-Vamos Alex, es tu cumpleaños, no seas así.
-¿Así como Liam? Sino me apetece hacer nada, pues no me apetece.
-No se cumplen 18 años todos los días.
-Ya, eso me lo llevan diciendo toda la vida pero con la cifra que me tocaba cumplir.
-Por favor, hagamos algo. Eliges tú.-Me suplico con carita de niño pequeño.
-Pues si elijo yo prefiero pasar la tarde aquí, con mi precioso novio viendo películas todo el día.
-¿Y si nos vamos de fiesta?-Me.sonrió.
-Esta bien, pero no sin antes pasar la tarde viendo películas.-Sonreí.
-Trató hecho.Desde las 9 de la mañana estaba ilusionado con este día. Me llevo el desayuno a la cama, me decía lo preciosa que estaba hoy y no paraba de sonreír y abrazarme, que no entiendo por qué, si es un día normal.
Después de comer elegimos varias películas y nos tiramos toda la tarde viéndolas, como yo quería.
Estábamos tumbados en el sofá, él encima de mi con su cabeza apoyada en mi tripa, mientras le tocaba el pelo.
No sabía si se había quedado dormido por mis caricias o no, pero tampoco quería comprobarlo, porque sabía que si lo hacia, se iba acordar de la fiesta y realmente no me apetece ir de fiesta.
-Alex.-Susurro.
-¿Si?
-¿Qué hora es?
-Las siete y media.
Levantó su cabeza para mirarme y sonrió.
-Vamos, cambiate.
-Liam.-Pronuncié su nombre con un tono de queja.-No me apetece, ¿no podemos quedarnos aquí abrazaditos?
-No, vamos, arriba.-Se levantó e hizo levantarme a mi.
Me arrastró hasta las escaleras y como vio que no hacía ni un mínimo esfuerzo ppe subirlas, me cogió de la cintura y me subió él.
-Me da igual que hagas esto, no quiero ir y no voy a ir.
Me dejo sentada en la cama y yo me tumbe.
-Métete en la ducha, Alex.
-No quiero.
-No hagas que te meta yo.
-Hazlo si te atreves.-Sonreí.
Me quito los zapatos y me volvió a coger. Fue hasta el baño y abrió el grifo de la ducha.
-¡Liam, no me metas! No lo harás.
-Oh, si que lo haré.-Rió.
Me bajo y me puso justo debajo del agua.
Yo le agarré del cuello y lo atraje hacia mi para que él también se mojara.
Quedamos a centímetros y tenia ganas de besarle, pero no iba hacerlo. Me había mojado y con la ropa puesta, y eso me jodio un poco aunque ahora me pareciese la cosa más sexy del mundo sólo porque le tengo a él delante de mi y mojado.
Al final me acabó besando él y yo le seguí el beso.
Se apartó un poco pero volví a buscar sus labios.
-Alex.-Susurró.
-Dime.-Volví a besarle.
-Duchate.
-Ya lo estoy haciendo.
-En condiciones, por favor.
-Joder Liam, no te separes cuando te voy a besar, me haces pensar que me rechazas.
-Es que quiero que te duches.
-Vale, bien, largo.
Le heche de la ducha y me quité la ropa para luego cerrar la cortina y ducharme.
Después de media hora metida en la ducha, salí y me enrolle en una toalla.
Me sequé y salí desnuda. Liam se estaba poniendo el cinturón del pantalón y cuando subió la cabeza se le caía la boca al suelo.
Sonreí y ande hacia el armario en busca de ropa interior.
Me agache para buscar en uno de los cajones de abajo.
-Se lo que pretendes. No te va a funcionar.
-No pretendo nada. Y no me hables.
-¿Por qué?
-Estoy enfadada contigo.
-Vamos Alex, si es una tontería.
-Oc.
-Borde.
-Imbécil.
-Tonta.
-Idiota.
-Testaruda.-Me susurró en el oído, cosa que me hizo estremecer.
Me puse la ropa interior muy rápido y me giré para mirarle.
-¿Quieres fiesta? Vas a tener fiesta.
Me puse un vestido muy corto negro y con escote que se me veía toda la espalda. Y unos tacones a juego con el vestido. Cogí un bolso de mano negro y metí mis cosas dentro.
-Vámonos de fiesta.
Cogí mi chaqueta negra y salí de la habitación. Baje las escaleras y a los cinco minutos bajo Liam.
Salimos de casa y subimos al coche.
Llegamos a una discoteca y nos sentamos en una mesa del fondo.
-¡Sorpresa!-Aparecen Zayn, Niall, Harry y Marta.
-Guau, ¿qué hacéis aquí?
-Hemos venido s celebrar tu cumpleaños y a pasarlo bien.-Me sonrió Marta.
-Oh, que bien.-Sonreí.
No entraba en mis planes, pero aún así, haría lo que yo quería hacer. Poner tan cachondo a Liam que no podria aguantar ni para llegar al coche.
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No sé, pero te amo.-Novela.
RomanceHabía tenido a estas alturas de mi vida un cupo más que razonable de experiencias cercanas a la muerte, aunque desde luego no es algo a lo que pueda llegar a acostumbrarse. Parecía extrañamente inevitable el que sufriera otro nuevo enfrentamiento co...