Paloma
Lu se había marchado ya hacia rato, sin embargo yo seguía en el mismo lugar.
Tenía la cabeza como un nido de pájaros, era lógico que se notara el que ya no peleaba con Tristán pero... ¿Era tan obvio... lo otro?
—¡Aaaggghhh! — me tape el rostro con las manos — ¡Dios Santo! ¿Qué iba hacer? ¿Y Tristán? ¿Acaso el... ? ¡No! No, no, ¿O si? ¡Demonios! No, Lu se dio cuenta ¡Obvio!
El me conoce bien pero... Lu dijo que era mutua la atracción, eso... entonces Tristán no, no, no me dejaría llevar por la fantasías, el se había portado como un Ángel como mi ángel de la guarda, había sido mu considerado y atento, pero solo fue por que el era el que estaba a cargo y...
Toc, toc, llamaron a la puerta.
—¿Si? — respondí.
—Señorita ya todos están abajo, la esperan.
—Gra-gracias.
No quería bajar, sentía que todos me leerían en la cara lo que me pasaba, no soportaría la vergüenza si él lo averiguaba.
Comencé a pasearme de nuevo por la habitación y morderme la uña.
—¿Qué hago? ¿Qué hago? ¡Ya se! Diré que me siento mal ¡No! Eso no serviría con toda seguridad llamarían algún medico y saldría a la luz... ¡Maldición! Además es la cena de noche buena, además yo nunca había sido cobarde.
Respire profundo, me vi una vez mas en el espejo, revise mi ropa y cabello, todo estaba en su lugar.
Me acerque al salón pero no pude entrar, me quede embelesada y absorta.
Tristán se encontraba frente a la chimenea, tenia una mano sobre ella y la otra dentro del bolsillo del pantalón, aunque me daba la espalda se notaba que estaba perdido en sus pensamientos.
La imagen era como la de un cuadro, un dios griego erguido frente al fuego, las llamas parecían acariciar su figura que emergía entre las sombras.
¡Por Dios! Me le hubiera ido encima, si no hubiera mas gente en el salón. Realmente estaba perdida.
—Paloma, cariño ¡Te ves hermosa! — dijo la señora Hamilton y todos se giraron para verme.
—¡Mía! — mi madre vino hacia a mi —Pareces una muñeca.
—Mamá — dije apenada.
—Te lo dije — fue el comentario de Lu.
Tristán me miraba y eso me puso nerviosa, llevaba un vestido straple blanco, de talle ajustado y falda de vuelo. Por debajo de la rodilla. Me había recogido el cabello y poniendo por encima una trenza, dejando unos rulos sueltos.
En esta ocasión me había esforzado en lucir lo mejor que podía, incluso me había maquillado con esmero. Como accesorios llevaba unos aretes de perlas y en el cuello un collar con una sola perla.
Todo, todo lo había hecho por él, para que me viera bonita.
Pero fue el único que no me dijo nada, el corazón se me hizo pequeño y sentí unas ganas inmensas de llorar.
—Pasemos al comedor — nos indico la señora Hamilton, Tristán le ofreció el brazo y salieron.
Lu le ofreció el brazo a mi madre imitándolo, después me lo ofreció a mi.
Tristán y su madre ocuparon las cabeceras, mi madre y Nana estaban en una lateral, y Lu y yo en la otra. Me encontraba a un lado de el, pero puse todo mi esfuerzo en no mirarlo ni una sola vez.
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Angel de papel
Teen Fiction(Libro uno) Paloma o Mía como la llaman sus amigos es una joven de diecisiete años, la cual tiene muy claro que su unico modo de lograr algo en la vida es esforzandose mucho. Ella ya tiene sus vida planeada y definitivamente el amor no es parte de e...