Sakuatsu

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Tan cerca, muy cerca, dos pasos y... Todo desaparece, todo es oscuro, miras a cada lado y nada. 

Alguien toca tu hombro, giras la mirada y nada, te susurran algo al oído, no entiendes qué es, como una lengua desconocida para ti. 

Uno, dos, tres pasos a la nada; cuatro, cinco, un grito te llama; seis, siete, alguien te abraza; ocho, nueve, una luz como esperanza... 

Corres a ella, deseas escapar, deseas volverlo a tocar, ansias su perfume poder inhalar. Alguien está ahí, a quien tú deseabas sentir, esa persona por la cual quieres vivir; la abrazas... Y caes de rodillas, hay la nada, otra vez... 

Respiras con dificultad, no puedes hacer marcha atrás; un, dos, un, dos, el tic-tac en tu oído ha de retumbar, tus manos a tu cabeza van, quieres no escuchar, mucho sufrimiento te ha de atemorizar... 

—¡Atsumu! 

Abriste los ojos y miraste a tu alrededor, el miedo se veía en tu cara y cuerpo. No estabas en ese lugar, acabas de despertar, oh, por favor no volver jamás... 

Al de rulos pensaste abrazar y en su hombro has de llorar... 

—Kiyoomi— musitaste con temblor, una mano en tu cabeza reposó, acarició tu cabello sin teñir y negó... 

—Hermano... —escuchaste escupir, te separaste y a tu gemelo observaste, si él se halla aquí, en qué lugar está su Kiyoomi... 

—Osamu— lo llamaste, él asintió y volviste a abrazarle. 

En su hombro lloraste sin razón, tristeza había en tu corazón, desilusiones sentías en tu interior, no es fácil perder a alguien, en cualquier condición. 

—Quiero ver a Kiyoomi, permiso— musitaste, tu hermano tomó tu mano, te retuvo, tú lo alejaste, nadie irá en contra de tu decisión. 

Saliste de esa habitación, contemplaste aquel pasillo que unía los cuartos, notaste que solo ese era el que solía usarse... Bajaste las escaleras, ansiaste verlo en la cocina y nada, nadie ahí se hallaba. 

Era solitario, algo falta, algo hacía que el ambiente se sienta pesado. 

La puerta sonó, era él tal vez, corriste a abrir, pero una desilusión hubo; a Suna Rintarou se encontró, no era como si verlo ansió. El chico lo abrazó y pidió perdón, ¿a qué iba lo último? No comprendió... 

Suspiraste y miraste a tu alrededor, la esperanza disminuyó... Tomaste tu teléfono y marcaste su número, nadie contestó, eso te sorprendió, siempre alguien solía hacerlo, mas, eso no ocurrió. 

—Osamu, saldré a buscar Kiyoomi— gritaste, estabas a segundos de salir cuando tu hermano te detuvo, lo ibas a alejar otra vez, sin embargo, un llanto te hizo detener... 

—Para Atsumu... —dijo él, no comprendiste eso... 

—Oye, Kiyoomi debe necesitar mi ayuda, no demoraré, ya verás como en un santiamén ambos aquí nos hallaremos— Osamu no te dejaba partir, lo ibas a empujar cuando su rostro en lágrimas miraste. 

—Atsumu, está muerto, compréndelo— un recuerdo llegó a ti... 

Un accidente, mucha sangre, un llanto, lamentos... Gritabas su nombre, mas, él no te escuchaba; acariciaste sus rulos, sin embargo, ni una sonrisa mostraba. Lo último que tenías de él era una pelea, algo que, lamentablemente, cambió el rumbo de su destino. 

¿Cómo no recordabas? Oh, claro, no es bueno saber que tu novio murió por una pelea entre ustedes dos... Volviste a llorar, te sentías como en el sueño, no había luz en tu vida, solo tristeza y lamento; lo querías cerca de ti, riendo y jugando, seguir amándolo como siempre hiciste, aunque, todo eso ya no es posible. En un arrebato se fue, en un choque perdió, por una discusión murió; lo último que debió recordar fue haber hecho mal, fue sentir el enojo de su pareja y de ahí el vehículo ha de impactar; no escuchó tu "te amo", no escuchó tu "no me dejes", se fue con la idea de que podían terminar... 

Osamu abrazó a su hermano, sabía que con locura amó a ese de cabello ondulado; entendía el arrepentimiento que sentía, mas, solo como soporte servía. Mucho en su hermano no podía influenciar, ya que solo su corazón se debía de calmar. 

Agradeció a su hermano de estar ahí, sin embargo, no siempre será así, debía salir adelante, no depender de aquel semejante... 

Ni con ello pudiste y por el camino fácil huiste, un cuchillo enterraste y con tu sufrimiento acabaste; tu dolor pudo desaparecer, mas, el de otro ha de crecer... 

Una mano se extendía a ti, la tomaste y su sonrisa observaste; lágrimas cayeron de ti, pero él se aseguró de poder quitarlas de manera suave. Su rostro besaste y en él una sonrisa obervaste. 

—Perdón por pelear contigo— musitaste, una mano en tu boca él colocó y sonrió. 

—Aquella pelea fue lo de menos, ahora ambos a estar juntos volvemos... 

Lo besaste y abrazaste, tu alma con él ha de quedarse, tristeza por tu hermano creaste, aunque sabes que solo no ha de estar, Rintarou de él va a cuidar, sí, él va a saber cómo ayudar. 

Más allá de la muerte no se ha de saber, aunque, el sufrimiento de tu hermano sí se ha de entender, y de que dos almas juntas ha de haber, oh, sí que se puede comprender...

Cortos Haikyuu!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora