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Paloma

— ¿Mía? — me llamo mi madre cerré la puerta, tome aire y puse mi mejor cara.

— Dime.

— Estas molesta — no era una pregunta, me miro— No digas nada si no quieres.

—Má, no se que decir, es solo que no me gusto lo que hizo.

— ¿El que lo anunciara delante de todos? O ¿El que les haya dejado claro de manera tan sutil y posesiva que eres suya?

— Las dos cosas — tenia que reconocer que no sabia que me molestaba mas.

— Ya, entonces estas furiosa.

— Si pero también muy confundida. Mejor iré a tomar un baño.

El agua caliente me ayudo mucho a relajar mi cuerpo, pero no ayudo para nada en mi cabeza.

Al salir me puse mi pijama, aún era muy temprano pero no tenia ninguna intención de salir me pondré a leer y a escuchar música.

Mi celular timbro y al revisarlo supe que era Tristán quien llamaba, rechace la llamada y vi que tenia varias notificaciones, veinte llamadas perdidas, cuatro mensajes de texto y seis de voz todas eran de él. ¡No lo podía creer! Apenas hacia que ¿Una hora? Que lo había dejado en mi puerta.

Mi celular volvió a timbrar está vez era Lu, no dudaba y estuviera con el, rechace la llamada y apague mi teléfono y de nuevo me sentí muy molesta.

Apague las luces de mi habitación solo dejando encendida la de encima de mi cabecero y tome mi libro.

Media hora después no me había enterado de nada, mi cabeza seguía hecha un lió, escuche el teléfono de la casa y después a mi madre hablando, entonces la escuche venir a mi cuarto me gire del lado contrario a la puerta y fingí dormir, escuche la puerta abrirse.

— No vas a poder hablar con ella — Escuche a mi madre que decía.

— Porque ya está dormida.

— Si, llego se baño y se durmió.

— Realmente estaba cansada.

— Mañana será lo mejor.

— Buenas noches.

Ya no se escucho nada más pero sabia a ciencia cierta que mi madre seguía en el cuarto.

— Mía sabes que tendrás que hablar con él.

— Lo se, solo que en este momento no puedo y no quiero... Y él no lo entiende — respondí resignada.

La escuche salir.


***

¡Dios! Seis de la mañana y ya la cabeza me estaba matando, decidí salir mas temprano solo por si acaso, no quería encontrarme con él. Termine de recoger un desayuno que no había tocado, me despedí de mi madre quien me miro extrañada pero no dijo nada, revise que llevara mis llaves y me dirigí a la puerta, me asome con precaución para ver si estaba ahí pero no había nadie.

Sabia que era lo mejor pero no puede evitar sentir decepción, incluso con toda intención había dejado mi teléfono apagado y en casa. Tenía que concentrarme está semana era muy importante había evaluaciones y entrega de trabajos.


Me deje caer literalmente en la silla, deposite mi cabeza sobre la mesa y agradecí en silencio por lo frió de la superficie.

— ¿Química? — escuche.

— Si, enserio esa materia va a acabar conmigo antes de graduarme — respondí sin levantar mi cabeza.

— Princesa siempre dices eso y siempre lo logras.

Angel de papelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora