|T W E N T Y - T H R E E|

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El timbre resonó.

Sus nervios volvieron nuevamente, caminó a pasos lentos hacia la puerta sintiendo los latidos de su corazón en su garganta, abrió la puerta mostrando a una sonriente Sorn que besó los labios secos de Lisa para luego entrar a la casa.

—¿De que querías hablar? —preguntó Sorn sentándose en el sofá, cosa que Lisa imitó a pasos lentos.

—Hay algo que quiero confesarte —dijo con voz ahogada, tenía miedo, su nariz comenzó a picar, al igual que garganta, sus ojos se volvieron cristalinos, cosa que preocupó a Sorn.

—Dime, cuéntame —insistió colocando su mano sobre la sudorosa mano de Lisa.

—Te he traicionado, Sorn —comenzó a decir—, hace una semana quedé con Jennie y una cosa llevo a la otra y nos besamos y nos acostamos —explicó—. Lo siento mucho Sorn.

Las lágrimas caían de los ojos de Lisa, su corazón se terminó de romper al sentir como Sorn quitaba su mano de la suya mientras bajaba la mirada.

—¿Solo esa vez? —preguntó con voz entrecortada.

—Esta semana ha sido igual —confesó sintiendo vergüenza.

—Ya veo —las lágrimas rodaban por sus mejillas mientras sentía como su corazón se rompía—. Soy tan tonta, debí saber que ella te gustaba, con razón está semana te has comportado tan diferente conmigo —rió con amargura—. Soy un idiota.

—No eres una idiota —trató de decir Lisa.

—Claro que si, porque confíe en ti —le regaló una dura mirada que hizo que Lisa bajada la cabeza sintiéndose peor.

—Lo siento tanto, Sorn —lamentó.

—¿Lo sientes? —preguntó soltando una risa sarcástica—, ¿segura? ¿lo sentías cuando la besabas a ella? ¿cuando te acostaste con ella? ¡Lisa, ¿qué mierda pasa contigo?! —gritó levantándose—. ¿Acaso no fui suficiente para ti?

—Claro que no, no es eso, lo fuiste y lo eres, solo... —dejó las palabras al viento, no tenía excusas, estuvo completamente consciente cuando hizo aquello y aparte se repitió varias veces.

—¿Solo qué? —preguntó esperando una respuesta de Lisa que nunca llegó—. Es que ni siquiera tienes una excusa. Realmente fui una tonta y lo sigo siendo —sollozó—. Quiero odiarte Lisa, realmente quiero hacerlo. Fuiste la primera persona con la que me sentía completa, ¿por qué tuviste que dañarlo? —.

Las palabras no salían de la boca de Lisa, era una cobarde, no podía enfrentar sus problemas, su cabeza se mantenía baja, no se atrevía a mirarla a los ojos.

—Pero gracias por ser sincera conmigo, y no seguir manteniendo tu maldita farsa de buena novia —dijo asintiendo con la cabeza—, te perdono, pero solo porque no quiero sentir nada por ti, ni amor, ni odio, nada.

—Lo entiendo —susurró cuando un golpe se plantó en su mejilla—. Me lo merecía.

—Te mereces más realmente —concordó Sorn—, sé feliz Lisa, porque conmigo no lo fuiste —dijo palmeando el hombro de la nombrada.

—También quiero que seas felíz, y que alguien pueda darte lo que yo no te dí —dijo alzando la mirada viendo los ojos rojos de Sorn.

—¿Puedo pedirte un último favor? Y después seremos unas totales desconocidas —aseguró, Lisa asintió mordiendo su labio—. ¿Puedes darme el último beso? —.

—¿Qué? —preguntó desconcertada.

—La despedida, supongo —quiso sonreír pero una mueca se plantó en su cara.

Lisa tomó de la cintura a Sorn para juntar sus labios, el sabor salado le dió un toque más triste a aquel beso, Lalisa frunció el ceño al no sentir nada por la otra chica.

Al separarse, Sorn rió dando pasos hacia atrás.

—Es el mismo beso de toda la semana, es cierto —aseguró para caminar hacia la puerta—. Adiós Lisa, que tengas buena vida.

Salió de la casa, Lisa cayó de rodilla desahogandose con la soledad que la recibió con los brazos abiertos, había perdido a una gran chica por su ciego viejo amor, que no le prometía nada.

Dañó su relación por un juego entre ella y Jennie, porque solo era eso, un juego, nada real.

Dañó su relación por alguien que no la quería, que solo la quería para no sentirse sola tal vez.

Había dañado a una gran chica que lo único que le supo dar fue felicidad, aquella chica que llenó su mundo de colores cuando Jennie la había vuelto en blanco y negro.

Sorn era aquel rayo de luz en toda la tormenta, y cuando ese rayo de luz comenzaba a expanderse, la tormenta se agrandó borrando todo rayo de luz.

La tormenta la volvió a consumir, su vida en blanco y negro volvió a ser, volvió a estar como antes.

Perdió a su novia.

Perdió a su mejor amiga.

Y, posiblemente, perdió a Jisoo y a Roseanne.

Lo había perdido todo por un juego nada duradero, ella intento jugar con fuego pero el fuego jugó con ella, la hizo perder y de la peor forma.

Se levantó del frío piso para caminar pasos arrastrados hacia su habitación donde se tiró en su cama, la tristeza la invadió por completo haciéndola llorar nuevamente.

Su almohada comenzaba a empaparse de saladas lágrimas que soltaba la tailandesa, los sollozos de Lalisa eran lo único que se escuchaban en la habitación.

Lo siento tanto Sorn.

Just Friends ↝Jenlisa [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora