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Paloma

—Pues veras, yo iba llegando para desayunar como cada domingo, cuando tu mama quien por cierto me dijo que no me esperaba, que por que yo había avisado que no vendría, lo que no recuerdo — lo fulmine con la mirada — Y cuando tu mama se fue y yo iba a entrar me encontré con Tristán — lo miramos.

—Bueno yo... yo venia... — carraspeo — Yo vine a traerte tu teléfono lo dejaste anoche en el coche.

— ¿En serio? Ni cuenta me había dado.

— ¡Que raro! — dijo Lu.

—Tu cállate — levanto las manos a forma de rendición.

Todos guardamos silencio.

—Por cierto bonito atuendo — comento Lu después de varios minutos silencio

— ¿Eh? — Señalo mi ropa — ¡Oh! — recordé que llevaba puesta mi pijama de minions, me había recogido el cabello en un chongo y llevaba puestas mis calcetas de colores, sentí como me empezó arder la cara.

—Bueno por si no te has dado cuenta es domingo por la mañana — respondí muy digna.

—Si lo note, es por eso que estoy aquí ¿Qué hay de desayunar? — ¡Maldita sea! Se me había olvidado hablarle y decirle que no viniera, aun estaba muy enojada con el ¿O ya no? Por cierto Tristán no me había regresado el teléfono.

—No hay nada, ¡Que pena! Mi madre no cocino hoy — sonreí triunfante, quería sacarle la lengua y bailar ¡Punto para mi! Pero con el ahí no me atreví.

—Princesa — si aun lo quería matar — No seas grosera, Tristán madrugo y vino solo para entregarte tu teléfono, lo mínimo que podrías hacer es invitarle el desayuno — ¿¡Que!?

—Eso no es necesario, yo me reti...

—No Tristán no aceptamos un no por respuesta, ¿Paloma? — el muy maldito lo están disfrutando de lo lindo, y me estaba retando.

—Si, por favor quédate solo que aguarden un poco veré que preparo — pude ver la maldita sonrisa en la cara de Lu, me las iba a pagar.

—Lu instala a Tristán en la sala — era la primera vez que lo llamaba por su nombre, y había sido tan sencillo — Ven ayudarme preparé unos hot-cakes.

—Princesa, no hay que ser descortés, como voy a dejarlo solo, además eso lo haces tu sólita y te quedan muy bien — ¡Lo mato! Mínimo le escupo a su plato.

Pensé en ir y cambiarme, pero seria muy notorio además ¿Por qué lo iba hacer? Si normalmente siempre pasaba así la mañana del domingo.

Treinta minutos después ya tenia todo preparado, los llame a la mesa, evite hacer contacto con la mirada de Tristán. Note que dudaba mucho en ponerle miel o mermelada pero no dije nada. El desayuno fluyo de una manera ligera y muy agradable, Lu la monopolizo la mayoría del tiempo y el le siguió el ritmo, todo me indicaba que ya tenían camaderia y disfrutaban de la compañía del otro, yo solo asentí o decía algunos monosílabos.

Terminamos el desayuno y se despidieron, en esta ocasión ni siquiera le pregunte a Lu si se quería quedar. Yo quería estar sola. No, necesitaba estar sola, cuando cerré la puerta mi corazón latía desbocado, me lleve las manos al pecho ¿Por qué El me hacia sentir así? ¿Por qué perdía el control? Lo mejor seria no volver a verlo, evitar cualquier encuentro con el.

Tristán

— ¿Entonces vamos al taller? — me pregunto Luis

—Si, solo que antes tengo que ir a otro lugar, te alcanzo mas tarde ¿Esta bien?

Angel de papelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora