Capítulo 29. Pequeñas batallas

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—POV Chris —

Observo divertido la escena. Liam con dos pistolas de agua, parado como si estuviera en medio de un campo de batalla, disparándole sin piedad a Ryan. Y éste, tratando de avanzar entre chorro y chorro de agua.

Escucho a los chicos alentarlo.

— ¡Vamos Ry! —es la voz de Ari quien lo anima.

— Corre Liam. Que al atraparte te vas a arrepentir —promete Ryan, con dificultad por el agua.

— Uy sí. Mira como tiemblo —se burla, mientras le saca la lengua como niño pequeño.

Me fijo en todo el panorama.

Todos riéndose y disfrutando.

Los chicos con una cerveza en mano. Mi primita en la piscina, sobre un inflable. Mi primo sentado en el borde diciéndole algo a ella.

Mi radar se activa. Mis ojos se mueven hasta dar con ella.

Encuentro a la castaña recostada sobre una silla reclinable, con los ojos cerrados y con una leve sonrisa sobre sus labios.

Mis labios me traicionan y se estiran, pero logro controlarlos. Vuelvo a contraer mi sonrisa.

Mis pies comienzan a moverse y termino justo delante de ella.

Apenas y he terminado de detenerme y a ella ya se le ha borrado la sonrisa.

— ¿Qué quieres? —espeta.

No respondo y me quedo detallándola descaradamente.

Este traje de baño color verde menta es mi perdición.

— Chris —me llama, y eso me hace elevar mis ojos hacia su rostro. —¿Qué quieres? —vuelve a preguntar, mientras me observa de mala manera.

Al parecer no le agradó amanecer dormida en mi cama. Junto a mí.

— Nada —respondo y me autoinvito a su silla. Muevo sus piernas un poco y tomo asiento a sus pies. —solo venía a ver si no querías algo —

— ¡Ja! Si pues. Y yo soy rubia —se burla y se carcajea falsamente. —eso ni tú te lo crees —agrega y tuerce los ojos. —no estoy de ánimo para tus jueguecitos hoy —

Me inclino hacia ella. Stacy entrecierra los ojos de manera suspicaz.

— Solo para uno —murmuro y ella me mira confusa. —el último. Súper pequeñito —hago un ademán con la mano, juntando mi dedo índice con el pulgar. Pero dejando un minúsculo espacio entre ellos.

Me levanto con pereza tratando de distraerla.

Aprovecho que sus ojos están sobre mí.

Gracias al cielo que tengo este cuerpazo para lucir.

Tengo que agradecerle al entrenador después.

Teniendo el torso al descubierto aprovecho para presumir, y estiro mis brazos al cielo.

Ella no logra apartar sus ojos de mí. Puedo notar cierta irritación en su mirada.

— No vayas a babear —me burlo, y sin contenerme me río. Porque, justo como siempre, tuerce los ojos y desvía su atención de mí.

Perfecto.

Me llevo una mano al cuello y me lo acaricio, tratando de parecer aburrido.

Mis ojos vuelan hacia la piscina. Me encuentro con la mirada de mi primo que me advierte.

Por el rabillo del ojo, observo como Stacy ha vuelto a cerrar sus ojos, pese a que todavía me encuentro cerca.

Le hago una seña a mi primo con la mirada, y él negando con la cabeza me sigue con la orden silenciosa.

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⏰ Última actualización: Aug 18, 2023 ⏰

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El Caos de Ariadna © (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora