My secret (KookV)

💜23.2💜

Narra autora. 

- ¿Kookie? - preguntó el castañito tocando un par de veces la puerta de su propia habitación. 

- Está abierto amor - contestó extrañado. 

- Cierra los ojos ¿Si? sólo un momento - recibió un "Okay..." un tanto inseguro por lo que insistió. - Amor por favor cierra los ojos, sin trampa Jungkookie - 

- Ya los tengo cerrados sólo entra - dijo con voz demandante. 

Taehyung tragó saliva y se acomodó el cabello antes de empujar la puerta y entrar, la luz estaba encendida, Jungkook estaba sentado en el sofá de su habitación con los ojos cerrados como le pidió, se acercó al mayor caminando de puntitas para no hacer mucho ruido, puso el plug anal que llevaba detras de la espalda antes de llamarle para que abriera los ojos. 

- Ya estoy aquí amor... puedes ver - sin querer perderse ningún detalle de la cara del pelinegro le miró directo a los ojos mientras este subía lentamente la mirada de las piernas desnudas casi hasta llegar a la pelvis, era sin duda una minifalda muy corta, cuando llegó a la liga que adornaba el gordito muslo abrió la boca soltando un pequeño jadeo, después atrapó su labio inferior al ver la falda tan pequeña con ese sensual animal print que contrastaba con la acanelada piel que cubría y le hacía unas simuladas caderas voluptuosas por el corte y los tablones, el abdomen plano y el pequeño croptop con la misma tela y por último, el collar con un cascabel adornando su cuello... el moreno se estaba tomando el tiempo del mundo en poder disfrutar la vista que tenía al frente, el castañito tenía un cuerpo que cualquier chica envidiaría, contrastando las piernas carnosas un trasero grande y redondo que a pesar de quejarse por no hacer ejercicio estaba firme, tenía una cintura medida de sesenta y cuatro centímetros que a pesar de no tener caderas femeninas le hacían ver volumen en la zona que era más ancha, por último tenía el pecho plano pero las clavículas y los hombros si los mostrase en una prenda sin hombros se verían simplemente preciosos y ni hablar de su rostro, era... simplemente la cara más bonita que incluso algún artista del renacimiento pudo haber esculpido en arcilla. 

- T-te ves... hermoso, cielos... tus piernas con esta faldita no lo puedo creer... tienes unos muslos tan lindos - tocó con delicadeza la suave piel depilada de los muslos del castaño. - ¿Cómo haces para estar tan suave? - sonrió acercando los labios a la piel que acarició previamente. 

- Sólo la humecto - sonrió al ver cuanta devoción había en las acciones del mayor. 

- Nunca hay un sólo vello aquí... - subió un poco más los besos, 

- No me gustan los vellos en mis piernas ni... ni en mi zona íntima - se avergonzó un poco al momento en que una traviesa mano del moreno subió y se metió debajo de la falda. 

- ¿Te molesta el mío? - preguntó realmente interesado, nunca se había puesto a pensar si al castañito le gustaba que dejara su vello al natural. 

- No... me gusta que lo dejes, no eres un oso peludo así que se ve sensual, justo en los lugares necesarios - se agachó un poco dejando los labios en el oído del mayor. - Amor quiero que guardes algo, y que decidas qué hacer con el ¿Okay? abre tu mano - le preguntó antes de besar la piel de la oreja. 

- Okay - el moreno estiró la mano para recibir aquello que se le iba a entregar, Tae le dio el bonito plug nuevo, lo compró para él porque sabía cuanto le gustaba el color negro a su hombre. - Oh joder... ¿Cómo que para que decida qué hacer con esto? - le miró directo a los ojos esperando una respuesta. 

- No estoy seguro en este preciso momento de la penetración amor, pero... el otro día que hablamos por teléfono quería... realmente quería que lo hicieras, estaba tan caliente y tan ansioso de que me penetraras que no sé lo que pasará ahora... - confesó el pequeño.