|T W E N T Y - T W O|

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¿Recuerdan el momento donde se dijo que no se iba a volver a repetir?

Tan real no fue.

Una semana había pasado, una semana donde Lisa se sentía mal por caer siempre en las manos de Jennie.

Una semana siendole infiel a su novia.

Aunque no hayan llegado a tal extremo, dónde solamente han habido besos y caricias, más nada, pero aún así, una infelidad es una infelidad, y eso nadie lo podría cambiar.

La culpa le comía por dentro, ya no veía con los mismos ojos a Sorn.

Sorn.

Sorn.

Sorn.

Y es que la manera tan bonita en que Sorn la trataba, con cariño, con amor, y ella le pagaba siendole infiel.

¿Se lo merecía?

Claro que no, pero un nudo se formaba en su garganta cada vez que quería decírselo, las palabras no salían y eso le exasperaba, la tenía con los nervios flotando sobre ella.

Pero tenía que parar, tenía que hacerlo.

Ya era definitivo, tenía un plan, o eso pensaba, cortaría cualquier relación amorosa con Jennie y le contaría a Sorn la verdad. No podía seguir fingiendo, no quería seguir lastimando a su novia.

No sé lo merecía.

Así que esperaba pacientemente en su casa la llegada de Jennie para contarle o terminarle con lo que sea que tenían.

El timbre resonó por toda la casa haciendo que Lisa saltara en su lugar, dirigió la mirada hacia la puerta y con los nervios a flote se dirigió a ella. Su mano tocó el frío picaporte para girarlo y así abrirla mostrando a una feliz Jennie que entró a la casa como Pedro por su casa. Con un suspiro, cerró la puerta y miró a la chica la cual se acercó a ella.

—Jennie, tenemos que hablar —le cortó haciendo que la mencionada tornara una mirada confundida pero asintió de cualquier forma y se sentó en el sofá, cosa que Lisa copió—. Tenemos que terminar esto.

—¿Esto? —preguntó Jennie confundida a lo que la tailandesa asintió.

—Esto entre nosotras, no puedo estar besándome contigo cuando tengo novia, esto está muy mal, se me salio de las manos —paró de hablar para tomar un respiro, pasó sus manos por encima de su pantalón quitando el sudor que se asomaba por sus palmas.

—Es cierto, esto está mal —asintió—, nadie merece esto.

—Gracias por entender... —quiso terminar pero Jennie le interrumpió.

—Pero quiero ser egoísta por una vez en mi vida —exclamó, Lisa alzó la mirada viendo los orbes café de la coreana.

—Jen, no lo hagas más difícil, por favor —pidió, no recordaba en que momento habían llegado a esto.

—¿Y que piensas hacer? ¿terminar con esto y seguir feliz con Sorn? —preguntó con sarcasmo Jennie alzando una ceja.

—Le diré la verdad —se mantuvo firme a su palabra.

—¿Y que crees que ella hará? ¿seguir contigo? ¿olvidar todo? —el sarcasmo se colaba en su tono de voz—, no seas ilusa, Lalisa.

—No espero eso, claro que no —negó—. Pero tampoco puedo ir fingiendo que nada de esto pasó, no puedo fingir que al ver su cara no me coma la culpa por dentro. Esto de salió de control, esto fue, es y será siempre un error, Jennie —exclamó sintiendo sus ojos arder—. Jennie, realmente no te gusto, y eso bien lo sabes.

—¿De que mierda estás hablando ahora? —preguntó con enojo.

—Es estúpido que después de lo que pasó con el idiota de Henry, vengas y me digas que te gusto, cuando realmente no es así —sonrió melancólica—, solo que tienes miedo. Pensabas que estarías sola pero yo estuve ahí, confundiste algún sentimiento con amor, no sientes algo amoroso por mi.

Jennie quedó en blanco, no sentía miedo, sin embargo, no entendía el porque se sentía identificada con las palabras que la tailandesa soltaba, no tenía razón, claro que no.

Claro que no...

—E-eso es una estupidez —negó Jennie mientras dirigía su mirada al suelo.

—Por favor, Jennie, piénsalo, ¿por qué de repente vienes y me dices que sientes algo por mi? —preguntó—. Nunca me amaste como yo te amo, y eso no se podrá cambiar pero esto tiene que parar.

—Si paremos esto, me tengo que ir —se dirigió a la puerta con rapidez—. Suerte con Sorn.

Un suspiro salió de los labios de Lisa cuando Jennie salió de la casa cerrando la puerta detrás de ella, lo había logrado, había completado la fase uno de su plan.

Ahora faltaba la parte más difícil, no sabía cómo iba a hacerlo pero tenía que hacerlo, no podía seguir guardando aquello a una persona que solo le traía felicidad a su vida, eso no era justo.

Llevo sus manos a su cara sintiendo la impotencia consumirla por dentro, quería gritar, no, mentira, quería despertar.

Sentía que todo aquello era un sueño, una mala jugada que le había hecho su mente, y que todo se trataba de una vil pesadilla, que lo que había pasado en toda la semana era mentira al igual que lo de Henry con Jennie.

Qué despertaría y seguiría feliz con Sorn, mientras que a lo lejos Jennie se mantenía feliz con Henry.

Todo estaba tan bien en ese entonces.

Pero, no podía ser tan ilusa, todo había pasado realmente, y aquel pellizco que se había dado a si misma para confírmalo lo probó.

Todo fue real y ahora debía arreglar su desastre.

Se levantó del sofá y fue hasta la mesa donde el teléfono reposaba sobre ella, lo encendió y comenzó a buscar el contacto de su novia para llamarla.

Un tono.

Dos.

Tres.

Hola cariño —saludó alegremente Sorn.

—Hola —quería darle un bonito apodo pero no salió de sus labios—, ¿podrías venir a mi casa un momentito? —preguntó con los nervios nuevamente a flote.

¿Ocurrió algo? —el tono preocupado por pasó de desapercibido por Lisa.

—No no, solo quiero hablar contigo —trató de no preocuparla.

En cinco minutos estaré allá, no tardó, cariño —dijo en un tono más serio.

—Vale, cuídate —colgó.

Ahora empieza lo difícil.

Just Friends ↝Jenlisa [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora