|S E V E N T E E N|

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Tan pronto Lisa escuchó el estado en que Jennie había tomado el teléfono, colgó para cambiarse y salir a toda velocidad de la casa.

Tomó el primer taxi que encontró pidiéndole a desesperación que fuera más rápido, el temblar de su pierna derecha demostraba lo nerviosa que se encontraba.

Cuando divisó la vivienda de Jennie paró al taxi y le pagó para salir con rapidez y correr hacia la entrada.

Comenzó a tocar la puerta con fuerza repetidamente, al no ver qué nadie abría la casa comenzó a buscar ventanas abiertas donde pudiera entrar a la casa.

La ventana de la cocina no tenía seguro, así que la abrió y con cuidado entró a la casa, el silencio la recibió, sin divagar fué hasta la habitación de la coreana rogando que está no tuviera el seguro.

Un suspiro de alivio salió de su boca al ver que esta abría a la primera, al entrar buscó con la mirada a la coreana sin tener éxito, fué hasta el baño abriéndola y encontrándose a Jennie en la bañera sentada con la mirada perdida, su cabeza reposaba en sus rodillas flexionadas.

—Jen... —susurró Lisa acercándose a la coreana, se hincó para querer topar su cabello queriendo quitarlo de su cara.

—No me toques —suplicó alejándose de la tailandesa—, estoy sucia.

—¿Qué? —preguntó sin entender—. Jennie, mírame —ordenó.

—No quiero —susurró con la voz débil—, vete por favor, estoy sucia, muy sucia.

La coreana había comenzado a llorar poniendo en desesperación a Lisa la cual no sabía que hacer, los ojos de la tailandesa se aguaron mientras escuchaba los gritos desgarradores de Jennie.

—Jen... por favor, déjame ayudarte —suplicó acercándose lentamente—, saldremos de esta juntas, ¿si? solo déjame ayudarte.

La coreana volteó la cabeza lentamente haciendo que Lisa soltará un grito ahogado, en su mejilla se adornaba un color morado a la vez que se encontraba hinchado, su ojo izquierdo tenía un tono rojo que la hacía tener el ojo cerrado.

—Pero... —la voz de Lisa salió en un hilo, sintiendo su cuerpo temblar tocó la mejilla afectada de la coreana recibiendo un quejido de su parte—, ¿quién te hizo esto?

—Al medio día con Henry decidimos venir a mi casa, se encontraba sola porque mamá esta en un viaje de trabajo —comenzó a explicar con su voz temblorosa—, él al ver esto me comenzó a besar violentamente, y me trajo a mi habitación, y... —su voz de cortó comenzando a llorar nuevamente—, ¡Yo no quería! ¡Te juro que yo no quería! —gritó abrazándose a ella misma—, ¡Le dije que se detuviera pero no me hizo caso y me golpeó! Le dije que no estaba lista pero no me escuchó...

»¡El trató de violarme! —terminó de decir en un grito mientras lloraba desgarradoramente.

Las lágrimas rodaban por la mejilla de la tailandesa la cual se encontraba estupefacta por lo que le había pasado.

Quiso acercarse nuevamente a Jennie pero está se alejó con rapidez.

—¡No me toques! ¡Estoy sucia! —gritó aferrándose más a su cuerpo—. Soy un puta, ¿verdad?, el me decía que era un puta, ¿lo soy?

—No, mi amor —negó Lisa en tono suave aunque el temblor de su voz la delató—, no estás sucia y no eres un puta, eres una gran persona que tuvo la mala suerte de encontrar a una basura, no le creas ninguna palabra de lo que el te diga.

—Me siento rota, Lili —confesó sintiendo su labio inferior temblar.

—Y yo te voy a reconstruir, Jen —habló con seguridad.

Tomó la esponja para comenzar a jabonar el cuerpo de la coreana la cual se dejó mientras miraba totalmente a la tailandesa.

—Cierra los ojos, linda —pidió para querer lavar el pelo de Jennie.

Esta sin rechistar lo hizo sintiendo las yemas de los dedos de la tailandesa masajear su cuero cabelludo sintiendo relajación al instante.

Después de unos minutos, con ayuda de Lisa, Jennie se levantó para luego sentir como la tailandesa rodeaba su cuerpo con una toalla y la guiaba hacia la cama.

—no quiero esa sábana —paró en seco Jennie.

Lisa sin rechistar, guió a la coreana hasta el sofá que había en la habitación para luego quitar la sábana y colocar una nueva en la cama.

Ayudó a la coreana a vestirse en una cómoda bata para llevarla a la cama acostandola.

—¿Te quedarás? —preguntó Jennie en un hilo de voz.

—Siempre que me lo pidas —respondió acostándose a su lado.

Jennie se acomodó colocando su cabeza en el pecho de Lisa acurrucándose a ella como si fuera un peluche, mientras que la tailandesa acariciaba el cabello de la coreana.

—¿Es cierto cuando dijiste que me ibas a reconstruir? —preguntó temblorosa Jennie.

—Claro que si, saldremos de esto juntas, cariño —dijo abrazando el cuerpo de la coreana.

—Lo siento tanto, Lili—sollozó Jennie—, no te merezco después de como te trate.

—Hey, hey —Lisa comenzó a sobar la espalda de Jennie—, no pienses en eso ahora, eso es pasado y me quedaré aquí todo el tiempo que quieras.

—Gracias por todo, Lili —agradeció cerrando sus ojos sintiendo calma con las caricias que le regalaba la tailandesa.

—No tienes que agradecer, mi amor —susurró sintiendo la suave respiración de Jennie dejando a entender que se había dormido.

Lisa sintió su teléfono vibrar en su bolsillo, con cuidado acercó su mano tomando el aparato viendo que era una llamada de su novia.

Con un suspiro apagó el teléfono para colocarlo en la mesita de noche y pegar más el cuerpo de la coreana hacia ella fundiendola en un abrazo.

Lo siento, Sorn, pero no puedo atenderte ahora.

Just Friends ↝Jenlisa [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora