Cortos Haikyuu!!

Osasuna

El amor, ay el amor. ¿Cómo lo ves tú? ¿Hermoso al igual que los pétalos de una flor? o ¿cruel como lo es la espina de una rosa?

Cuando ves una flor, piensas que tal vez una pequeña abeja pasó por ella recolectando el polen para crear miel. Ay que hermosa es la naturaleza y la vida.

El amor lo podemos representar como una delicada flor que va creciendo lentamente... Pero, ¿y si aquella se halla en un lugar donde nunca te imaginas que una planta es capaz de crecer?

Hanahaki, así se denominó esa enfermedad, amor no correspondido, donde una linda flor de amor crece en tus pulmones, dañándote cada vez que ves a esa persona que comenzaste a amar... Hermoso es el amor.

¿Cómo te curas de esta enfermedad? Solo se ven tres razones, confesarte y ser correspondido o simplemente extirpar ese ser que en ti crece, aunque este último método tiene sus consecuencias, no volverás a amar... También existe la opción de morir a causa de las raíces que la flor en ti creó, sin embargo no muchos se guian por esta última...

¿Cuándo fue que perdiste a esa persona que querías, aunque nunca se lo recalcaste? Él lo hizo a los 17 años, muy joven y traumático, aunque bueno, toda muerte y/o accidente lo es.

¿Cuánto tiempo callaste y ocultaste esos pétalos que de tu boca salieron? Demasiado como para notar que esa persona ya no se encuentra en tu vida.

El amor es cruel, muchos eso podemos comprender; es mejor no amar a hacerlo y poder sufrir.

Sin más rodeos, conozcamos solo un resumen de la dolorosa vida de Miya Osamu.

Solo era una tos normal, la garganta dolía como los mil demonios, así que tosías para que se te pudiese quitar eso. Nunca notó lo raro, lo cual era que solo tosía cuando Suna Rintarou entraba en su campo de visión.

Miya Atsumu, su hermano, se preocupó un poco, ya era mucho tiempo en el cual su hermano se hallaba "enfermo" por así decirlo; Osamu era despreocupado e intentó que su gemelo deje de pensar tanto en conspiraciones, solo era simple tos.

—Llevas días así, ni a un niño le mientes de que es normal— confesó Miya Atsumu mientras caminaba junto a su hermano, este lo miró y se encogió de hombros.

—Solo es tos, no me voy a morir, idiota— aligeró el de cabello gris.

Volvió a toser, ¿razón? Suna Rintarou acababa de acercarse a ellos y abrazó a ambos por los hombros.

—Par de idiotas estoy más que feliz—saludó el más alto de los tres, Osamu se alejó un poco para poder toser con tranquilidad—. Oye, ¿el estúpido está bien?

—Tienes que... especificar qué... estúpido— intentó decir Osamu, mas, su tos impedía un poco su habla; Rintarou de igual manera rio con ese comentario, tenía razón, los dos gemelos eran idiotas.

—Despertaste chistoso Osamu, ¿te poseyó la tos de payaso? —cuestionó Atsumu con el ceño fruncido.

—Ya no te enojes rubio, bueno, a lo que yo venía, ¿se acuerdan del amargado número 11 de Karasuno? Pues, hemos estado hablando y hoy saldré con él, genial, ¿no? —contó el de ojos verdes.

Nuevamente volvió la tos de Osamu, era diferente, sus pulmones comenzaron a doler, cosa que nunca sucedió; su garganta picaba demasiado, era como si algo estuviese ahí que le impedía un poco el flujo del aire. Siguió tosiendo, colocando su mano en la boca para tampoco verse como un asqueroso.

Paró, como en algún momento debía pasar, su otra mano fue a su cuello y lo acarició; miró aquella que cubría su boca y... ¿sangre con qué? ¿Acaso era un coagulo de sangre? ¿Estaba enfermo de verdad? No, eso no era un coagulo, parecía más bien un pétalo, un bello pétalo adornado con la sangre escupida; cerró su mano sin mirar a su hermano y amigo, esto ya no era normal, no podía tomarse como una tos y ya...