Capítulo 9. Dulce Venganza (editado)

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—POV Lucas—

Lo admito. Me merezco que me ignora por completo. La he jodido en grande. Pero, nunca espere que se asustará tanto con la broma.

Esto me va a complicar más las cosas. Si antes pensaba en hacer un movimiento con ella... Bueno, creo que tendré que esperar otro poco.

— Entonces, ¿Qué ha pasado con Cami? —la pregunta me hace salir de mis pensamientos. Volteo y me encuentro con el rostro curioso de Liam. —¿Por qué te está ignorando? —agrega, arqueando una ceja.

— No es nada que te interese —me cruzo de brazos y le doy una mala mirada.

— ¿Qué le hiciste a mi hermana? —inquiere Alex. Giro mi rostro y lo ubico en la punta de la mesa. —para que ella te ignora así, tuviste que haber hecho una estupidez —agarra su vaso con agua y toma un sorbo.

— ¿Por qué tienen que ser tan entrometidos? —tuerzo los ojos sin contenerme.

— Sabes que solo estamos pendientes —justifica Ryan. ¿En serio? ¿hasta él?

— Está bien, les contaré —acepto finalmente, mientras descruzo mis brazos y los dejo descansar sobre la mesa. —lo que pasó fue.

Comienzo a relatarles lo sucedido de anoche.

— Eres un idiota —esa es la respuesta de Liam luego de que finalizo la historia.

— Nunca pensé que se fuera a creer la broma —me justifico, mientras apoyo mi cabeza sobre la palma de mi mano. —y menos sabiendo que todos estamos en la casa.

— Pero tú la conoces —señala Ethan. —sabes perfectamente que es una gran miedosa —finaliza mientras deja los platos limpios en el escurridor.

— Pues, amigo mío —dice Alex desde su asiento. —tienes un gran reto estos días —se levanta de su silla y agarra sus platos sucios. —ese perdón te va a salir caro.

— Lo sé

***

—POV Cami—

Ya han pasado alrededor de veinte minutos. Creo que fue suficiente tiempo para el interrogatorio de Lucas.

Sí, ya sé del mal de chismosos que padecen los chicos.

Termino de retocarme el maquillaje. Solo me aplico un poco de máscara de pestañas, un poco de rubor y brillo labial.

Eso es todo. No soy muy fan del maquillaje.

Me acomodo el cabello. Dirijo mi mirada hacia la puerta y justamente escucho unos toques.

— Cami, ya es hora —anuncia una voz, la cual logro reconocer como la de Liam.

— Ahorita salgo —digo, mientras guardo las cosas en el estuche y lo vuelvo a dejar dentro de mi maleta.

Agarro mi mochila de mano y salgo de la habitación. Nunca puedo salir sin mis audífonos, mi cepillo de cabello, y no me puede faltar un buen libro.

Bajo las escaleras, y conforme desciendo escucho unos murmullos. Cuando llego a la sala encuentro a los chicos con poses raras.

¿Por qué tienen que ser tan obvios? Tendré que pagarles una clase de actuación.

Ignoro por completo sus actitudes y sigo caminando hasta la puerta. Salgo de la casa y voy hacia los carros. Me recuesto contra la puerta de copiloto de la camioneta negra de Derek. Cruzo mis brazos y alzo la vista al cielo.

Mucho más interesante que ver a los chicos con sus caras tontas.

Los chicos no tardan en salir. Escucho sus pisadas acercarse y detenerse.

El Caos de Ariadna © (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora