparecido, dejando a mi Omega y a mi solos y con un mar de preguntas en la cabeza

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