Osasuna

217 15 2
                                        

Navidad... Hermosa y blanca navidad, un día para en familia disfrutar.

Lo mejor es pasarlo con tus seres queridos, aquellos a quienes aman y tu vida lograron cambiar, con las personas que en tu corazón se instalaron.

Estás acostumbrado a no estar ya con tu hermano, es normal y lo respetas, él está junto a la persona que ama y ha elegido en su vida; aunque te invitaron a que vayas a su casa, te negaste porque un compromiso tenías.

Si aceptabas, tal vez estarías en aquel calor de hogar, disfrutando de una charla con tu hermano y cuñado, puede que riendo a carcajadas o a punto de comenzar una banal pelea con tu gemelo...

Idiota

'Samu, ¿estás bien?
[00:02]

Feliz navidad hermano
[00:02]

Eres bienvenido siempre, con
Omi te esperamos si cambias de
opinión
[00:03]

Miya Osamu sonrió, le regresó aquel saludo, deseaba que esta navidad para su hermano sea buena, así como las anteriores de este.

La nieve caía, era un día muy frío y solitario, caminó evitando los malos pensamientos que en su mente se instalaban.

Mantenía un ramo de flores en su mano, su andar era seguro, mas, su interior no.

Las puertas de esa gran reja estaban abiertas, dio una pequeña sonrisa e ingresó. Caminó por un corto tiempo, el camino que siempre era de tierra, ahora estaba cubierto por una pequeña capa de nieve y alguno que otro lado con hielo; casi no se veía el césped de a un lado, todo era nieve, todo estaba cubierto de ello. Osamu ya se sabía el camino de memoria, así que no sería impedimento para él llegar al lugar que quería.

Uno, dos, tres y cuatro, ahí estaba...

Era su primera navidad sin él, hace cinco meses perdió al amor de su vida y ahora solo vive con su recuerdo. Muchas navidades con él, donde Suna Rintarou sonreía ante los regalos que le daba Osamu...

Sabía que su chico estaba en paz, pero aún así lloraba su perdida, extrañaba su presencia, extraña la manera en la cual le demostraba su amor, extrañaba despertar junto a Rintarou, dormir abrazado a él, extrañaba sus abrazos, bromas, risas, preocupación...

Esta navidad se sentía muy sola...

Dejó el ramo de flores frente a aquella lápida, lloraba mientras le dedicaba unas palabras a su amor, esperando a que del otro lado pueda siquiera escucharlo. Ahí se quedó, se apoyó en la lápida y la acarició, era su Rintarou, mantenía el nombre de su amado...

Cuando abrió los ojos, vio a su gemelo junto a su pareja... ¿Se quedó dormido?

-'Samu, vamos a casa... -musitó Atsumu.

-Ya estoy en mi casa... Mi casa es él- respondió Osamu con tristeza.

-Osamu, ven con nosotros, hace demasiado frío- esta vez habló Sakusa, con una manta en sus manos.

-No quiero dejarlo solo...

-'Samu, sabes que a Rintarou nunca le gustó que pienses que está solo... -el de cabello corto asintió.

Kiyoomi se acercó a él y lo abrigó con la manta que tenía, Osamu sonrió y dejó que el de rulos hiciera aquello.

Caminó con lentitud, se sentía mal al dejar a Suna solo, no quería, deseaba estar junto a él como todas las navidades que han tenido juntos...

Cuando llegaron al hogar compartido de Atsumu y Kiyoomi, sintió calor, era agradable y similar a cuando estaba con Rintarou. Miró la hora y supo que sí, se había quedado dormido en la lápida de su novio, ya eran las 02:32 A. M., Atsumu debió preocuparse por él y gracias a ello ahora estaba ahí.

Sakusa le sirvió un chocolate caliente, Osamu agradeció y comenzó a beberlo.

-Idiota, me tenías preocupado. Entiendo que sea difícil superarlo, pero tú podías enfermar si estabas fuera toda la noche- reclamó Atsumu abrazándolo por la espalda.

-Perdón... Pero quería volver a estar con él...

-Osamu, sabes que puedes venir cuando desees, jamás serás una incomodidad, es más, te recibiremos de la mejor forma.

-Gracias Kiyoomi...

-'SAMU, FELIZ NAVIDAD- gritó Atsumu de un momento a otro, su gemelo lo miró y vio que ahora tenía dos regalos en su poder-. Uno es un regalo que Suna había planeado... Estuvo días creándolo y... Está completo hasta donde él llegó. El otro es de parte mía y de Kiyoomi.

Osamu tomó ambos con una pequeña sonrisa, era lo último que le quedaba de aquel chico de ojos verdes. Rompió primero el envoltorio del regalo de su gemelo, era una figura del animal que siempre amó junto con su hermano, un bello zorro que miraba la lejanía, dejó la pieza en la mesa y abrazó a Atsumu.

-Gracias idiota...

-De nada, estúpido, ahora abre el de Rintarou...

Asintió y se alejó de él; acarició la rosa que mantenía el regalo, recuerdos de varias noches con Rintarou llegaron a él y sus ojos se llenaron de lágrimas. Rompió con lentitud el papel, pensó en cuánto tiempo estuvo planeando Suna eso...

Era un pequeño libro que de portada tenía una foto de ambos, sí, lloró al ver nuevamente su sonrisa en ese pedazo de papel... Lo abrió y vio miles de fotos de ellos juntos, desde que ingresaron a Inarizaki, los partidos que tuvieron, cuando comenzaron a salir, sus pequeñas escapadas para estar juntos, el término de la preparatoria, cuando comenzaron a vivir juntos, todas las festividades que tuvieron en conjunto... Eran las bellas fotos que Suna siempre tomaba con su teléfono, quiso regalarle todo lo importante que siempre guardó y atesoró. Suna amaba las fotos, por eso se preocupaba de grabar cada momento importante y/o banal con una; ahora todas esas que tomó a lo largo de su vida estaban en ese pequeño álbum que planeó regalarle al amor de su vida...

Mientras él lloraba, sintió unos brazos que lo rodeaban, miró a su hermano y él solo acariciaba su espalda, Kiyoomi le había extendido otro chocolate caliente... Juró haber escuchado la voz de Suna, le decía "feliz navidad, amor" Dios, por favor que sí haya sido él... Mucho tiempo sin escuchar su voz, que volver a sentirla, aunque sea por recuerdo, lo alegró...

-Feliz navidad a ti también, Rinrin... -murmuró por lo bajo, impidiendo que su hermano lo pueda escuchar...

Sería difícil seguir una vida sin él, pero debía afrontarlo, y tal vez... Suna esté junto a él en todo momento.

Cortos Haikyuu!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora