Cortos Haikyuu!!

Osasuna

—Tenemos que terminar.

Suna levantó la mirada de su teléfono y la dirigió a la persona que estaba frente a él. Negó levantándose del sofá y con una sonrisa.

—¿De qué estás hablando? —consultó Rintarou no creyendo las palabras del más bajo, este suspiró.

—Rintarou, esto no está funcionando. Tú y yo ya casi ni nos hablamos, somos dos extraños viviendo en la misma casa. —volvió a hablar el otro, Rintarou negó.

—Por favor, Shin, no hagas esto. Resolvamos el problema, comencemos de nuevo, dime que hago mal y lo resolveré. No terminemos, por favor, te amo.

—No, Rintarou; no es primera vez que nos pasa esto. Tú y yo no congeniamos. No te mentiré, los primeros meses fueron hermosos y ambos nos demostrábamos amor, pero ahora... todo es diferente, no hay solución.

—Shin, amor, déjame arreglar las cosas.

—Rintarou, basta. Dices las cosas, pero no las cumples; tres años consecutivos has olvidado nuestro aniversario, tres años consecutivos has olvidado mis cumpleaños; olvidas las salidas que teníamos planeadas, no me acompañas a casa de mi abuela, te la pasas todo el día fuera, llegas a altas horas de la noche y sin explicación; cuando estás en casa, estás todo el día en el maldito celular y no me prestas atención alguna; las promesas que me haces, las olvidas. No, Rintarou; te quiero, pero esto ya no funciona.

—Lo siento, amor. Por favor, cree en mis palabras, no te volveré a fallar.

—No te creo. No es primera vez que te pido terminar, no es primera vez que he escuchado las razones por las que debemos seguir juntos, no es primera vez que escucho el "cambiaré", uno que nunca sucede. No vas a cambiar, Rin, y nuestra relación no seguirá— dicho aquello, Kita Shinsuke desapareció de la sala.

Rintarou escuchaba sonidos provenientes del segundo piso, debía ser Shinsuke buscando sus cosas y sacándolas. No quería eso, no quería que su novio se fuera de la casa; lo amaba, ¿qué más necesitaba Shinsuke?

No se movió de su lugar, escuchó en la puerta de la entrada un: "Adiós, Rintarou. Cuídate, por favor."; no fue detrás de él, no fue en su búsqueda.

En su mente se repetía el escenario de sus padres; su madre con sus maletas en la puerta de la casa, su padre gritando: "Ya vete, puta desgraciada", su madre devolviendo un: "Nos veremos igual, gracias a los tontos hijos que tenemos"; un portazo dio la mujer antes de desaparecer, su padre daba pisotones mientras iba donde su pequeña hija de tan solo un año de edad. Él estaba en el sofá viendo la televisión, sintió cómo su padre le revolvió el cabello, "Las parejas no valen la pena, Rintarou, no hagas la estupidez que yo hice".

No fue tan similar, Shinsuke no tenía problemas de ira como los de su madre, aunque él no era tan cariñoso como lo es su padre. Fue a la cocina y abrió el refrigerador, otro recuerdo llegó a su cabeza.

Él tenía once años, mientras que su hermana cuatro; estaban en casa de su madre. Fue a la cocina por comida, pero solo había latas de cerveza, cajas y botellas de distintos licores. Ese mismo día llamó a su padre, al cabo de un rato llegó, siquiera ingresó y ya el lugar se llenó de gritos entre los adultos. "No debes beber, Rintarou, es malo; no quiero que termines como la borracha de tu madre".

Suspiró y tomó la lata de cerveza, solían tenerlas debido a juntas que hacían con los antiguos integrantes de Inarizaki. Bebió todo lo que había en su interior, tomó otra y la llevó a su boca. Dolía, Shinsuke se fue de su vida, el chico que amaba lo dejó, no creyó en sus palabras; tal vez Shinsuke ya no lo amaba.

Lloró en el comedor, demasiadas latas de cerveza vacías había delante de él. El mismo escenario en el que veía cada noche a su madre.

—Creo que te fallé, padre. No soy como tú, soy como la estúpida borracha de mi madre— dijo entre sollozos mientras su cabeza reposaba en la mesa.