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Paloma

Me mire una vez mas en el espejo y sentí nostalgia, hoy sería la ultima vez que utilizaría este uniforme, después de tanto tiempo... me quedaban tantos buenos recuerdos y tantas personas que eran como mi familia.

—¡Estoy tan emocionada! — me gire al escuchar voces, Marta, Gaby y Karla entraban a los vestidores, les sonreí.

—Yo también — confesé aun con tristeza.

—¿De verdad es tu ultima vez? — me pregunto Karla.

—Si, les pedí que me dejaran estar para la inauguración, y a la vez cerrar este ciclo.

—Si, termina aquí, pero empezara en otra parte — me dijo Gaby mientras me sonreía para darme ánimos.

—Tienes razón.

—Mía anda cuéntanos — soltó de pronto Marta.

—¿Que?

—¿Quien fue? ¿Quien dono el dinero? Tu lo tienes que saber — aseguro Gaby.

—No lo se — mentí.

—¿Pero como es posible? Tu fuiste quien estuvo en contacto y sabías todo lo que pasaba.

— Solo con los arquitectos, pero nunca supe quien era la persona que los contrato, ellos fueron muy herméticos con eso — me siento mal en mentirles, pero se que Tristán no quiere que lo sepan, ademas Marta no guarda ni un solo secreto, decirle es como publicarlo en un diario.

—Chicas voy saliendo — me despido, no deseo seguir mintiendo. Al salir me encuentro a Mario recargado en una pared.

— Hola — lo saludo con afecto, pero con la cara ardiéndome de vergüenza, no lo había visto desde aquel día.

—Hola hermosa — su saludo afectuoso me hace sentir aun peor.

—Mario me da mucho gusto verte, de verdad — le aseguro.

—A mi también, vine por que sabia que aquí estarías, y tenia la esperanza de encontrarte sola — agacho la cabeza, realmente me siento apenada. Yo debería de haber sido quien lo buscara y me disculpara.

—Mario...

—¿Podemos hablar? — me interrumpe.

—Por supuesto, ven — él me sigue.

El café aun permanece cerrado, así que voy a una de las mesas y le indico que nos sentemos.

—Mario antes que nada quiero ofrecerte una disculpa, ese día yo...

— No es necesario — me dice mirándome a los ojos mientras me sonríe.

—Si lo es — le digo.

—Mía aunque no lo creas, lo entiendo — mis ojos se agrandan de sorpresa.

—Mario — susurro aun sin comprender.

—Paloma tu tienes un ángel con las personas, que hace que los que te conoce te tomen cariño. Eres una mujer fuerte, emprendedora con un carácter que te ayuda hacerle frente a la vida, pero a la vez eres tan dulce, eso te hace única para mi... pero para él también.

Si fueras mi novia yo haría lo mismo con cualquier tipo que se te acercara.

Para mi mala suerte él fue el afortunado, me consta que no es fácil tener tu corazón, así que solo por eso se gano mi respeto — lo miro llena de admiración y cariño, siempre he sabido que es un gran ser humano y una vez mas me lo demuestra.

— Ahora solo tiene que hacerte feliz, por que si no se las vera conmigo.

—Gracias — le doy un beso en la mejilla, deseando con todas mis fuerzas que encuentre a alguien muy especial.

Angel de papelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora