CACHORRO

Capítulo XLII: Un Monumental Dolor de Cabeza

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Las palabras de la Alfa sonaban tan sinceras que sabia que dicho adjetivo no debía ir precisamente con ella, no después de todo lo que había hecho y sin embargo, parecía que ella creía en sus palabras. Parte de mi quería escucharla, quería creerle, pero la mayor parte de mí se revelaba ante la tontería que escuchaba.

—P-Pero...No entiendo. Si todos los Bolga han sido Alfas, ¿Por qué a habido solamente un Omega después de milenios?

—Un Omega Bolga nace únicamente en este mundo para cumplir un único propósito. Brindar fertilidad a tierras desdichadas. Resumiendo...Nace con el único propósito de parir y parir cachorros de alto mando. Sobretodo cuando esté es marcado por un Alfa Bolga y es de su propiedad—Abrí mis ojos aterrado, con mi labio inferior temblando y unas terribles ganas de vomitar—En la antiguedad, cuando solo existía un Omega Bolga, pero por ejemplo, unos cinco Alfas Bolga. Todos por ley de la Diosa Luna debían tener relaciones con el único Omega Bolga existente, dejando en él o ella cuantos cachorros quisiesen. Se dice que los hijos de dos Bolga son unos líderes temibles que gobiernan las tierras con un instinto nato. Un poco incluso que sobrepasa a los Alfas líder...Esa es la razón por la cual existen tantas manadas hoy en día, todos se originaron de una misma madre. Tan solo con ellos, es que existía la posibilidad de que más Bolga llegarán al mundo. De allí su extinción y de las otras familias reales, por ello la fuerte rivalidad y guerra entre manadas...—Me miró a los ojos y se levantó nuevamente fue para secar lágrimas traicioneras que bajaron por mis mejillas—Por eso Choi te quería entre sus manos. Siendo él el único Alfa Bolga existente actualmente, su instinto por órdenes de la Diosa Luna es tomarte y hacerte dar a luz a líderes que amenazarían con todo lo que conocemos. Uno o más Bolgas incluso con más poder que ustedes dos juntos...Todo a costa del sacrificio de sus vidas—Mi cuerpo temblaba entre sus manos, queriendo echarme a llorar todavía más fuerte en medio de la soledad, ahora entendía por qué Binnie quería estar al lado de ese Alfa, pero por más que ya había aceptado mi cruel destino, seguía teniendo mucho miedo—Está bien que llores...Lamentablemente sus Lobos están predestinados a estar juntos, pero nosostros nos encargaremos que nada de eso ocurra. No dejaremos que te tenga, porque tú nos perteneces.

Seguí sollozando en silencio, mordiendo mi labio inferior con fuerza y sintiendo las caricias de la Alfa sobre mi cabello. No tardó mucho tiempo hasta que volví a caer dormido, sintiendo mis mejillas empapadas por haber llorado tanto en tan poco tiempo. Mi cuerpo ya estaba agitado y no sentía las suficientes energías como para resistirme.

Cuando abrí los ojos, los colores anaranjados del atardecer se reflejaron contra las paredes del lugar que nos transportaba a otro lugar, lejos de Yeonjun Hyung y lejos de todos el desastre causado.

Me encontraba mucho más calmado que antes y eso por lo visto lo había notado todo el mundo, ya no esparcia amargas feromonas de tristeza y miedo. Binnie también se había quedado dormido de tanto llorar, pero cuando despertase sabía que volvería a hacerlo.

—¿Entonces...estás diciendo que soy una especie de reencarnación, cómo un Avatar lobezno?—Inquirí a la Alfa luego de unos minutos.

—¿Un qué?—Preguntó ella claramente confundida.

—Ya sabes...—Intenté usar mis manos para gesticular como siempre hacia, pero cuando se vieron lastimadas por las sogas e hice una mueca, ambos vimos al mismo lugar pero sin decir nada al respecto—Como el Avatar que reencarnaba cada vez que moría en otro cuerpo para poder traer balance al mundo y todo eso, que controlaba los cuatro elementos.

—¿Quién puede hacer eso? Jamás escuché algo semejante—Su expresión demostraba terror y asombro.

—Es un programa, una serie animada—No sabía por qué demonios le estaba explicando sobre el Avatar Aang—¿Jamás lo has visto?—Pregunté con curiosidad—¿Qué clase de infancia tuviste? Creí que todos lo conocían.