Capítulo 3.Un encuentro un tanto ¿Inesperado? (editado)

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—POV Ari—

— Yo que ustedes, no canto victoria —digo, mientras me fijo en el obstáculo próximo.

Hay un claro en medio de la arena, lleno de piedras de diferentes tamaños, y unas cuantas rocas, haciendo más complicado cruzarlo. No sé cómo no nos percatamos de eso antes.

Todos parecen concentrados en el frente, que no lo observan.

— Chicos, ¡cuidado! —advierto, estando a pocos pasos.

Todos reaccionan a tiempo, y es cuando todo se descontrola.

Mike, que va con Adi, disminuye casi de golpe. Puedo notar un poco de preocupación en las facciones de su rostro.

Giro mi cabeza a la izquierda. Jared, por un microsegundo, pierde el equilibrio. Pero, logra estabilizarse rápidamente.

Mientras tanto, miro a nuestros pies. Marck logra pasar sin ningún inconveniente. Cruzamos con una velocidad moderada. Como si él ya hubiera vislumbrado este tramo del camino.

Somos los primeros en salir del obstáculo imprevisto. Marck aumenta la velocidad, queriendo poner distancia entre los chicos.

Volteo a ver por sobre mi hombro, me fijo en la pequeña ventaja que tenemos. Pero, que rápidamente puede desaparecer.

— Nos vienen pisando los talones, Marck —comento, mientras mantengo mi vista fija hacia atrás.

— No te preocupes, guapa. Vamos a aprovechar esta ventaja —contesta, sin inmutarse, y sin bajar la velocidad.

Continuamos corriendo. Bueno, Marck lo hace.

Pasan pocos segundos, cuando siento una presencia a nuestro lado. Sabía que no iban a tardar mucho en recomponer el ritmo.

Es Jared, junto con mi hermana, que están a nuestra derecha. Lo observo, su sonrisa victoriosa lo dice todo.

— No te creía tan lento amigo —anuncia en tono burlón. —mira —señala hacia algo que no hay. —hasta ese caracol camina más rápido que tú.

— Ja, ja, que chistoso —responde Marck.

— Nos vemos en la tienda —dice Jared, sus ojos conectan con los míos y me guiña un ojo.

— Ni lo pienses —respondo con reto.

Estamos a unos cien metros de distancia de la tienda. Vamos tan enfocados en la meta y en nuestra pequeña batalla, que se nos pasa por alto que todavía falta Mike.

Volteo a mi izquierda, justo en el momento en que ellos pasan a mayor velocidad y nos adelantan.

— Hijo de puta —murmuran Jared y Marck al mismo tiempo.

— Eso les pasa por ir distraídos —me burlo de ambos.

Mike y Adi son los primeros en llegar a la tienda. Marck y yo, los segundos, y Jared y mi hermana los tercero.

Nos bajamos de las espaldas de los chicos y enseguida se encorvan, colocando sus manos sobre las rodillas, tratando de recuperar el aliento.

Creo que ni en los entrenamientos corren así.

— Ganamos, aja, aja —canta Mike, cuando recupera el aliento. Y también, hace un baile de la victoria.

— Ya lo sabemos —comenta Marck, con su voz todavía agitada. —no nos lo tienes que restregar en la cara.

— ¿A qué sabe la derrota chicos? —pregunta Mike, con ganas de seguir molestándolos.

— Apesta —declara Jared. —así como cuando no te bañas —agrega, mientras se endereza.

El Caos de Ariadna © (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora