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Tristán

¿Cómo puede todo cambiar en apenas unos momentos?

Esta noche se suponía seria de tragos y mujeres en un bar, y de pronto perdí el control por el comentario de Fernando y minutos mas tarde me sentí como un completo estúpido por mi reacción exagerada y eso dio paso a sentirme muy molesto.

Para poder sacar la furia y agresividad que me esta carcomiendo, pido la ubicación de la carrera de esta noche. Me cambio y tomo mi moto y me dirijo al lugar, como siempre en cuanto llego las chicas del lugar me empiezan a merodear, comienzo el juego con una y al darme vuelta la veo, lleva unos jeans, con sus converse, una chaqueta de piel y lleva sus cabello recogido en una coleta.

Me deja curioso cuando veo que levanta su pie y golpea la punta tres veces, lo regresa y hace lo mismo, noto que al mismo tiempo busca algo, ignoro a mi acompañante y me concentro en ella ¿Con quien demonios habrá venido?, de pronto la veo sonreír de una manera dulce y franca, la sangre me hierve en cólera pero solo por pocos segundos por que aparece Luis llevando algo en sus manos, avanzo sin darme cuenta y los escucho debatir.

— ¡Tristán! — me saluda Luis con entusiasmo, un instante después ya estoy discutiendo con ella para variar, no me deja que le explique mis motivos. Me alejo me cuesta el estar cerca, Luis es un buen muchacho y yo no debería de estar pensando en llevarme su novia a la cama.

Pero aun así no le puedo quitar los ojos de encima.

Me voy a participar a mi carrera, cuando veo un hombre hablándole a Paloma, pienso en ir y ponerlo en su lugar pero veo que Luis esta con ella, la segunda vez que los veo el hombre le suelta un golpe a Luis en la cara y lo tumba, y después toma a Paloma del brazo, todo se borra solo me puedo enfocar en el hecho de que la esta lastimando, la sangre me hierve y lleno de furia llego y le doy una patada en el pecho y la pongo detrás de mi, el sentirla a ella a salvo me ciega aun mas y me dedico atacarlo.

—¡No! — es todo lo que dice pero logra calmarme cuando siento sus brazos en mi cintura, me llega el aroma de su perfume y ya la estoy viendo a los ojos, todo desaparece y lo único que hay en mi visión es ella mirándome.

Luis rompe la burbuja cuando nos hace saber que la policía ha llegado, tomo su mano y la arrastro conmigo. Logro sentir el golpeteo de su corazón, sus manos van anilladas a mi cintura mientras que yo no pudo dejar de sonreír, y pensar en como habíamos coincidido en tiempo y lugar... su sonrisa, sus ojos... estoy jodido no puedo negar que es algo mas.

Luis hace una seña para que me detenga.

—Ten el casco de Paloma — lo tomo — Hagamos esto, la policía va a detener a todo el que vea en moto si van en grupo, separémonos.

—No Lu eso no esta bien — le dice ella.

—No discutas, no tenemos mucho tiempo ¿De acuerdo? — le pide.

—Entonces voy contigo.— Ella trata de bajar de la moto.

—Podrías solo por una vez hacer lo que se te pide sin que lo cuestiones. Tristán cuídala, nos vemos en la esquina de la casa — diciendo esto arranco.

Le paso su casco y en cuanto se lo pone me pongo en movimiento, se que puedo ir mas aprisa pero no lo hago. Cuando llegamos Luis ya se encuentra ahí, apago la moto ella me suelta y algo en mi interior se queja, en cuanto pone los dos pies en tierra comienza a gritarnos

— ¡Tu! — Señalo a Luis — ¿En serio? ¿En que carajos estabas pensando? ¡No! ¡Si no lo estabas haciendo! ¡Eso me quedo claro!

—Paloma — trate de calmarla.

Angel de papelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora